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Bartolomé Hernández

Biografía

Hernández, Bartolomé. ?, f. s. XV – s. m. s. XVI. Entallador.

Documentado en Segovia entre 1511 y 1562, todo parece indicar que se trata del mismo maestro Bartolomé que trabajó para la catedral vieja de Segovia y que hubo de llegar por 1511 como oficial y criado de fray Francisco de Salamanca, en cuyo nombre figura cobrando el facistol del coro, a lo que siguen diversos trabajos menores por cuenta propia, constando que en 1517 asentó el retablo de san Lucas, y cobrando en 1524 “por la talla que hizo para la ymagen de alexo Rodriguez que dio para la yglesia”.

Entre 1524 y 1562, Bartolomé Hernández aparece como arrendatario de una casa perteneciente a la catedral que ocupó luego su yerno, el entallador Lucas de la Sen.

El 16 de marzo de 1526 firmaba en Segovia contrato para la realización de la sillería de coro del monasterio jerónimo de Santa María de El Parral, comprometiéndose a hacerla en el plazo de tres años y por la suma de 300.000 maravedís. Fuera de esto, apenas se sabe de modestísimos trabajos catedralicios, existiendo una laguna documental de dieciocho años, entre 1535 a 1553, aunque mantuvo en todo momento el referido arrendamiento. Es posible que desplegara en aquellos años su actividad por otros puntos de Castilla. Su declaración en 1553 en pleito entre Inocencio Berruguete y Pedro González de León sobre la tasación de los sepulcros de éste y de su mujer, pone de manifiesto cierta conexión con artistas del ámbito palentino y vallisoletano. Declaró entonces ser “entallador de piedra, madera e ymagineria” y vecino de Segovia, a San Andrés, y contar sesenta y tres años de edad, lo que excluye que se trate del entallador astorgano homónimo, conocido por su colaboración con Becerra en los retablos de la catedral de Astorga y de las Descalzas Reales de Madrid y que traería pleito con Benedetto Rabuyate desde 1581 por la pintura del retablo de la capilla de los Alderetes en San Antolín de Tordesillas.

En septiembre realizó con su yerno el traslado de la sillería coral de la catedral vieja a la nueva iglesia mayor, cobrando también alguna pequeña suma por la mudanza de retablos. En junio de 1560 hizo cuatro sillas para el coro de la catedral, dos de ellas comenzadas por Jerónimo de Amberes que nada tienen que ver con las de Santa María de El Parral por ajustarse al viejo modelo gótico de la sillería catedralicia, carente de relieves figurativos. Todavía en mayo 1564, ocupado en modestos trabajos catedralicios, consta el pago por el aderezo de la imagen de Nuestra Señora que estaba en la reja del coro, identificada con la de la capilla de Cristo del Consuelo. Tendría por entonces setenta y cuatro años. Hubo de morir por estas fechas, figurando ya su yerno este año como arrendatario de las casas que él había ocupado.

El encargo de una obra como la sillería de El Parral (Madrid, Museo Arqueológico y San Francisco el Grande) prueba que hacia 1526 había de ser entallador de probada solvencia artística. Los sitiales altos señalan una tímida asimilación de modelos renacentistas, al igual que sus elementos ornamentales —todo en la órbita abulense de los seguidores de Vasco de la Zarza—, mientras que los respaldares bajos derivan del Apocalipsis de Alberto Durero.

De estilo afín es la sillería de la cartuja de El Paular, ahora de nuevo en su emplazamiento original, pero no hay elementos para entender que sean de un mismo autor. Lo más cercano a su estilo es la reja de la capilla de los Tapia en la iglesia segoviana de San Miguel.

Obras de ~: Sillería de Santa María de El Parral, Madrid, Museo Arqueológico Nacional y basílica de San Francisco el Grande, 1526.

 

Bibl.: A. Ponz, Viage de España, t. X, Madrid, 1772-1794 (reed. Madrid, Aguilar, 1988), pág. 922; I. Bosarte, Viaje artístico a varios pueblos de España, t. I, Madrid, 1806 (reed. Madrid, Turner, 1978), págs. 55 y 354; J. M. Quadrado, España, sus Monumentos y Artes, su Naturaleza y su Historia. Salamanca, Ávila y Segovia, Barcelona, D. Cortezo, 1884, pág. 644; C. Muñoz y Manzano, conde de la Viñaza, Adiciones al diccionario histórico de don Agustín Ceán Bermúdez, t. II, Madrid, Tipografía de los Huérfanos, 1889, pág. 190; J. Pelayo Quintero, Sillas de Coro. Noticia de las más notables que se conservan en España, Madrid, Estanislao Maestre, 1908, págs. 84-97; M. L. Caturla, “Un romántico en El Parral”, en El Correo Erudito (1940), págs. 305 y ss.; M. Azcárate, Escultura del siglo xvi, en M. Almagro Basch et al., Ars Hispaniae: historia universal del arte hispánico, t. XIII, Madrid, Plus Ultra, 1958, pág. 111; J. Camón Aznar, Escultura y rejería españolas del siglo xvi, en J. Pijoán (dir.), Summa artis: historia general del Arte, t. XVIII, Madrid, Espasa Calpe, 1975, pág. 126; P. García Barriuso, San Francisco el Grande de Madrid. Aportación documental para su historia, Madrid, Ediciones Gráficas Letra, 1975, págs. 362-365; F. Collar de Cáceres, “Persistencia de lo gótico en las artes plásticas del siglo xvi en Segovia”, en Actas del Simposio Nacional del CEHA, Arte Gótico Postmedieval (Segovia, 7-8 de junio de 1985), Segovia, Caja de Ahorros, 1987, pág. 53; “El Apocalipsis cum figuris en la sillería de Santa María de El Parral”, en Boletín de Seminario de Estudios de Arte y Arqueología, LXVI (2000), págs. 218-247.

 

Fernando Collar de Cáceres