Jaraba Jiménez, Enrique. Málaga, 5.IX.1871 – 5.II.1926. Pintor.
Nació en una familia de clase media acomodada: su padre era propietario de un taller de pintura industrial y decorativa, quizás el más importante de la Málaga de su tiempo, en una época en la que la ciudad comenzaba a extenderse hacia el este, al lado del mar, creando la zona residencial de palacetes y villas a donde se fue trasladando la burguesía. Una vez realizados los estudios de grado medio ingresó en 1886 en la Escuela de Artes y Oficios, donde permaneció hasta 1892, año en el que obtuvo su primera condecoración en la Exposición Nacional: Medalla de 3.ª Clase. Posteriormente perfeccionó sus estudios en Madrid con Moreno Carbonero, que era profesor de la Escuela Especial de Pintura, Escultura y Grabado, del que se consideró toda la vida discípulo y amigo.
Fue un pintor que tocó todos los géneros: retratos, pintura religiosa, pintura costumbrista, paisajes, pintura decorativa, escenografías y carteles. En 1897 emprendió un viaje por Europa que le llevó a Estocolmo, donde permaneció hasta 1898, y donde realizó bastantes encargos y, sobre todo, retratos de miembros de la burguesía sueca, entre ellos el del obispo de Estocolmo.
De hecho, un cuadro suyo figura en el Museo Nacional de esa ciudad.
Fue desde 1901 hasta su muerte profesor de la Escuela de Bellas Artes de Málaga en varias asignaturas, y ocupó por oposición la cátedra de Conceptos del Arte e Historia de las Artes Decorativas en la Escuela de Bellas Artes de Sevilla de 1919 a 1921. Hombre de una amplia cultura artística, fue académico de la de San Telmo de Málaga a partir de 1911 y empresario, ya que tenía el taller de pintura decorativa más importante de Málaga en su tiempo. También fue vocal de la Junta Directiva de la Cámara de Comercio. Y, sobre todo, fue un hombre culto y de trato afable y simpático, que estuvo muy bien relacionado con la burguesía de su tiempo.
Pintor muy versátil, en la pintura de caballete: costumbrista, paisajes, figuras, etc., Enrique Jaraba está en la línea de la pintura luminista, ejecutada con trazo rápido y seguro, más en la línea del sevillano Gonzalo Bilbao que del valenciano Joaquín Sorolla.
Sus cuadros muchas veces parecen abocetados, dejando incluso, en algunos casos, parte del lienzo sin cubrir de pigmento, expresando con una gran economía de medios cualquier situación. Jaraba destacó en su época como retratista. Varios de los retratos de decanos del Colegio de Abogados de Málaga son suyos, así como seis de los veinte retratos de malagueños ilustres representados en el friso del salón de gala del Ayuntamiento de Málaga. En la pintura decorativa destacó entre los pintores locales de su tiempo.
Una prueba de ello es el hecho de que en la decoración de ese nuevo Ayuntamiento, que se realizó entre 1917 y 1918, su colaboración fue la más destacada, ya que hizo, además de los mencionados retratos, el gran tondo central del techo del mencionado salón.
A partir de 1908 Jaraba se convirtió durante varios años en el cartelista imprescindible para los de la feria de Agosto. Son suyos los carteles de 1908, 1909, 1910, 1911, 1912 y 1914. Y el cartel de la feria de Almería de 1910. También son suyos los carteles de la Semana Santa de Málaga de 1923 y 1926. Sin embargo, en la pintura religiosa mimetiza en cierto modo el estilo de los maestros del Barroco español. A partir de 1901 se fue vinculando al taller de su padre hasta que se hizo cargo totalmente de él. Hay que tener en cuenta la importancia que tenía la pintura decorativa en esa época. No solamente en las mansiones burguesas se pintaban techos y salones, sino también en los círculos recreativos, cafés, restaurantes, comercios, como joyerías, librerías, tiendas de objetos de regalos, farmacias, etc., se decoraban las paredes y los techos. Obtuvo premio en todas las exposiciones a las que concurrió, y en su palmarés figuran diversas medallas de oro de exposiciones provinciales y regionales, así como medallas en las Exposiciones Nacionales en 1892, 1897, 1901 y 1904. La prestigiosa revista cultural madrileña La Esfera se ocupó de él en varias ocasiones, dedicándole sus portadas en color el 29 de septiembre y el 17 de noviembre de 1917 y publicando en su interior amplio reportaje de su obra. De nuevo en febrero de 1919 le dedicó una página entera reproduciendo a todo color el mencionado plafond que hizo para el Ayuntamiento de su ciudad. En tres ocasiones concursó Jaraba para la Academia de Bellas Artes de Roma: en 1895, 1899 y 1901, quedando en esta última en el grupo de los quince finalistas para la última prueba, pero ésta fue suspendida por el Ministerio por motivos de desavenencia.
Obras suyas se encuentran en el Museo de Bellas Artes de Málaga.
Obras de ~: Pintura religiosa: La huida a Egipto; La Virgen del Carmen; San Pedro; San Pablo; San Juan Evangelista; La cabeza decapitada de San Juan Bautista. Pintura costumbrista: En la cocina; Las faeneras; A los toros; Un bebedor; Un tirador; Patio de posada; Escena callejera en una plaza de Ronda; En la puerta del cuartel; Procesión de pueblo; Cocina de campo; Interior de casa sueca; Buenos amigos.
Bibl.: F. Cuenca, Museo de pintores y escultores andaluces, La Habana, 1923 (ed facs., Málaga, Obra Socio-Cultural Unicaja, 1996); B. Peña Hinojosa, Los pintores malagueños en el siglo XIX, Málaga, Instituto de la Cultura de la Diputación Provincial, 1964; F. J. Palomo Díaz, Historia social de los pintores del siglo XIX en Málaga, Málaga, 1985; T. Sauret Guerrero, El siglo XIX en la pintura malagueña, Málaga, Universidad, 1987; L. Quesada, La vida cotidiana en la pintura andaluza, Sevilla, Focus, 1992; E. Fabre Escamilla, Enrique Jaraba Jiménez. Un pintor empresario en la Málaga de principios del siglo XX, Málaga, Universidad, Servicio de Publicaciones, 2002.
Eduardo Fabre Escamilla
