Bejarano y Girón, Joaquín Gregorio. Marqués de Sofraga (VI). Trujillo (Cáceres), 11.XII.1689 – Madrid, 1.VIII.1741. Caballero de la Orden de Alcántara, abogado.
Segundo hijo de los ocho habidos por el matrimonio contraído en El Espinar (Segovia), el 8 de marzo de 1674, entre Gregorio Bejarano y Cervantes de la Cerda, señor de Orellana (nacido en Trujillo, el 19 de mayo de 1636, donde testó el 2 de noviembre de 1695), cuando ingresó como caballero de la Orden de Alcántara en 1663, y Juana Girón y Núñez de Vela, V marquesa de Sofraga, nacida en Ávila el 7 de abril de 1653, que al enviudar decidió recluirse en el convento de San Miguel en Trujillo.
Al haber fallecido prematuramente su hermano primogénito, Pedro Ignacio Bejarano, Joaquín Gregorio sucedió en los numerosos títulos, señoríos y mayorazgos de sus progenitores por Talavera y Trujillo y Segovia.
Así, a la llegada del siglo xviii, era señor de Orellana de la Sierra, patrono único del beneficio de San Juan Bautista de Almeida y carvelino en tierras de Santiago. Y tras casar en Salamanca, el 30 de agosto de 1707, con Ana María del Águila Acuña y Vázquez, marquesa de Villaviciosa y condesa de Requena (nacida en Ávila, el 6 de agosto de 1689), sucedió a su madre, en 1709, en el título de marqués de Sofraga.
El marqués de Sofraga vivió en su ciudad natal, en su palacio de la calle a la que daba nombre su título nobiliario desde 1626; calle contigua a la plaza de San Miguel, donde se encuentra el convento de dominicas al que se retiró su madre. En el Protocolo de Pedro de Rodas Serrano, en el Archivo Municipal de Trujillo, se encuentran el inventario, las cuentas y la participación de los cuantiosos bienes de Joaquín Gregorio Bejarano, entre los que se citan tapices, muebles, vajillas de plata, alhajas de oro, plata y piedras preciosas, una magnífica biblioteca, artísticas esculturas y pinturas de Lucas Jordán.
Ejerció el marqués de Sograga como alguacil mayor del santo Oficio de la Inquisición titular de la ciudad de Trujillo, pero pasó grandes temporadas en la Corte, como hicieron la gran mayoría de las familias nobiliarias extremeñas tras la Guerra de Sucesión española. De hecho, falleció en Madrid el 1 de agosto de 1741, teniendo que ser trasladados sus restos a Trujillo para ser enterrados en la capilla de Santa Apolonia de la iglesia de santa María la Mayor. Coincidía esta fecha con el ingreso en el Real Seminario de Nobles de Madrid de Vicente, Domingo y Joaquín Bejarano del Águila, que, junto con Francisca, fueron los cuatro hijos que tuvo el matrimonio. El mayor de ellos sucedió en los títulos de sus padres; Domingo Bejarano fue nombrado caballero de la Orden de Santiago en 1770; mientras que Francisca casó con Vicente María Vera de Aragón y Enríquez de Navarra, primer conde de la Roca, y fueron sus descendientes los que continuaron la línea al carecer sus hermanos de descendencia, los cuales gozaron de gran prestigio en la Corte, teniendo el privilegio de ser retratados por Francisco de Goya y Lucientes en 1791.
Fuentes y bibl.: Archivo Histórico Nacional, Relación de Débitos de Grandeza y Títulos de 1709, leg. 791; Universidades, 622, exp. 22.
J. Tena Fernández, Trujillo, histórico y monumental, Alicante, Gráficas Alicante, 1968; V. de Cadenas y Vicent, Caballeros de la Orden de Santiago. Siglo xviii, t. V, Madrid, Hidalguía, 1980, pág. 175; J. A. Ramos Rubio, Estudio histórico- artístico de la iglesia parroquial de Santa María la Mayor de Trujillo, Cáceres, 1990; A. Barredo de Valenzuela y Arrojo y A. Alonso de Cadenas y López, Nobiliario de Extremadura, t. I, Madrid, Hidalguía, 1996, pág. 175.
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osé Antonio Ramos Rubio e Iván F. Moreno de Cózar y Landahl, Conde de los Andes