Lluria y Despau, Enrique. Matanzas (Cuba), 13.II.1863 – Cienfuegos (Cuba), 6.X.1925. Médico, sociólogo, político.
Hijo del farmacéutico Enrique Lluria Pujadas y Teresa Despau. Obtuvo en 1881 el bachiller en el instituto de segunda enseñanza de Matanzas. Inició sus estudios médicos en la Universidad de La Habana, concluyéndolos en 1889 en Barcelona; desde aquí pasó a París, donde se graduó especializándose en Urología, como su amigo y colaborador allí residente Joaquín Albarrán, con quien publicó algún trabajo médico. En 1890 regresó con él a Cuba. Pero volvió a París al poco tiempo a trabajar como interno en el Hospital Necker, bajo la dirección del doctor Guyon. En 1893 pasó a Madrid, donde abrió una clínica, trabajó y vivió muchos años. Publicó diversos artículos médicos. Contrajo matrimonio, murió su esposa y se casó en segundas nupcias con la marquesa de Ayarbe, escritora. Se entregó al estudio de la Sociología y militó en el Partido Socialista Obrero Español, donde ingresó en 1905; también participó en la Agrupación Socialista Madrileña y colaboró por esos años con la Revista Socialista. En relación con esta labor, conoció a importantes socialistas y anarquistas, como Carlos Malato, que puso el epílogo a uno de sus libros. Fue discípulo de Ramón y Cajal, con quien compartía algunas ideas sociológicas y políticas. Cajal prologó uno de los libros de Lluria, quien dedicó a su vez amplio espacio a las teorías neurológicas de Cajal, pues las consideraba un basamento importante para su teoría de la evolución de la sociedad y del hombre, desde la perspectiva socialista mecanicista. Perspectiva que aplicó también a su concepto sobre la salud, que dependía de causas ambientales, como el trabajo agotador y la mala nutrición.
Toda la actividad científica y la mayor parte de su labor política las realizó en España. En 1917 se trasladó a Galicia con su esposa e hijos y estableció allí su clínica, pero no tuvo éxito. Dos años más tarde retornó a Cuba, junto con su esposa, y fundó con otros intelectuales la filial cubana de Clarté, Agrupación Internacional de Intelectuales Progresistas, organizada por el escritor francés Henri Barbuse para denunciar las desastrosas consecuencias de la Primera Guerra Mundial y promover la solidaridad con la Revolución de Octubre. Intentó probar que la solución de los problemas sociales se hallaba contenida en la ley de la evolución, o lo que es lo mismo, que existía estrecha correlación entre la sociología y la evolución, y que sólo con el conocimiento de esta última y la armonía de ambas podían suprimirse del mundo males como la miseria, los dolores, el egoísmo, sacándolo del actual caos en que vivía. Aplicó como Spencer y otros sociólogos las leyes de la biología humana a los problemas sociales, viendo a la sociedad como un organismo.
Opinó que la evolución continuaba hacia el futuro, sin ser el hombre el término definitivo de la escala natural. Pero, al propio tiempo, divergió en algunos aspectos de las ideas de Spencer y criticó las limitaciones de la aplicación de lucha por la existencia, de Darwin, a los fenómenos sociológicos, dándole mayor peso a los estudios neurológicos. Fernando Ortiz destacó precisamente el mérito de Lluria por haber llevado a la circulación sociológica las últimas ideas y principios de neurología de aquel momento. En 1925 cerró su consulta en La Habana y se trasladó a Cienfuegos, donde, según Domenech, murió de unas “fiebres malignas”.
Obras de ~: El medio social y la perfectibilidad de la salud, Madrid, Fortanet, 1898; La máquina contra el obrero en el régimen capitalista, Madrid, Gráfica Socialista, s. f.; La máquina a favor de la Humanidad según las leyes naturales, Madrid, Gráfica Socialista, s. f.; Proyecto de ensanche y estación invernal de Sevilla. Implantación en España de los juegos de sport, Madrid, Fortanet, 1901; Evolución super-orgánica, Barcelona, Editorial Maucci, 1905; Humanidad del porvenir, con epílogo de C. Malato, Barcelona, Calle de Bailén, n.º 56, 1906; El medio social y la perfectibilidad de la salud.
Bibl.: F. Ortiz, “Un recuerdo a Enrique Lluria”, en Revista Bimestre Cubana, 21 (1926), págs. 190-193; J. M. Carbonell, Evolución de la cultura cubana, 1608-1927, La Habana, Imprenta Montalvo y Cárdenas, 1928; F. Domenech, Tres vidas y una época: Pedro Lafargue, Diego Vicente Tejera, Enrique Lluria, La Habana, Ediciones de la Revista Índice, 1940; F. Rodríguez, “Enrique Lluria (Médico, Biólogo y Sociólogo)”, y L. Rodríguez Rivero, “Vida accidentada y turbulenta del médico y sociólogo Enrique Lluria”, en Cuadernos de Historia de la Salud Pública, 21 (1963), págs. 68- 77 y págs. 119-144, respect.; A. Cairo, El grupo minorista y su tiempo, La Habana, Editorial de Ciencias Sociales, 1978; A. González de Pablo, “Cuestión social, salud y enfermedad en el pensamiento médico socialista y positivista: la obra de Enrique Lluria y Despau (1862-1925)”, en R. Huertas y R. Campos (eds.), Medicina social y clase obrera en España (siglos xix y xx), t. II, Madrid, Fundación de Investigaciones Marxistas, 1992, págs. 427-458; M. A. Puig-Samper, “El pensamiento evolucionista de Enrique Lluria”, en M. A. Puig-Samper, R. Ruiz y A. Galera (eds.), Evolucionismo y Cultura. Darwinismo en Europa e Iberoamérica, Madrid, Ediciones Doce Calles, UNAM, Junta de Extremadura, 2002, págs. 397-407.
Armando García González