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Eduardo Cañizares y Moyano

Biografía

Cañizares y Moyano, Eduardo. Málaga, 6.IV.1855 – Jumilla (Murcia), 27.V.1929. Militar, general de brigada de Ingenieros, gobernador civil y escritor.

Era hijo del inspector de segunda clase de sanidad militar, Eduardo Cañizares y García, y de Josefa Moyano y Galludo. Ingresó en el Ejército el 1 de septiembre de 1872 y en la Academia de Ingenieros de Guadalajara el 1 de junio de 1874, de la que salía como teniente después de completar los estudios reglamentarios, el 14 de julio de 1876.

Destinado, al salir del centro de enseñanza al 3.er Regimiento de Ingenieros, sirvió en él en las guarniciones de San Ildefonso y Barcelona hasta su ascenso a capitán del Cuerpo en julio de 1877. Continuó en el mismo Regimiento hasta septiembre, por pase a Filipinas con el empleo de comandante en Ultramar (al ser destinados a Ultramar los oficiales tenían derecho a un ascenso que perdían al volver a la Metrópoli). En este empleo desarrolló buena parte de su vida militar, cerca de nueve años. En Filipinas, inicialmente prestó servicios en el batallón de Ingenieros del Archipiélago, desempeñando, además, distintas comisiones de carácter técnico en Cebú y Zamboanga, así como la construcción de fortificaciones y obras varias en la plaza de Manila. También participó en operaciones en Joló, contra los “moros” sámales y quimbajanos (filipinos de religión musulmana) el año 1882.

El 30 de junio de 1883 pasó a la Comandancia de Manila y en 1884 estuvo en comisión en la Comandancia de Cavite y Balabac. Aunque en julio de este año se le había concedido el regreso a la Península, solicitó ir a realizar determinadas obras en Agaña (islas Marianas) y, terminada su comisión, en marzo de 1885 embarcaba para la Península. En julio de ese último año, se le destinó al Batallón de Ferrocarriles con guarnición en la capital de España. Estuvo en esta unidad hasta 1889, desempeñando durante este tiempo una comisión relativa a las fortificaciones necesarias para la defensa de los Pirineos Centrales. En la última fecha indicada (1889), pasó como auxiliar a la Junta Especial del Cuerpo, afecta a la Consultiva de Guerra. En agosto del mismo año, pasaba a la 3.ª Dirección, y en marzo de 1890, a la Subsecretaría y Secciones del mismo, donde estuvo trabajando hasta noviembre, en que, promovido a comandante del Cuerpo por antigüedad, pasó al 1.er Regimiento de Ingenieros. Seguidamente se le designaba para formar parte de la misión militar española cerca del Sultán de Marruecos. En ella permaneció dos años y nueve meses, mandándola en varias ocasiones y acompañando a S.M. jerifiana en varias capitales y en las operaciones que se llevaron a cabo contra cabilas insurrectas.

En noviembre de 1893 presentó distintos trabajos de cartografía, siendo destinado al Cuartel General del Ejército de operaciones en Melilla en el marco de la llamada “Guerra de Margallo” (apellido del entonces gobernador de Melilla, Juan García y Margallo) o primera Guerra del Rif. En este caso, la guerra no se produjo contra el sultanato de Marruecos, sino contra las tribus o cabilas que rodeaban Melilla, al comenzar la construcción de una fortificación cerca de la tumba de un “santón” para las citadas tribus que habitaban la zona. En poco tiempo, un grupo de unos 6.000 guerreros descendió de las montañas para rodear y sitiar la ciudad de Melilla.

En 1894 Cañizares formaba parte de la embajada especial ante el sultán de Marruecos, que, mandada por el general Martínez Campos, concertaba el tratado de paz que daba fin a la campaña. En abril de ese último año, se le destinaba de nuevo al Primer Regimiento de Ingenieros, del que pasaba sucesivamente al tercero de los regimientos del Arma y a la Junta Consultiva de Guerra. En 1895, publicaba su Apuntes sobre Marruecos, título genérico en el que realiza una minuciosa descripción de los itinerarios Mazagán-Marrakech-Rabat-Mequinez-Tanger-Fez-Sefru-Rabat-Casablanca-Magazán-Marrakech. En el libro se detallan meticulosas observaciones geográficas, describiéndose en varios capítulos el sistema social marroquí, así como la organización y potencia de su ejército.

También en 1895, en enero, pasó a servir a la Junta Consultiva de Guerra, como se ha señalado, en la cual permaneció cuatro años hasta su nombramiento como gobernador civil de Zaragoza en marzo de 1899. En marzo de 1900 ascendió a teniente coronel de Ingenieros, continuando en su cargo de gobernador civil de la citada provincia, pasando en febrero de 1901 con el mismo cargo a la de Lérida.

Vuelto al servicio activo, en 1902 era designado jefe del Batallón de Ferrocarriles al que estuvo mandando durante cuatro años. En este periodo de tiempo dirigió varias comisiones: representó al estado en la compra del ferrocarril de Madrid a San Martín de Valdeiglesias, línea con la que el batallón de Ferrocarriles de Ingenieros llevaría a cabo sus prácticas; asistió en 1905 al Congreso Internacional de Caminos de Hierro; participó en Washington en diversos ejercicios y maniobras de los ingenieros militares norteamericanos; desempeñó una comisión reservada en Tánger y tomó parte con sus tropas en el salvamento de las víctimas del hundimiento del tercer depósito del Canal del Lozoya.

Respecto al ferrocarril de la línea citada, en 1895 se autorizó la compra de la misma, que pasaba por “los Carabancheles”, Campamento, Cuatro Vientos, proximidades de Alcorcón, Villaviciosa, Sevilla la Nueva, Brunete, Perales, Chapinería, Navas del Rey y Pelayos, con un total de 76 Kilómetros, que después de años de reconocimiento y diversos estudios se compró finalmente en 1904.

Desde la creación del Cuerpo de Carabineros en 1829 y su posterior reorganización en 1842, la presencia de los carabineros en España fue una constante hasta su disolución en 1940. Para llevar a cabo sus funciones, se desplegó toda una red de acuartelamientos que ocuparon las principales localidades del país, aunque fueron costas y fronteras su territorio por excelencia. La asunción de competencias por parte de los ingenieros militares implicó una mejora sustancial para muchos de los puestos de la Comandancia y, consecuentemente, para el modo de vida de los carabineros y de sus familias. Un ejemplo de esta labor fue el proyecto firmado, en 1904, por Francisco Cañizares, para el puesto de la Atunara, similar al que ya se encontraba en funcionamiento en el puesto de Torre Guadiaro, entonces perteneciente a la Comandancia de Estepona. La nueva casa-cuartel albergaría a 17 familias y venía a sustituir a otra de menores dimensiones que se mostraba insuficiente para cubrir las necesidades de la Compañía.

En mayo de 1906 ascendió a coronel de Ingenieros, permaneciendo en situación de excedente hasta febrero del siguiente año, en que fue nombrado comandante principal de Ingenieros de la VIII Región. En julio del mismo año era designado ayudante de campo del ministro de la Guerra, en cuyo cargo continuó hasta marzo de 1909, por pase al Estado Mayor Central del Ejército. En diciembre se le confirió una comisión para estudiar en Melilla las posiciones que debían conservarse, siguiendo en el mismo destino con distintas comisiones, hasta su disolución.

En diciembre de 1912 pasó al Ministerio do la Guerra, en cuya Sección de Ingenieros, como jefe de los negociados de obras y personal, continuó en el resto de su empleo hasta su ascenso a general de brigada en noviembre de 1916, fecha en la que fue nombrado comandante general del Cuerpo de la 1ª Región. En ese destino desempeñó el servicio normal y varias comisiones, entre otras la del abastecimiento de agua a las bases navales y la de inspección a las obras de defensa de la Comandancia de Mallorca, visitando en varias ocasiones las obras de la Región. Ejerció el cargo citado hasta 1919, año en el que pasaba a la 1.ª reserva. En ella permaneció dos años reglamentariamente y en 1921 pasó a la segunda, en cuya situación se encontraba al fallecer.

Colaboró con numerosas revistas de carácter militar, así como con diversos periódicos.

Estaba en posesión de las condecoraciones siguientes: cruz de 1.ª clase del Mérito Militar blanca; dos cruces del Mérito Militar blanca; otra con distintivo rojo; otra de 3.ª con distintivo rojo; otra de 2.ª distintivo blanco; otra de 3.ª con distintivo blanco; encomienda de Isabel la Católica; placa de la Estrella Negra del Reino; cruz, placa y gran cruz de San Hermenegildo; medallas de la Coronación; de los Sitios de Zaragoza, de plata; del Puente Sampayo, y de oro, de los sitios de Gerona y Medalla de Melilla.

 

 

Obras de ~: Apuntes sobre Marruecos, Madrid, Imprenta del Memorial de Ingenieros, 1895; Memoria del viaje a los Estados Unidos de América del Norte, Madrid, Imprenta del Memorial de Ingenieros, 1895; “Algo sobre Marruecos: Causas del poco conocimiento que hay de Marruecos y de algunos errores en las denominaciones de los accidentes geográficos del país”, en Revista del Memorial de Ingenieros, 28 (1911); E. Hernáez y Palacios, Una expedición Militar realizada por el Teniente Coronel Emilio Hernández y Palacios, ed. de ~, Madrid, Imprenta del Memorial de Ingenieros, 1912.

 

Fuentes y bibl.: Archivo General Militar (Segovia), exps. personales.

Estados del Cuerpo de Ingenieros del Ejército; “Memoria descriptiva de la séptima sesión del Congreso de ferrocarriles de Washington”, en La Correspondencia Militar, 3 de junio de 1907; R. Donoso Cortés, Estudio geográfico político-militar sobre las zonas españolas del norte y sur de Marruecos, Madrid, Librería Gutemberg de José Ruiz, 1913Índice Analítico del Memorial de Ingenieros (1843-1920), Madrid, 1921; W. E. Retana, Breve Diccionario Biográfico de los Ingenieros Militares que han estado en las Islas Filipinas, Madrid, Memorial de Ingenieros, 1923; “Necrología”, en Memorial de Ingenieros del Ejército, 76, 8 (agosto de 1921), págs. 323-325; “Necrología”, en Memorial de Ingenieros del Ejército, 84, 9 (septiembre de 1929), págs. 896-898; J. López Muiños, Algunos aspectos de la Ingeniería Militar española y el Cuerpo Técnico, Madrid, Ministerio de Defensa, 1993; J. Carrillo de Albornoz y Galbeño et al., Abriendo Camino. Historia del Arma de Ingenieros, Madrid, Imprenta Grafoffset, S. L., 1997; L. de Sequera Martínez, Historial de las Unidades de Inge­nieros en Ultramar (la Campaña de 1898), Madrid, Talleres del Centro Geográfico del Ejército, 1999; J. Arencibia de To­rres, Diccionario Biográfico de Literatos, Científicos y Artistas Militares Españoles, Madrid, Colección Heráldica Perseverante de Borgoña, Ediciones E y P Libros Antiguos, S.L., 2001. A. González Blanco (coord.)Repertorio de Heráldica de la Región de Murcia, Murcia, Editora Regional de Murcia, 2003; E. Miralles García y E. Gutiérrez Díaz-Bernardo, Viajeros españoles. Bibliografía. Siglo XIX, Alicante, Biblioteca Virtual Miguel de Cervantes, 2011; D. Pinzón-Ayala, “Los acuartelamientos de carabineros en el Campo de Gibraltar”, en Europa Sur, 4 de junio de 2018 [en línea], disponible en https://www.europasur.es/campo-de-gibraltar/acuartelamientos-carabineros-Campo-Gibraltar_0_1251474905.html; N. Hinarejos Martín, “De Extremadura a Puerto Rico: ingenieros militares a ambos lados del Atlántico”, en Anales de Historia del Arte, 30 (2020), págs. 249-273.

 

Juan Carrillo de Albornoz y Galbeño

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