Portocarrero y Funes de Villalpando, Domingo. Marqués de Mancera y Montalto (IV), conde de Humanes (V) y señor de Luzón. Madrid, 10.IV.1693 – 21.VIII.1750. Teniente general y consejero de Guerra.
Hijo de Cristóbal Portocarrero de Guzmán Luna y Enríquez, IV marqués de Valderrábanos, VIII marqués de la Algaba, IV conde de Montijo, III conde de Fuentidueña, y de María Regalado Funes de Villalpando y Monroy, IV marquesa de Osera y señora de Luzón. Casó con María Encarnación Sarmiento Vargas, IV marquesa de Mancera y Montalto y V condesa de Humanes tras la muerte de su suegro, Pedro Sarmiento de Toledo. Recibió merced de caballero de la Orden de Calatrava en 1737 y en ese mismo año se le concedió la encomienda de Beteta, en la Orden de Calatrava, y la encomienda de Peraleda en la Orden de Alcántara. Fue señor de Luzón.
Comenzó a servir en el Ejército en abril de 1713 como cadete de la compañía española de Guardias de Corps desde la cual promocionó a capitán de Caballería del Regimiento de la Reina en abril de 1717.
En febrero de 1724 recibió el grado de coronel de Caballería y volvió al cuerpo de Guardias de Corps para servir como exempto de la compañía española desde abril de 1727. En mayo de 1734 fue ascendido a brigadier de Caballería y en septiembre de 1735 a alférez de Guardias de Corps. Continuó la carrera en este cuerpo con sendos ascensos a subteniente en marzo de 1736 y teniente en noviembre de 1737. Las promociones en tan importante cuerpo de la guardia del Rey tuvieron pronto su correlato en los más altos empleos del Ejército, y así fue ascendido a mariscal de campo en abril de 1741 y a teniente general en febrero de 1744, ascenso este último que coincidió prácticamente con su nombramiento como consejero de capa y espada del Consejo de Guerra, conservando el sueldo de teniente general empleado. Tanto el ascenso en el escalafón como el nombramiento para el Consejo debieron de ser la compensación que recibió por su intento fallido para ser nombrado capitán de la compañía española de Guardias de Corps. Felipe V, merced a la mediación del marqués de la Ensenada ante la Reina, se inclinó por el duque de Huéscar para un puesto que desde la creación del cuerpo a principios del siglo xviii se había convertido en uno de los más importantes de Palacio por su cercanía a la persona del Rey. Permaneció como consejero de Guerra hasta su muerte en agosto de 1750.
Bibl.: F. Andújar Castillo, Consejo y Consejeros de Guerra en el siglo xviii, Granada, Universidad, 1996.
Francisco Andújar Castillo