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Francisco de Céspedes

Biografía

Céspedes, Francisco de. Sevilla, s. m. s. XVI – España, s. m. s. XVII. Militar. Gobernador.

Era miembro de una noble casa andaluza. En 1587 era alférez en la armada del marqués de Santa Cruz; en 1590 sirvió a las órdenes de Álvaro de Bazán; fue capitán de caballería seis años más tarde y alcalde de la fortaleza de Santa Olaya. Acompañó a Felipe III en la jornada de Portugal. Ocupó el cargo de regidor perpetuo de Sevilla hasta que fue designado gobernador del Río de la Plata, a propuesta del Consejo de Indias para reemplazar a Diego de Góngora. Llegó a Buenos Aires el 17 de septiembre de 1624 en compañía de dos de sus hijos. En conocimiento de la toma de Bahía a manos de los holandeses, durante su paso por Río de Janeiro, celebró junta de guerra en Buenos Aires para ponerla en condiciones de resistencia.

Logró reunir importantes refuerzos en el interior del territorio, aunque no hubo ataques. Preocupado por la evangelización de las tierras a su mando, renunció al empleo de medios hostiles con los charrúas y envió al padre franciscano Juan de Vergara al Uruguay, quien dejó establecidas dos reducciones de indios: San Francisco de Olivares de los Charrúas y San Antonio de los Chanáes. Felipe IV le expresó en una carta de 1626 la necesidad de erigir un fuerte en el puerto de Montevideo para defensa estratégica de Buenos Aires y de las demás provincias. Este proyecto fue reiterado en 1628 pero no fue tomado en cuenta por el Consejo de Indias.

Céspedes protagonizó un lamentable enfrentamiento con un afamado vecino de la ciudad de Buenos Aires, Juan de Vergara, alcalde de primer voto, tesorero de la Santa Cruzada y notario del Santo Oficio. Este incidente lo llevó a enemistarse con el obispo de Buenos Aires, fray Pedro de Carranza, que juzgó que cualquier delito que se le imputase a Vergara, le correspondía al obispo entender en ellos por el cargo que desempeñaba. El gobernador apresó a Vergara, que fue liberado por el obispo. Céspedes entró en la catedral porteña decidido a recuperar a su enemigo, y el obispo lo excomulgó. Las palabras del obispo causaron tal efecto en los soldados, que de inmediato se retiraron del fuerte. Desde entonces la autoridad del gobernador quedó quebrantada.

La Audiencia de Charcas envió un juez comisionado, Diego Martínez de Prado, encargado de averiguar sobre la defraudación de mercaderías en el Río de la Plata. Comprobados los desfalcos con la complicidad de Céspedes, sus hijos y los oficiales reales, obligó al gobernador a salir de la ciudad. Céspedes fue reemplazado por Hernandarias. Después del pleito que llegó a la Audiencia, el gobernador Céspedes y el obispo Carranza se reconciliaron. Hernandarias de Saavedra no halló mérito para suspender a Céspedes y lo restituyó en la plenitud de sus funciones el 1 de marzo de 1628.

En 1631, en una muestra de su influencia y poder como máximo dignatario de la ciudad, mandó ajusticiar en la plaza pública a dos individuos que habían perpetrado un robo en las arcas reales. El 24 de diciembre de ese mismo año fue reemplazado en sus funciones por Pedro Esteban Dávila.

 

Bibl.: E. Peña, Don Jacinto de Lariz: turbulencias de su gobierno en el Río de la Plata (1646-1653), Madrid, Librería general de Victoriano Suárez, 1911, pág. 17; Don Francisco de Céspedes, noticias sobre su gobierno en el Río de la Plata (1624-1632), Buenos Aires, Casa Jacobo Peuser, 1921; E. Udaondo, Diccionario biográfico colonial argentino, Buenos Aires, Editorial Huarpes, 1945, págs. 247-248; R. Molina, Diccionario biográfico de Buenos Aires (1580-1720), Buenos Aires, Academia Nacional de la Historia, 2000, pág. 168.

 

Sandra Fabiana Olivero