Hermosa, Bartolomé de. Liérganes (Cantabria), m. s. xvi – ?, p. t. s. xvii. Cantero, arquitecto e ingeniero.
Vecino del lugar de Liérganes (Cantabria), Bartolomé de Hermosa figura a la cabeza de un nutrido grupo de canteros trasmeranos documentados en la Jacetania desde los últimos años del siglo xvi, coincidiendo con la puesta en ejecución del ambicioso programa de fortificación de la frontera con Francia ideado por Felipe II.
El 25 de noviembre de 1597 contrató las obras de la lonjeta y el coro de la iglesia parroquial de Ansó (Huesca) con el concejo de la localidad, pero tres años más tarde, el 17 de abril de 1600, se vio obligado a modificar los extremos del acuerdo en atención a la solicitud de los promotores, que deseaban que los abovedamientos de estos dos espacios fueran de crucería estrellada y no “a lo romano”, tal y como se había proyectado en un primer momento, una petición que evidencia el arraigo de las formas góticas en esta región pirenaica, la capacidad de los comitentes para discernir entre dos lenguajes tan distintos y la naturalidad con la que se podían expresar en uno u otro profesionales como Hermosa, que recogió las modificaciones al proyecto en dos interesantes trazas autógrafas.
El maestro, que terminaría utilizando el lenguaje clasicista en la configuración de algunos elementos concretos como la portada del templo —deudora del arcosolio que cobija la tumba del obispo Baguer en la cabecera de la catedral jacetana—, debió de concluir sus trabajos en el templo en 1601, cuando fueron tasados por Miguel de Recondo y Miguel Garaizábal, quienes, no obstante, le señalaron la conveniencia de que realizase ciertas mejoras, para cuya ejecución le concedieron un plazo de unos seis meses.
Su implicación en este proyecto no le impidió asumir otros compromisos. Así, el 4 de septiembre de 1600 se concertó con los jurados de Echo (Huesca) para ampliar la iglesia parroquial de la localidad, una empresa que, tras obtener la correspondiente licencia del obispo de Jaca (Huesca) el 29 de octubre de ese mismo año, se contrató el 3 de junio de 1601.
Estando los trabajos en curso, hubo de atender los ruegos de los diputados del Reino para tasar, junto a su paisano y colega Juan de Cajigal, los daños ocasionados por el incendio que había asolado la cercana localidad de Aragüés del Puerto (Huesca) en 1601, una labor en la que estuvo ocupado entre el 20 de agosto y el 9 de septiembre de 1602. Trece días más tarde, ya de regreso en Echo, suscribió un nuevo acuerdo para ejecutar ciertos trabajos adicionales en la iglesia de la localidad a partir de unas trazas facilitadas por Miguel de Recondo, y debió de ser para entonces cuando diseñó y se concertó con los jurados de Panticosa (Huesca) para construir el templo parroquial de la localidad, cuya ejecución pasaría a las manos de Juan de la Cárcoba el 9 de octubre de 1603, después a las de Diego de Latorre y, finalmente, a las de Juan de Reyzu.
Todavía asumiría la realización de otras labores menores en la iglesia de Echo y sus inmediaciones mediante la suscripción de un nuevo contrato el 5 de enero de 1604, pero debió de ultimar todos sus compromisos en la localidad pocos meses más tarde, ya que, a pesar de que no fueron tasados por Miguel de Recondo hasta el 5 de septiembre de ese mismo año, contrató la reforma de la iglesia parroquial de Urdués (Huesca) el 25 de abril de 1604 y en julio de ese mismo año suscribió un acuerdo junto a su colega Diego de Latorre para tender un puente sobre el río Flumen en el camino de Huesca a Barbastro a la altura de Quicena (Huesca), al pie del castillo-abadía de Montearagón, acompañando la capitulación de una interesantísima traza.
Bartolomé de Hermosa, que revocó el contrato para trabajar en la iglesia parroquial de Urdués cuatro días después de haberlo rubricado, afrontó la construcción del puente de Quicena y, poco tiempo más tarde, el 13 de noviembre de 1604, vendió los derechos de los que gozaba sobre la primicia de la parroquial de Echo como parte de pago a sus trabajos en el templo, obteniendo por ellos la respetable cantidad de 40.000 sueldos.
Obras de ~: Lonjeta y coro de la iglesia parroquial, Ansó (Huesca), 1597-1601; Ampliación de la iglesia parroquial, Echo (Huesca), 1601-1604; Puente sobre el río Flumen, Quicena (Huesca), c. 1604.
Bibl.: Ph. Moreau, La iglesia de San Pedro de Ansó, Huesca, Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), Instituto de Estudios Altoaragoneses, 1988, págs. 66-71; M. Gómez de Valenzuela, “La iglesia de Panticosa y sus retablos: historia documental”, en Homenaje a don Antonio Durán Gudiol, Huesca, CSIC, Instituto de Estudios Altoaragoneses- Diputación de Huesca, 1995, págs. 385-398; Documentos sobre artes y oficios en la diócesis de Jaca (1444-1629), Zaragoza, CSIC, Institución Fernando el Católico, 1998, págs. 27-28; C. Blázquez Herrero y S. Pallaruelo Campo, Maestros del agua, t. II, Zaragoza, Diputación General de Aragón, Departamento de Educación y Cultura, 1999, págs. 96-97; J. Ibáñez Fernández, “Una aproximación a las artes en La Jacetania entre el Gótico y el Renacimiento”, en J. L. Ona González y S. Sánchez Lanaspa (coords.), Comarca de la Jacetania, Zaragoza, Diputación General de Aragón, Departamento de Presidencia y Relaciones Institucionales, 2004, págs. 151-170; J. Ibáñez Fernández, Arquitectura aragonesa del siglo xvi. Propuestas de renovación en tiempos de Hernando de Aragón, Zaragoza, CSIC, Institución Fernando el Católico- Diputación de Zaragoza, Instituto de Estudios Turolenses, 2005, págs. 47-48.
Javier Ibáñez Fernández