Acosta Palop, Eduardo. Villagarcía de la Torre (Badajoz), 5.X.1905 – Sevilla, 4.IV.1991. Pintor.
Nació en 1905 en la localidad pacense de Villagarcía de la Torre. En 1911 la familia se trasladó a vivir a Monesterio, donde su padre, natural de Zafra, ejerció de zapatero. Eduardo Acosta permaneció en esta localidad hasta 1923, fecha en la que, con dieciocho años de edad, se marchó a Sevilla a trabajar y a formarse en la Escuela de Artes y Oficios primero, y después en la Escuela de Bellas Artes de la capital andaluza. Más tarde, en 1935, obtuvo el título de profesor de Dibujo en la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando de Madrid. Pensionado por el Ayuntamiento de Monesterio y desde 1926 por la Diputación de Badajoz, trabajó como pintor ceramista en la fábrica de Mensaque y Vera, en Triana. Acosta Palop contribuyó con sus composiciones y diseños cerámicos a crear numerosas pinturas y azulejos que se exhibieron en los pabellones y monumentos de la Exposición Universal de Sevilla de 1929. En 1934 fue nombrado presidente de la Sección de Bellas Artes del Ateneo de Sevilla, del que era socio desde 1926.
Desempeñó una importante y continuada labor docente, desde 1928, en la Escuela de Artes y Oficios Artísticos y en la Escuela de Bellas Artes de Sevilla. En 1936 obtuvo la cátedra de Dibujo de educación secundaria ocupando una plaza en Elche hasta el final de la Guerra Civil. De vuelta en Sevilla en 1939 fue cesado como profesor interino en la Escuela de Artes y Oficios; se incorporó al año siguiente en la sección de Triana. En 1950 ganó las oposiciones de profesor de término (catedrático) en Dibujo Artístico para la Escuela de Artes y Oficios de Sevilla, de la que fue director entre 1961 y 1975.
Desde 1958 fue también profesor de enseñanza media por oposición en el instituto de San Isidoro de Sevilla.
Acosta se sintió atraído por el costumbrismo de Eugenio Hermoso y de Adelardo Covarsí. Del primero admiró los rostros y miradas de las muchachas frexnenses; del pacense, los paisajes, tan determinantes en la producción posterior de Acosta.
También le atrajo la pintura de Gonzalo Bilbao y más definitivamente la de Gustavo Bacarisas. En Sevilla fue discípulo de Gómez Gil y José Rico Cejudo; fue condiscípulo de Manuel Echegoyán, Rafael Cantarero, Agustín Segura y Ramón Monsalve.
A su vez, fue maestro inicial de Eduardo Naranjo.
Eduardo Acosta fue un notable pintor extremeño de nacimiento. Nunca se desarraigó de Extremadura ni de su patria chica, Monesterio; así lo acreditan sus frecuentes exposiciones en Badajoz. Pero fue sevillano de formación y de adopción, y toda su carrera pictórica y docente la desarrolló en Sevilla.
Como pintor, Eduardo Acosta es esencialmente un gran paisajista, aunque practicó con frecuencia los temas costumbristas con figuras, el bodegón, el florero y la pintura sobre cerámica. Sin embargo, el grueso de su producción está constituido por la pintura de paisajes naturales, de calles y rincones de muchos pueblos y ciudades de Extremadura, Ávila, Andalucía, Tenerife, Teruel, Venecia, etc.
Su técnica habitual fue el óleo y la acuarela. En ésta se mostró como un auténtico maestro, sobre lienzo o tabla. Sus paisajes, naturales o urbanos, presentan siempre un meditado encuadre, en el que los volúmenes se equilibran con acierto y las masas resultan bien orquestadas. El color es esplendente, enriqueciendo al dibujo, utiliza una paleta rica en matices cromáticos, brillante y jugosa. La luz, en juego armónico con el color, es otro componente esencial del paisaje, especialmente propio es el logrado juego de luces y sombras sobre las paredes, muros, calles, etc.
En su producción deben destacarse también los encargos para decorar iglesias sevillanas y extremeñas.
Su actividad expositiva fue muy intensa en Andalucía, particularmente en Sevilla, y en algunas ciudades de Extremadura. Concurrió desde 1936 a las Exposiciones Nacionales de Bellas Artes. Fue un pintor ampliamente galardonado, incluso en su actividad como cartelista obtuvo frecuentes premios. En 1976 se le otorgó la Medalla de Alfonso X el Sabio del Ministerio de Educación y Ciencia por su labor como director en la Escuela de Artes Aplicadas y Oficios Artísticos de Sevilla.
Obras de ~: Jardines del Partal, 1952; El Albaicín, 1952; El Tajo de Ronda, 1965; Calle de Guadalupe, 1958; Castillo de Cazorla, 1975; Sierra de Cazorla; El sacristán, 1943; El anticuario, 1947; La Albuera de Zafra, 1957; Trujillo, s. f.; Virgen con Niño, s. f.; La muñeca, s. f.
Bibl.: A. Zoido Díaz, “Exposición de Eduardo Acosta”, en Hoy, 10 de enero de 1960; “Artistas de Extremdura. Eduardo Acosta”, en Hoy, 29 de julio de 1972; “Eduardo Acosta, maestro indiscutible”, en Hoy, 4 de febrero de 1979; B. de Pantorba, Historia y crítica de las Exposiciones Nacionales de Bellas Artes celebradas en España, Madrid, Jesús Ramón García- Rama, 1980; M.ª del M. Lozano Bartolozi et al., Plástica extremeña, Badajoz, Caja de Badajoz, 1990; R. Hernández Nieves, Catálogo de la Exposición Eduardo Acosta Palop, Badajoz, Museo de Bellas Artes de Badajoz, 2001; Museo de Bellas Artes de Badajoz. Catálogo de pinturas, Badajoz, Diputación de Badajoz, 2003.
Román Hernández Nieves
