Castro Cardús, Ramón Santiago. Huesca, 31.VIII.1904 – Madrid, 23.III.1983. Ingeniero de Caminos, profesor, empresario, coleccionista de arte y mecenas.
Siempre se le conoció por su segundo nombre. Cursó la enseñanza media en el Instituto de Huesca y en el de San Isidro de Madrid. En 1921 obtuvo el título de Telegrafista. Estudió en la Escuela Especial de Ingenieros de Caminos, Canales y Puertos de Madrid, en la que terminó la carrera en 1928. Obtuvo el número tres entre los alumnos de su promoción, por lo que fue becado para ampliar estudios en Europa. Estuvo en Holanda estudiando los puertos y a su regreso escribió un artículo sobre “Los nuevos muelles de Merwehaven”, que apareció en la Revista de Obras Públicas (ROP) en 1931. Esta experiencia portuaria determinó que, tras un primer empleo en la Confederación del Ebro, entrase en la empresa orensana Fierro para trabajar en la construcción del puerto de San Esteban de Pravia. En 1934 ingresó en el escalafón estatal con categoría de ingeniero tercero y fue destinado a la provincia de Salamanca. A principios de 1938, el gobierno de Burgos lo nombró director del puerto de San Esteban, razón por la que, por decreto de 19 de febrero, fue separado “definitivamente” del Cuerpo por el Gobierno republicano.
Permaneció en el puerto hasta 1945 en que, tras la creación de Saltos del Sil, se incorporó a la empresa, de la que fue director general y más tarde consejero. Creó allí unos excelentes equipos de proyectos y de obras a los que otorgaba la máxima libertad y responsabilidad. Los encabezaron dos ingenieros muy jóvenes, Alejandro del Campo y Julián Trincado. Con ellos construyó algunos de los mejores ejemplares de presas españolas de todas las tipologías: Chandreja, de contrafuertes; San Esteban, de arco gravedad; Santa Eulalia, bóveda, etc. Ello determinó que en 1963 fuese elegido miembro del Comité Español de Grandes Presas. En 1967, con motivo del Congreso Internacional de Grandes Presas de Estambul publicó en la Revista de Obras Públicas un artículo con Julián Trincado sobre explotación de embalses y, en 1970 y 1973, con motivo de dos nuevos congresos volvió escribir en la revista sobre un asunto relacionado con sus dos dedicaciones principales, la estética y las presas. Susana Chávarri, en su libro La construcción de los Saltos del Sil, tomó datos de una biografía de Castro inédita, escrita por Alejandro del Campo, y entrevistó a muchos de sus subordinados. Da una vívida imagen de su carácter sencillo y campechano y del ambiente que contribuyó a crear en la empresa.
Tras la absorción de Saltos del Sil por Iberduero, fue nombrado director adjunto de esta última sociedad. Sería también presidente del Comité de Intercambios Internacionales de Energía Eléctrica y de Intoesa, así como vicepresidente del Consejo Nacional de Empresarios y del Fórum Atómico Español. Estuvo en posesión de la Cruz del Mérito Naval con distintivo blanco.
En 1960, tras la jubilación de Tomás García-Diego, entró como profesor de Arte en la Escuela de Caminos. Permaneció en ese puesto hasta que él mismo alcanzó la edad de jubilación en 1974. No fue nunca ni catedrático ni encargado de cátedra pues su asignatura, con más de cien años de antigüedad en la Escuela, no fue clasificada en los planes de 1957 y 1964 como una cátedra sino entre las “enseñanzas especiales” y él figura en el anuario de 1962-63 como profesor adjunto y en los anuarios de los años siguientes como profesor de enseñanzas especiales. La asignatura, según los planes, se impartió en distintos años de la carrera, con un título también variable: “Estilos artísticos e Historia del Arte” o “Estética de la ingeniería”. Castro cambió la orientación que su predecesor había dado a la enseñanza, dedicando más atención al arte actual.
Santiago Castro fue un gran aficionado a la pintura y coleccionó mucha obra de pintores abstractos de los que fue un auténtico mecenas o, como en broma se decía, “mis cenas”, por las muchas que con ellos organizaba. Cuando ya no cabían los cuadros grandes por las paredes de su casa envió muchos de ellos a una residencia de Saltos del Sil y se dedicó a los de pequeño formato. En 1979 varios individuos asaltaron su casa en la calle Fernán González, 20, de Madrid y robaron 25 obras de arte entre las que había grabados y pinturas de Fragonard, Tiépolo, Juan Gris, Picasso, Fortuny o Benjamín Palencia, además de una atribuida a Goya. En 1984, después de muerto Castro, el intento de subastar en Sotheby's una paloma de Picasso dio la pista que condujo hasta la propietaria de un conocido restaurante madrileño.
Una actividad de Santiago Castro, insólita porque se alejaba del ámbito geográfico del Sil y del ámbito de las presas, fue su trabajo para la sociedad de ferrocarriles económicos valencianos, para la que, en 1948, proyectó el apeadero de Seminario y, en 1950, la doble vía de Valencia a Torrent y el nuevo emplazamiento de la estación, las cocheras y los talleres en Valencia.
Santiago Castro estuvo casado con Aurora Lamamié de Clairac, que en 1950 heredó de su padre la famosa ganadería salmantina de ese nombre y que fue la única mujer miembro de la Unión de Bibliófilos Taurinos, aunque no consta que él participase en sus tertulias ni se involucrase en otros asuntos taurinos. No tuvieron hijos.
Obras de ~: “Los nuevos muelles de Merwehaven”, en Revista de Obras Públicas (ROP), 79, 2587 (1931), págs. 501-504; con J. Trincado, “Explotación de embalses en relación con la laminación de avenidas”, en ROP, 115, 3028 (1967), págs. 961-968; “La enseñanza de la historia del arte en la Escuela de Ingenieros de Caminos, Canales y Puertos”, en ROP, 116, 3054 (1969), págs. 783-792; “Valor artístico de las presas”, en ROP, 117, 3061 (1970), págs. 579-588; “Ilmo. Sr. D. Tomás García-Diego de la Huerga”, en ROP, 120, 3097 (1973), págs. 386-387 [reed. como “Humanidades y técnica en la vida de un gran ingeniero”]; “Estética de presas. Arte y naturaleza”, en ROP, 120, 3098 (1973), págs. 467-476.
Bibl.: S. Chávarri Pérez, La construcción de los Saltos del Sil 1945-1965, Madrid, Diputación provincial de Ourense - Colegio de Ingenieros de Caminos, 2010; F. Sáenz Ridruejo, Una Historia de la Escuela de Caminos. La Escuela de Caminos de Madrid a través de sus protagonistas, Madrid, Colegio de Ingenieros de Caminos - Fundación Villar Mir, 2016.
Fernando Sáenz Ridruejo