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Guillaume Brimbeuf

Biografía

Brimbeuf, Guillaume. ?, m. s. XVI – ú. t. s. XVI. entallador.

De origen francés, Guillaume Brimbeuf aparece documentado en Zaragoza a finales de enero de 1551, cuando el mazonero Bernardo Pérez le cedió el aparejado del alabastro y las labores de talla del molduraje —exceptuados los frisos— de la sepultura del arzobispo Hernando de Aragón (1539-1575), un trabajo que se comprometió a realizar en un plazo de cinco meses a cambio de 2.100 sueldos.

Un año más tarde, el 11 de febrero de 1552, contrató la ejecución de la portada del palacio que el conde de Morata se estaba levantando en el Coso zaragozano, según una traza de su mano sobre la que se terminarían introduciendo importantes modificaciones, y pudo continuar trabajando en esta empresa labrando las columnas utilizadas en el zaguán, el patio, la escalera y los corredores. Sea como fuere, ya debía de haber cumplido todos sus compromisos con el aristócrata para el 5 de septiembre de 1554, cuando designó procurador para deudas y pleitos a su suegro, el cirujano avecindado en Zaragoza, Pierres Galter.

Esta carta de procura permite intuir que Guillaume Brimbeuf tenía previsto abandonar la capital aragonesa y, en efecto, aparece documentado en Calatayud (Zaragoza) el 15 de octubre de 1555, actuando como testigo junto al cantero Juan de Alquiza en la contratación de un censal, y ya se encontraba en Borja (Zaragoza) el 1 de mayo de 1556, cuando se concertó con Alonso González para suministrarle todas las planchas de alabastro que pudiese necesitar para las catorce “vidrieras” que el segundo se comprometió a pintar al óleo para la iglesia parroquial de Nuestra Señora de la Asunción de Cascante (Navarra). Todavía se encontraba en Borja el 5 de octubre de ese mismo año, cuando entregó para su registro notarial la capitulación que había suscrito para la realización de las cuatro columnas del patio del palacio episcopal de Tarazona (Zaragoza).

Este compromiso, en el que debió de trabajar bajo la supervisión de Pietro Morone, rector del amplio conjunto de reformas impulsadas en la Zuda por el obispo Juan González de Munébrega, debió de obligarle a trasladarse a la ciudad del Queiles, donde contrató la labra de otros tres pilares para la entrada de la Lonja que la ciudad comenzaba a edificar junto a la puerta del Conde el 11 de septiembre de 1557. Dos años más tarde cobraba del chantre de su catedral los reparos que había realizado en el molino harinero de Talamantes (Zaragoza) —que se comprometió a mantener durante diez años—, y trabajaba junto a otros profesionales en la construcción del palacio de Antonio Guarás, para el que labraría las columnas del patio.

Todavía en Tarazona, contrató el traslado de la Fuente del Beso desde Nuestra Señora la Blanca hasta la plaza de la Seo en el verano de 1560.

Poco después, entre 1565 y 1567, se le documenta en tierras de la Ribera navarra, dirigiendo en calidad de “architector” las reformas realizadas en el castillo de Ablitas (Navarra) por el señor de la localidad, Felipe Enríquez de Navarra, suegro de los condes de Morata, y en marzo de ese último año intentó hacerse con la ampliación de la iglesia parroquial de Cintruénigo (Navarra) alegando “ser persona que entiende la arte de canteria, y aber visto muchas y dibersas yglesias en los reynos de Castilla, Nabarra, Aragon y Françia, y las traças que tienen, y aber echo y fabricado algunas yglesias y capillas”. Sin embargo, y a pesar de contar con una carta de recomendación del obispo de Tarazona dirigida a los clérigos y beneficiados de la localidad para que lo respaldasen en sus pretensiones, la obra se terminó contratando con el cantero guipuzcoano Pedro de Arteaga.

Tras este fracaso debió de dirigir sus pasos hacia la ciudad de Tudela (Navarra), donde, según se cree, tomó parte en la configuración del patio del palacio de Pedro de Magallón o de San Adrián, que ya debía de estar muy avanzado o ultimado para 1569, cuando el pintor Pietro Morone comenzó a decorar la caja de escaleras de la casa con un interesante programa de mujeres ilustres ejecutado en grisalla.

 

Obras de ~: aparejado del alabastro y labores de talla del molduraje del sepulcro de Hernando de Aragón, Zaragoza, 1551; portada del palacio de los condes de Morata, Zaragoza, 1552; suministro del alabastro para las ventanas de la iglesia parroquial, Cascante (Navarra), 1556; labra de las columnas del palacio episcopal, Tarazona (Zaragoza), 1556; labra de tres pilares para la entrada de la Lonja, Tarazona (Zaragoza), 1557; reforma del molino harinero, Talamantes (Zaragoza), c. 1559; labra de las columnas para el palacio de Antonio Guarás, Tarazona, 1559; traslado de la Fuente del Beso, Tarazona (Zaragoza), 1560; reforma del castillo, Ablitas (Navarra), 1565-1567.

 

Bibl.: J. C. Escribano Sánchez y M.ª T. Ainaga Andrés, “Para el estudio del patio del palacio episcopal de Tarazona (1557-1569)”, en Turiaso (Tarazona, Centro de Estudios Turiasonenses, Consejo Superior de Investigaciones Científicas [CSIC], Institución Fernando el Católico), II (1981), págs. 175-194; M.ª C. García Gainza, “Un programa de Mujeres Ilustres del Renacimiento”, en Goya (Madrid, Fundación Lázaro Galdiano), 199-200 (1987), págs. 6-13; J. Criado Mainar, “Maestre Guillaume Brimbeuf (1551-1565), ejemplo de las relaciones artísticas entre Aragón y Navarra a mediados del siglo xvi”, en Actas del Primer Congreso General de Historia de Navarra (Pamplona, septiembre de 1986), en Príncipe de Viana (Pamplona, Institución Príncipe de Viana), anejo 11 (1988), págs. 73-86; Á. San Vicente Pino, Canteros y obras de cantería del Bajo Renacimiento en Zaragoza, Zaragoza, Real Sociedad Económica Aragonesa de Amigos del País, 1994, págs. 30-31; J. M. Acerete Tejero, Estudio documental de las artes en la Comunidad de Calatayud en el siglo xvi, Calatayud, Centro de Estudios Bilbilitanos de la Institución Fernando el Católico, 2000, pág. 73; M.ª C. García Gainza, “Promotores de empresas artísticas en Tudela durante el Renacimiento”, en El patrimonio histórico y medioambiental de Tudela: una perspectiva interdisciplinar, Tudela, Ayuntamiento, 2001, pág. 105-118; M.ª J. Tarifa Castilla, La iglesia parroquial de San Juan Bautista de Cintruénigo, Cintruénigo, Ayuntamiento, 2003, pág. 51; J. Ibáñez Fernández, “Tradición y modernidad en la arquitectura del siglo xvi”, en M.ª T. Ainaga Andrés y J. Criado Mainar (coords.), Comarca de Tarazona y el Moncayo, Zaragoza, Diputación General de Aragón, Departamento de Presidencia y Relaciones Institucionales, 2004, págs. 171-186; M.ª J. Tarifa Castilla, La arquitectura religiosa del siglo xvi en la merindad de Tudela, Pamplona, Gobierno de Navarra, Departamento de Cultura y Turismo, Institución Príncipe de Viana, 2005, pág. 122.

 

Javier Ibáñez Fernández

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