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José María Esquerdo Zaragoza

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Biografía

Esquerdo Zaragoza, José María. Villajoyosa (Alicante), 1.II.1842 – Madrid, 30.I.1912. Médico, psiquiatra y político.

Hijo de humildes labradores y huérfano desde el primer año de vida, fue educado, junto con sus siete hermanos, por su tío el presbítero Juan Zaragoza. Estudió el bachillerato en Valencia con grandes privaciones económicas (careció incluso de libros de texto). Trabajó como copista en una notaría para financiarse sus estudios de medicina. Fue alumno y ayudante de las clases de Pedro Mata y Fontanet en el hospital de San Carlos de Madrid. Obtuvo el grado de licenciado con sobresaliente el 14 de junio de 1865. En 1868 obtuvo por oposición la plaza de cirujano del Hospital Provincial de Madrid. Pocos días después, su amigo Manuel Ruiz Zorrilla, ministro de Fomento en el Gobierno provisional formado tras el triunfo de la revolución de 1868, le ofrece nombrarle catedrático oficial, cosa que Esquerdo rechazó. Sin embargo, es encargado de un curso de Patología General y Enfermedades Mentales en la facultad de Medicina de Madrid, una escuela libre recién creada. Esquerdo dio un sentido muy práctico a la enseñanza y con él se formaron prestigiosos médicos. No está claro de dónde procede su interés por la frenología que unos relacionan con un viaje a Valencia y el haber presenciado el castigo que se infligía a un demente, y otros, por sus propios problemas psicológicos aparecidos tras la muerte de su esposa, en 1867, tras cuatro años de matrimonio. El propio Esquerdo pidió ser destinado a la enfermería de alienados del hospital, en donde permaneció trabajando muchos años.

Perteneció al grupo selecto de médicos que introdujeron en España la neuropsiquiatría y José Esquerdo tradujo el texto del francés Guislain. Hay que tener en cuenta que, dentro de lo que fue el espíritu de la Ilustración, los enfermos mentales formaban parte de tantos otros grupos sociales marginados que de alguna manera había que reformar. De ahí la proliferación de casas de misericordia y de establecimientos psiquiátricos en los que se concedía gran importancia al trabajo como instrumento terapéutico. El trabajo tenía objetivos morales (la ociosidad es fuente de todos los vicios, productivos (el interno obtiene una contraprestación económica) y formativos (para su reintegración a la vida normal). Como consecuencia, se va produciendo una progresiva secularización y medicalización de la gestión institucional, que se sustrae así de la influencia religiosa, en los que España es precursora, tanto por el control médico de los ingresos como por la tutela de los enfermos una vez ingresados.

El 20 de mayo de 1877 inauguró en Carabanchel Bajo un hospital psiquiátrico. Fue un centro innovador que proporcionaba a los internados el máximo confort posible. Había varias categorías, desde una planta en uno de los dos chalets que lo integraban, que incluían el servicio doméstico correspondiente, hasta salas comunes en el edificio principal, como eran habituales en la época. El sanatorio está en el centro de un pinar y contaba con huertas adyacentes que proveían a internos y personal. La vida cotidiana de los enfermos se organizaba en torno a la terapia ocupacional e incluso contaba el sanatorio con un teatro donde los enfermos representaban obras tradicionales y a veces sus propias vivencias. Contaba con una magnífica biblioteca. Además de éste y dependiente de él, fundó otro más pequeño denominado El Paradis en su pueblo natal, Villajoyosa, con la intención de que fuera una colonia agrícola. En los meses de verano, Esquerdo trasladaba a los enfermos de Carabanchel que estaban en condiciones de hacerlo a un edificio a veranear a El Paradís. En su interés de ayudar a los enfermos y sus familias aceptaba como pago de la estancia pequeñas parcelas de tierra, por cuidar de por vida a un paciente mental. En esa época pocas curaciones podían esperarse. Estos establecimientos seguían los principios de tratamiento moral, de la no sujeción de los internados, de mantener el orden y el perfecto funcionamiento de todos los servicios y unas buenas relaciones entre internados y personal.

Esquerdo, al igual que otros psiquiatras coetáneos suyos, entre ellos su discípulo Jaime Vera, Ángel Pulido y Luis Simarro, incorporan sus perspectivas antropológicas a sus intervenciones en los tribunales, tratando de legitimar su disciplina en el ámbito judicial. De este modo, la psiquiatría aporta a los órganos jurisdicciones precisión clínica y valoraciones científicas de los comportamientos delictivos, que contribuyen a diferenciar la figura del enfermo mental de la del delincuente. El papel de estos peritos científicos ayuda a perfilar en el Código Penal cuestiones tales como la imputabilidad, las circunstancias que modifican de la responsabilidad penal y la propia psicología criminalística.

Su actividad política tiene como fondo la penosa situación sociocultural de España en aquella época: el 2 por ciento de los propietarios poseían el 47 por ciento de las tierras, el 71,5 por ciento de la población era analfabeta y sólo existían en España cincuenta y seis bibliotecas públicas. Frente a este estado de cosas, un grupo de luchadores quiere impulsar la historia, las ciencias, la literatura y el arte y la clase trabajadora comienza a organizarse. A este grupo pertenecen el doctor Esquerdo, su maestro Pedro Mata y su discípulo Jaime Vera junto con otros colegas.

Fue un republicano entre repúblicas que luchó por la unidad del campo republicano. El primer triunfo del republicanismo español, en el que a partir de entonces Esquerdo desempeñaría un significativo papel, fueron las elecciones de 1893 a las que comparecieron Manuel Ruiz Zorrilla, José María Esquerdo, Nicolás Salmerón, Rafael María de Labra, José Manuel Pedregal, etc., que obtuvieron un gran éxito. En 1895 muere Ruiz Zorrilla, y Esquerdo es nombrado jefe del Partido Republicano. En 1897 se funda la Unión Republicana Nacional con Nicolás Salmerón, Gumersindo Azcárate, José Muro, Juan Sol y Ortega, José María Esquerdo y Ernesto García Ladevese, muchos de ellos vinculados a la masonería y de posturas anticlericales. En 1889 nace el denominado Bloque de Izquierdas, con la unión de liberales y republicanos. Más tarde surgen las protestas contra el proyecto de represión del terrorismo de 1908 y la Semana Trágica de Barcelona de 1909 y las numerosas movilizaciones populares para oponerse a la guerra del Rif. El 7 de octubre, la policía secuestra El Liberal, España Nueva y El País, que publicaron una declaración del regeneracionista Joaquín Costa contra la guerra. Ese mismo día, Gumersindo Azcárate, Benito Pérez Galdós y Pablo Iglesias sientan las bases de una coalición republicano-socialista, que obtiene una victoria casi aplastante en 1910. Esquerdo obtiene el mayor número de votos después de Galdós. Se muestra entonces como un gran orador, uno de sus discursos, pronunciado en la Cámara el 10 de octubre de 1910, es considerado unánimemente como una pieza maestra. Este año se proclama la República de Portugal, y el doctor Esquerdo viaja al país hermano a comprobar in situ tan significativo acontecimiento. Siempre fue partidario de una federación republicana entre las dos naciones y su actividad impidió que el ejército interviniera en Portugal como era el deseo de los más reaccionarios monárquicos españoles.

Hizo suya la frase de Virchow: “La medicina es una ciencia social y la política no es otra cosa que medicina en grande”. La última vez que se le vio en las Cortes fue tres días antes de su muerte. Ya gravemente enfermo acudió a escuchar a Melquíades Álvarez, a quien tanto admiraba. Al acercarse para saludarle, el doctor le confiesa: “Me estoy muriendo a chorros, y lo peor es que no me lo creen”. Falleció en su casa de Madrid y fue enterrado en la Sacramental de San Lorenzo y San José, de Carabanchel Bajo.

En 2002 se creó la Fundación Esquerdo, que tiene por objeto alentar el estudio y la divulgación de la figura del doctor Esquerdo, promover la investigación científico-técnica en el área de las ciencias de la salud, así como el desarrollo de proyectos en áreas sociales, culturales e históricas relacionadas con su figura y la de sus colaboradores, tanto médicos como políticos.

 

Obras de ~: Locos que no lo parecen, Garayo el Sacamantecas, Madrid, Imprenta del Hospicio. Imprenta y Esterot. de El Liberal, 1881; “Prólogo”, en V. Garrido Escudin, La cárcel o el manicomio. Estudio médico-legal sobre la locura, Madrid, Casa Editorial de J. M. Faquineto, 1888.

 

Bibl.: Redacción, “La labor del doctor Esquerdo”, en Diario El País, 12 de febrero de 1893; J. de Eleizegui, Don José María Esquerdo, Madrid, Imprenta de A. Marzo, 1914; J. Espinosa Iborra, “La asistencia psiquiátrica en la España del siglo XIX”, en Asclepio, XXI (1969), págs. 179-184; F. Álvarez-Uría, Miserables y locos. Medicina mental y Orden social en la España del siglo XIX, Barcelona, Tusquets, 1983; A. M. Rey González, “Clásicos de la psiquiatría española del siglo XIX (IV): José M. Esquerdo y Zaragoza (1842-1912)”, en Revista de la Asociación Española de Neuropsiquiatría (RAEN), VII (1983), págs. 103-115; C. Llorca Baus, José María Esquerdo, el gran desconocido, Alicante, Publicaciones del Ayuntamiento de Villajoyosa, 1984; J. Espinosa Iborra, “Ideología de la Ilustración en España y tratamiento moral”, en RAEN, XX (1987), págs. 117- 123; J. Esteban Gonzalo, “José María Esquerdo Zaragoza”, en Política, XXX (noviembre-diciembre de 1998); J. Aztarain Díez, “La asistencia psiquiátrica en España en los siglos XVIII y XIX”, en El nacimiento y consolidación de la asistencia psíquica en Navarra (1868-1954), Pamplona, Gobierno de Navarra, 2005, págs. 65-105 (col. Temas de Historia de la Medicina, 4).

 

Juan José López-Ibor Aliño

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