López Herrero, Juan. Madrid, 3.VII.1853 – 26.X.1933. Militar.
Hijo de Juan López Martínez y de Tomasa Moreno Herrero. Casado en el Arrabal de Binondo, Manila (Filipinas), el 8 de mayo de 1884, con María Josefa del Carmen Carretero García. Soldado de Infantería por suerte (quinto) en febrero de 1874, siendo estudiante fue cadete de Infantería a fines del mismo año y alférez mes y medio después. Hizo sus primeras armas en la campaña del Norte (1874-1876), siendo luego destinado al ejército de Cuba. Allí se distinguió mucho en los combates contra los separatistas (1876- 1877), para seguidamente regresar a la Península, quedando de guarnición en Madrid y sus alrededores. En 1881 pasó destinado al ejército de Filipinas, y estando allí se incorporó en 1883 al Cuerpo de Carabineros, para el que escribió la obra Instrucciones para el servicio del Cuerpo de Carabineros de Filipinas (1896). Volvió más tarde a la Infantería y continuó en Filipinas prestando servicio de guarnición, y también de campaña contra los moros de Joló (1888-1889), hasta que regresó a la Península en 1890, con el ascenso a capitán —aunque, tras incoar un proceso judicial, logró que se le reconociese la antigüedad de 1879 en este empleo—. Permaneció en Madrid varios años, hasta que en 1893 regresó a Filipinas para desempeñar un mando de la Guardia Civil, ascendió a comandante en 1895, mandó los gobiernos militares de Samar y La Laguna, y encabezó las operaciones contra los insurrectos en aquellos puntos y después en Cebú y en Zamboanga —donde fue herido—. Su distinguido mérito en ellas le valió el ascenso a teniente coronel por mérito en guerra en 1898, y a coronel de Infantería, también por mérito de guerra, en 1899. De nuevo en la Península tras el fin de la guerra en Cuba, quedó excedente hasta que en 1901 recibió el mando del Regimiento de Infantería de Valencia, de guarnición en San Sebastián y Santander, pasando en 1905 al Estado Mayor Central, en el que se ocupó de la instrucción de tiro y de la creación de las primeras unidades ciclistas, realizando interesantes proyectos técnicos.
En 1908 pasó a mandar una media brigada de Cazadores, y un año más tarde alcanzó el generalato y se le dio el mando de una brigada que estaba operando en el Rif. De nuevo hizo gala de valor en aquella campaña, distinguiéndose especialmente en los combates de Nador, y en los reconocimientos necesarios para levantar los planos del país. Al mando de la 1.ª Brigada de Cazadores desde 1910, permaneció de guarnición en Madrid, hasta que en 1912 regresó al Rif para participar en las operaciones de aquella campaña, en la que ganó la Gran Cruz de María Cristina, y el ascenso a general de división. En 1915 se le dio el mando de la 9.ª División y fue gobernador militar de Tenerife; en 1917 fue nombrado vocal del Consejo Supremo de Guerra y Marina; y en 1918 ascendió a teniente general, permaneciendo en dicho Consejo hasta que se le nombró en 1920 capitán general de la VII Región (Valladolid), y luego director general de Carabineros, pasando a la reserva en 1923.
Durante su carrera ganó la Gran Cruz de las Órdenes de San Hermenegildo (pensionada), Mérito Militar con distintivo rojo (dos, una de ellas pensionada), y María Cristina, además de otras dos Cruces de 2.ª Clase de la de María Cristina.
Obras de ~: Instrucciones para el servicio del Cuerpo de Carabineros, Manila, Ramírez y Compa., 1896.
Fuentes y bibl.: Archivo General Militar (Segovia), Personal, leg. L-1474.
A. y L. de Ceballos-Escalera Gila, C. García de la Pedrosa Campoy y L. F. Cercós García, Las Reales Órdenes Militar y Naval de María Cristina. La Cruz de Guerra, Madrid, Palafox y Pezuela, 2005, págs. 118-119.
Alfonso de Ceballos-Escalera Gila, marqués de la Floresta