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Francisco Cañamaque Jiménez

Biografía

Cañamaque Jiménez, Francisco. Gaucín (Málaga), 22.IX.1851 – Madrid, 22.XII.1891. Político y perio­dista.

A muy temprana edad marchó a Madrid para em­prender estudios de Derecho y Mercantilismo, aun­que con tan sólo dieciocho años de edad ya empezó a desarrollar su verdadera vocación profesional, el pe­riodismo, labor en la que se fogueó como cronista parlamentario, asistiendo con asiduidad a los debates de las Cortes Constituyentes de 1869, sobre las que, además de varios artículos, escribió un libro. Preci­samente, durante el Sexenio Revolucionario (1868-1874) ya mostró su tendencia política hacia el republicanismo, formando parte de la facción de Nicolás María Rivero, para a continuación pasarse con él al amadeísmo, pero tras la muerte de Prim siguió a Sa­gasta, militando en el Partido Liberal.

En 1881 fundó La España, diario liberal del que, también fue propietario y director, colaborando, ade­más, con otros muchos periódicos, como La Tertulia y El Volante de Madrid.

Pero no sólo se limitó a escribir sobre la política de su época, sino que a los treinta años de edad, dando muestras una vez más de su precocidad, obtuvo un es­caño de diputado en Cortes por el distrito puertorri­queño de Guayama (1881-1884), resultando nuevamente elegido por el malagueño de Gaucín, su patria chica (1886-1890). Destacó como orador locuaz e incansable, interviniendo especialmente en los asun­tos relativos a las colonias de Ultramar, sobre eleccio­nes municipales en Málaga, etc., y, convencido par­tidario de la separación entre Iglesia y Estado, en su época fue tachado de anticlerical y masón. Además, el desempeño del escaño lo compaginó con distintos puestos públicos, como los de vocal de la Comisión Central Española de la Exposición Colonial de Áms­terdam (1882-1883) y del Consejo de Administra­ción del Monte de Piedad y Caja de Ahorros de Ma­drid (1883).

Sin embargo, el único alto cargo que desempeñó fue el de subsecretario de la Presidencia, designado en diciembre de 1885 por Sagasta en reemplazo del conde de Esteban Collantes, viéndose obligado a di­mitir en octubre de 1886 tras, al parecer, filtrar a la prensa la supuesta intención del Gobierno de indultar a Manuel Villacampa —militar envuelto en la conspi­ración republicana organizada por Ruiz Zorrilla, que fue condenado a muerte, pena posteriormente con­mutada por el destierro en Fernando Poo—, acuerdo que aún no se había tomado, con la intención de pre­cipitar la resolución gubernativa. Pese a continuar desempeñando su escaño parlamentario, tomó una posición de independencia respecto al Partido Libe­ral, rechazando los nombramientos de intendente ge­neral de Puerto Rico y gobernador civil de Manila, pero sí aceptó los de Vocal del Consejo de Gobierno de la Marina y vocal nato del Consejo de Administra­ción y Gobierno del Fondo de Premios de la Marina (1887 y 1888-1890).

Asimismo, perteneció a la Sociedad Geográfica de Madrid, la Academia Indochina de París, el Ateneo de Madrid, la Real Academia de la Historia (de la que fue académico correspondiente) y el Congreso de Americanistas. Fue autor de varias obras sobre política, derecho e historia, así como algunas sobre Filipi­nas y traductor de varias más del francés y del inglés.

Sin embargo, su fulgurante carrera como político, periodista y escritor se truncó de forma prematura, al fallecer a los 40 años de edad.

 

Obras de ~: Ideas sobre la situación moral y material del cuarto estado: folleto de actualidad tan impretencioso como lleno de ver­dades, Madrid, Imprenta Central de los Ferrocarriles, 1872; El derecho moderno, Madrid, Manuel Minuesa, 1875; Miscelánea histórica, política y literaria, Madrid, Imprenta Calle del Pez, 1876; Recuerdos de Filipinas: cosas, casos y usos de aquellas islas vistos, vidas, tocados y contados con una carta-prólogo del Excmo. Sr. D. Patricio de la Escosura, Madrid, Librería de A. Rodrí­guez, 1877-1879; El héroe de Puigcerdá, Barcelona, Librería de D. Juan Oliveres, 1878; El prisionero de Estella (historia de un voluntario), Madrid, E. y V. Oliveres, 1878; Los oradores de 1869, Madrid, M. G. Hernández, 1879; Manual de derecho ad­ministrativo popular, Madrid, Est. tipográfico de G. Estrada, 1879; Las Islas Filipinas (de todo un poco), Madrid, Tipografía de Manuel Ginés Hernández, 1880; Port Bretón, colonia libre de Oceanía, Madrid, Tipografía de Manuel Ginés Hernández, 1881; La cuestión del Golfo de Guinea, Madrid, Tipografía de Manuel Ginés Hernández, 1891.

 

Bibl.: E. de Mogrobejo, Diccionario hispanoamericano de heráldica, onomástica y genealogía: adición al “Diccionario he­ráldico y genealógico de apellidos españoles y americanos”, por Alberto y Arturo García Carraffa, t. XVII, Bilbao, Mogrobejo-Zavala, 2006, pág. 335.

 

Francisco Miguel Espino Jiménez

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