Pereira Basanta, Enrique. Barcelona, 1902 – 1991. Aviador militar.
Enrique Pereira ingresó en 1921 como soldado voluntario en la Aeronáutica Naval especializándose como mecánico de Aviación. Meses después, realizó los cursos necesarios para obtener el título de piloto, que le fue concedido en 1926, y se quedó prestando servicio en la base de la Aeronáutica Naval de El Prat (Barcelona). En el año 1932 ascendió a oficial tercero del Cuerpo Auxiliar de Aeronáutica Naval y en la base de El Prat Pereira empezaba a descollar tanto por ser un oficial serio y responsable como por ser un piloto capacitado en el manejo de hidroaviones y aparatos terrestres.
El 18 de julio de 1936 se encontraba destinado en el destacamento de la Aeronáutica Naval de San Javier (Murcia); el día 21 se trasladó a Barcelona con una formación de torpederos Vickers Vildebeest que trasportaban bombas del polvorín de la base de Los Alcázares (Murcia). Pereira se quedó en El Prat bajo el mando del teniente coronel Felipe Díaz Sandino, prestando servicios en el frente de Aragón desde El Prat y Lérida, aeródromos desde los que atacó Huesca e hizo vuelos de reconocimiento sobre Zaragoza y Pina de Ebro. A finales de julio voló con un hidro Savoia S-62 al pantano de Graus para colaborar con las fuerzas del coronel José Villalba Rubio en la toma de Siétamo. Pereira fue ascendido a capitán con antigüedad de 19 de julio.
El día 6 de agosto despegó de Barcelona formando parte de una patrulla de hidros con la misión de apoyar el desembarco en Formentera e Ibiza, cuyo castillo fue bombardeado por la formación de la Aeronáutica Naval. Tras disfrutar de un breve permiso para ver a su familia en San Javier, recibió orden de trasladarse en vuelo directo a Mahón para ponerse a las órdenes del capitán Alberto Bayo Giraud, quien le ordenó realizar vuelos de lanzamiento de propaganda sobre la isla de Mallorca antes de iniciar su invasión. Días después, Pereira participó con los hidros de Mahón en el apoyo al desembarco de Mallorca y durante el ataque ametralló los hidros italianos que habían sido enviados en ayuda de los sublevados de la isla. El día 28 embarcó en su avión al capitán Bayo para realizar un reconocimiento sobre la isla; a la mañana siguiente, la formación de hidros republicana fue atacada por los cazas italianos que habían llegado a Mallorca de madrugada. Después de la incursión italiana tan sólo el avión de Pereira apoyó a las tropas republicanas desembarcadas hasta que se produjo el repliegue.
En la primera quincena de septiembre de 1936 a Pereira se le ordenó organizar una escuadrilla de hidros para trasladarse a Santander con el objetivo de establecer un servicio de vigilancia de la costa comprendida entre Asturias y Euskadi a fin de evitar el ataque de los bous armados franquistas. Bajo el mando del capitán Fernando Beneito López, la patrulla de Savoia S-62 se trasladó en vuelo desde el golfo de Rosas (Gerona) hasta el Cantábrico, sobrevolando la vertiente norte de los Pirineos. En el Norte dieron escolta a buques que iban a descargar a los puertos republicanos y tuvieron varios encuentros con la armada franquista. El 30 de octubre de 1936 Pereira fue relevado por el capitán Carlos Lázaro Casajust y enviado al aeródromo de Los Llanos (Albacete), donde permaneció una temporada hasta que solicitó incorporarse a una unidad de vuelo. En Albacete le encomendaron la misión de organizar el aeródromo de Sisante (Cuenca), donde el 1 de noviembre de 1936 asumió el mando de la 2.ª Escuadrilla de bombarderos Tupolev SB-2 Katiuskas del Grupo 12 aunque no voló todavía en ellos. El oficial catalán también se encargó de reorganizar el aeródromo de San Clemente, sede la 3.ª Escuadrilla de SB-2. Como los asesores rusos dudaban de su capacidad de vuelo en polimotores, el capitán Pereira realizó el curso de aviones polimotores en Reus y tomó el mando efectivo de su unidad en marzo de 1937. Al frente de la 2.ª Escuadrilla intervino en las batallas de Guadalajara, La Granja, Brunete y Belchite.
Desde su base de Liria (Valencia) Pereira participó en misiones de ataque sorpresa sobre los buques que navegaban frente a las costas de Valencia y los fondeados en las Baleares. En el transcurso de una de estas misiones realizada a finales del mes de mayo su escuadrilla alcanzó al buque italiano Barletta, fondeado en Palma de Mallorca, y el capitán Pereira fue amonestado por Indalecio Prieto, ministro del Aire.
El 7 de agosto de 1937, Enrique Pereira fue ascendido al empleo de mayor (comandante) y pasó a desempeñar en el otoño de 1937 el mando de todas las escuadrillas de Katiuska englobadas en el Grupo 24 durante la batalla de Aragón. Desde el 10 de diciembre de 1937 Pereira ya no volvió a volar en los SB-2 al ser nombrado jefe de la 5.ª Región Aérea. El comandante Pereira actuó de enlace de Aviación con el Ejército de Extremadura en los combates del verano de 1938, y el 26 de marzo de 1939 fue trasladado a la 2.ª Región Aérea hasta el final de la guerra. Enrique Pereira se entregó a las tropas franquistas, fue juzgado y condenado a treinta años de prisión, siéndole conmutada la sentencia por una pena menor. Al salir de la cárcel se estableció en Barcelona y durante la década de 1970 fue secretario de la delegación Catalana- Norte-Balear de la Asociación de Aviadores de la República (ADAR), apoyando la reivindicación de los derechos de los aviadores republicanos como militares profesionales.
Fuentes y bibl.: Archivo Histórico del Ejército del Aire, Exp. de Causa C.24.441.
J. Maluquer Whal, La aviación de Cataluña en los primeros meses de la guerra civil. Madrid, Editorial San Martín, 1977; L. Negra Escuder, “Perdimos a un buen amigo de ADAR”, en ICARO (Asociación de Aviadores de la República, Madrid), n.º 25 (1992), págs. 7-8; J. Salas Larrazábal, Guerra Aérea 1936/39, Madrid, Fundación Aena, 1998-2003, 4 vols.
Carlos Lázaro Ávila