Larios y Fernández de Villavicencio, José. Marqués de Larios (V), marqués de Marzales (II), duque de Lerma (XV).Guadacorte (Cádiz), 25.III.1910 – Algeciras (Cádiz), 24.IV.1997. Aviador militar.
Eran sus padres Pablo Larios y Sánchez de Piña y Josefa Fernández de Villavicencio y Crooke. Tuvieron nueve hijos, siete mujeres (Talia, Mercedes, Irene, Margot, Maribel, Marilú y Fabiola) y dos varones: Pablo, que murió a los ocho meses, y José (Pepito, como siempre le llamó su familia), que era el cuarto en la lista de los hijos.
La infancia y la primera juventud la pasó José en Inglaterra, pues a los nueve años fue enviado, primero al colegio Ropers y después al colegio benedictino Ampleforth, a unos treinta kilómetros de York, donde se habían educado su padre y su abuelo.
En el colegio se aficionó a los deportes, practicando el boxeo, el rugby y el cricket. También participó en la organización de una sociedad de caza, con la que se divertía cazando liebres en las campiñas inglesas y merendando en cualquier posada pueblerina de la comarca. Asimismo, era aficionado a los caballos y a la caza del zorro. Completó sus estudios en Inglaterra con tres años en el Royal Agricultural College, en Cirencester.
Regularmente pasaba las vacaciones de Navidad y Pascua en Escocia, en casa de un familiar en Springwood Park, cerca de Kelso, donde se aficionó a la pesca del salmón.
Cuando terminó sus estudios, volvió a España para cumplir durante dieciocho meses el Servicio Militar bajo el régimen republicano, que se había instaurado recientemente. De convicciones conservadoras, a los dos primeros días de la implantación de la República se le ocurrió, acompañado por su cuñado el conde de Revertera, pasearse por Algeciras arrancando cuantas banderas republicanas encontraban. Al día siguiente fue atacado por elementos extremistas; fue detenido por la Guardia Civil e ingresado en prisión. Su cuñado, para liberarlo de la cárcel, pidió al alcalde republicano que le permitiera ir a despedir y presentar sus respetos al infante don Juan, hijo de Alfonso XIII, que marchaba a Gran Bretaña desde Gibraltar para incorporarse en la Escuela Naval de Dartmouth. Se le concedió el permiso y pudo realizar, junto a sus familiares, la despedida oficial del infante.
Atraído por el programa político de Falange, colaboró con José Antonio Primo de Rivera en sus primeras actuaciones y nunca olvidaría que, en un mitin de José Antonio en San Fernando, un anarquista se precipitó en la sala, pistola en mano, y disparó en todas direcciones e incluso contra el propio orador, dejando ciega a su hermana Mercedes que se hallaba en el acto.
En 1934, de nuevo abandonó el país para iniciar un largo crucero, por las posesiones del Imperio Británico, embarcado en el buque sueco Gripsholm. Aficionado a la navegación marítima, a punto estuvo de tener un percance serio cuando, a finales de 1934, volvió a iniciar un viaje de navegación alrededor del mundo en un velero de diecisiete metros de eslora: una fuerte tormenta destrozó el barco en los arrecifes de Lanzarote y los tripulantes se salvaron gracias al barco-correo que estaba en las proximidades.
Un mes antes de que estallara la Guerra Civil Española, en junio de 1936, invitado por el vizconde de Almocadén, inició en el velero Santa Cruz un viaje desde Gibraltar a Inglaterra. El viaje duró quince días y desembarcaron en el puerto de Southampton. Con las inciertas condiciones en que se desarrollaba entonces la vida en España, la idea de José Larios era encontrar trabajo en Londres. Recibió ofertas muy tentadoras, pero el estallido de la Guerra Civil iba a cambiar radicalmente sus proyectos.
El 25 de julio de 1936 se incorporó, en Algeciras, a un Tabor de Regulares y, al ser diezmado dicho tabor en Badajoz, solicitó, el 1 de agosto, ingresar en el Arma de Aviación —recién creada— para prestar sus servicios de ametrallador-bombardero. En Tetuán realizó un cursillo corto de manejo de las ametralladoras y bombas aéreas. Ascendido a alférez provisional, fue destinado a la 2.ª Escuadrilla de Junkers en calidad de bombardero. Hasta finalizar 1936, intervino activamente en varios frentes de guerra, en los que realizó más de sesenta y ocho servicios de guerra durante los siete meses que permaneció destinado en la escuadrilla Toledo.
En febrero de 1937 se le concedió el ascenso al empleo de alférez de complemento de Aviación y fue destinado a las Fuerzas Aéreas del Centro. El 17 de mayo se incorporó a la Escuela de Pilotos de El Copero (Sevilla) para realizar el Curso de Piloto de Aeroplano de Guerra.
En el mes de julio de 1937, fue ascendido a teniente, obtuvo el título de piloto y fue destinado al Grupo 1-G-2 de Heinkel 51, que por esta época hacía de auténtica escuela de caza. Con esta unidad, participó en la batalla de Brunete, de Santander, y en la ofensiva de Asturias, convirtiéndose en un destacado cazador con cuarenta servicios de guerra. Sus excepcionales condiciones de cazador decidieron a García Morato reclamarlo para su Grupo de Fiat CR32, con el que participó, a partir de diciembre de 1937, en las duras batallas de la ofensiva y contraofensiva de Teruel y la llegada al mar Mediterráneo.
En los frentes de Teruel realizó servicios de protección de bombarderos Junker 52, Savoia 79 y Heinkel 111, en los altos de Celadas y donde, el 12 de julio de 1938, consiguió su primer derribo en combate aéreo.
En el mes de junio, asistió en Logroño al primer curso para ascenso a capitán que se realizó en aquel aeródromo y finalizado el mismo, el 18 de julio, su Grupo 3-G-3 se trasladó desde Bello (Teruel) a Mérida (Badajoz) para contrarrestar la ofensiva gubernamental en el recodo del río Zújar (Extremadura). El día 12 de agosto, Larios, con su escuadrilla, participó en un combate contra numerosos aviones enemigos Polikarpov I-15 y el 23 se produce otro duro combate en Zarza- Capilla contra otra gran formación de cazas enemigos.
Al producirse la ofensiva gubernamental en el Ebro, el grupo 3-G-3, donde operaba el teniente Larios, abandonó el frente del Sur y se trasladó a Escatrón (Zaragoza). Participó en los combates aéreos librados en el sector de Gandesa, Félix, Mequinenza y Corbera.
Entre octubre y noviembre consiguió tres derribos más, lo que elevó su cuenta particular a cinco. Al finalizar la batalla del Ebro, se desplazó con su grupo al frente de Cataluña, hasta su total ocupación. Posteriormente, intervino en los frentes de Andalucía, principalmente en el sector de Pozoblanco y, por último, su grupo se trasladó al aeródromo de Griñón (Madrid) para la ofensiva final.
Finalizada la campaña, en julio de 1939, fue ascendido a capitán provisional del Arma de Aviación y destinado al Grupo de Caza del aeródromo de Tablada (Sevilla) hasta finales de agosto, en que solicitó voluntariamente el retiro para dedicarse a actividades particulares.
El 19 de octubre de 1939, en la Catedral de Sevilla, contrajo matrimonio con María de la Paz Fernández de Córdoba y Fernández de Hernestrosa.
Cuando se formó, en 1959, la Hermandad de Alféreces Provisionales, participó en su gestación y asistió a la primera reunión, el 1 de julio de 1959, en el monte Garabitas (Casa de Campo, Madrid).
A pesar de su situación de retirado, en octubre de 1940, el ministro del Aire, Vigón, le ordenó que formase parte de la comisión (junto con el coronel Ansaldo, el capitán Avial y el teniente coronel Dixon, agregado aéreo inglés) que visitaría Inglaterra. Aunque la denominada “batalla de Inglaterra” había terminado, la aviación alemana seguía bombardeando Londres por las noches. Se visitaron unidades de caza, defensas antiaéreas, unidades de entrenamiento de vuelo y unidades de bombardeo. Estas visitas eran el objetivo de la misión.
Años más tarde, como seguía interesado en lo que a la aviación se refería, formó la primera sociedad de aviones “charter” que funcionó en España. Se formó la compañía en 1947, se llamó CANA (Compañía Auxiliar de Navegación Aérea) y fue nombrado José Larios su presidente. Por ciertas dificultades y falta de facilidades, tuvo que disolver la sociedad, cuatro años más tarde, con grandes pérdidas Su última misión aeronáutica la llevó a cabo en Alemania, donde fue invitado por el agregado aéreo de los Estados Unidos en Madrid, a visitar la zona americana y contemplar el puente aéreo de Berlín. Realizaron el viaje y visitaron Berlín. El haber visto en directo cómo funcionaba el puente aéreo sería para José Larios un recuerdo único e inolvidable. En 1966 escribió un libro, Combat over Spain (Combate sobre España), donde relata sus años de guerra (1936-1939) con una amenidad extraordinaria y que constituye no sólo uno de los documentos personales más interesantes de este período, sino además un documento histórico sobre las unidades en las que estuvo destinado.
Murió el marqués de Larios en Algeciras, a la edad de ochenta y siete años, rodeado de su familia.
Obras de ~: Combate sobre España. Memorias de un piloto de guerra, 1936-1939, Madrid, Aldus, Artes Gráficas, 1966 (reimpr. Madrid, San Martín, 1982).
Bibl.: J. Salas Larrazábal, La guerra de España desde el Aire, Barcelona, Ediciones Arial, 1969; R. Hidalgo Salazar, Enciclopedia de Aviación y Astronáutica, Barcelona, Ediciones Garriga, 1972.
Adolfo Roldán Villén