Solano Llanderal, Enrique. Barcelona, 30.IX.1848 – Madrid, 22.XII.1906. Militar.
Hijo de Ramón Solano Llanderal, mariscal de campo, y de María Llanderal Cervell, se casó el 3 de septiembre de 1883 con Teresa Raficas Nolla. Comenzó la carrera militar en 1864 como subteniente de Infantería del Ejército de Filipinas, y tras prestar allí servicios de guarnición y de campaña en los regimientos de Castilla, de Isabel II, del Príncipe, del Infante y del Rey, principalmente en Cavite, volvió a la península en 1872 con el empleo de teniente. Participó en la campaña contra los carlistas en Cataluña y en el norte, ejerció un mando de la Guardia Civil y, encuadrado en el Batallón de Cazadores de Puerto Rico, destacó en las acciones y combates de Choritoquieta, Santa Bárbara, Somorrostro y Peña-Plata. Allí mereció, siempre por mérito de guerra, los empleos de capitán (1873) y comandante graduado de teniente coronel (1874). Fue destinado a Cuba en 1879 como ayudante de campo del capitán general Ramón Blanco, y además de participar en las operaciones militares contra los separatistas fue presidente del Casino Español de Remedios, ciudad que le nombró su hijo adoptivo. Promovido a teniente coronel en 1880, regresó a la península un año después con el general Blanco y mandó varios cuerpos en Cataluña y los Pirineos. Destinado a Filipinas en 1886, fue allí ayudante de campo del capitán general y gobernador de las islas Marianas (1887-1890), ascendiendo a coronel en 1889. Desde 1891 mandó el 21.º Tercio de la Guardia Civil, retornando a la península un año después para ocuparse de varias comisiones y mandos en Asturias, Andalucía y Galicia. Promovido al generalato en 1896, mandó una brigada, pero enseguida fue destinado a Cuba al mando de otra que estaba en operaciones contra los separatistas, participando en numerosos hechos de armas durante aquel año y el de 1897. Tras volver brevemente a la península a causa de una enfermedad, fue nombrado comandante del castillo de la Cabaña, y en 1898 segundo jefe del Estado Mayor General del ejército de Cuba, en cuyo mando se distinguió operando contra los rebeldes y los estadounidenses hasta el final de la guerra –por cuyos servicios ganó la Gran Cruz de la Orden Militar de María Cristina–. Regresó por fin a España a fines de 1898, quedando de cuartel hasta que en 1904 fue nombrado gobernador militar de las plazas de Jaca y de Huesca, pasando a la reserva en 1905. Había sido condecorado con la Gran Cruz de las Órdenes de San Hermenegildo (1899) y del Mérito Militar con distintivo rojo (dos, una de ellas pensionada, en 1897 y 1898), y la Encomienda de la de Isabel la Católica.
Fuentes y bibl.: Archivo General Militar (Segovia), Personal, leg. S-2956.
A. y L. de Ceballos-Escalera Gila, C. García de la Pedrosa Campoy y L. F. Cercós García, Las Reales Órdenes Militar y Naval de María Cristina. La Cruz de Guerra, Madrid, Palafox & Pezuela, 2005, págs. 105-106.
Alfonso de Ceballos-Escalera Gila, vizconde de Ayala
