Álvarez de Asturias, Pedro. ?, p. m. s. xiii – Valladolid, 25.X.1286. Noble, ricohombre y mayordomo mayor.
Miembro de la pequeña nobleza rural asturiana de los decenios centrales del siglo xiii, alzado por obra y gracia de sus leales servicios a Sancho IV, desde ese modesto nivel, al círculo cortesano de la máxima confianza del monarca.
Pedro Álvarez descendía de una noble familia arraigada de antiguo en la zona central de Asturias, con solar en Noreña, pequeña villa que dista unos doce kilómetros de Oviedo. Su padre, Alvar Díaz de Noreña, casado con Teresa Pérez Girón, aparece a mediados del siglo xiii desempeñando la tenencia de algunos concejos de la comarca, como los de Siero y Colunga; un hermano de este Alvar Díaz, Diego Ordóñez, sería abad del poderoso monasterio de San Vicente de Oviedo, algunos de cuyos dominios tendría aquél en encomienda.
Todavía en vida de su padre Pedro Álvarez, heredero del solar de Noreña, ocupó algunos cargos en la administración territorial asturiana, figurando durante varios años como merino del adelantado mayor del reino de León que extendía su jurisdicción a la tierra de Asturias.
Cuando en 1282 se produce la ruptura entre el infante Sancho y su padre, Alfonso X, Pedro Álvarez figurará desde los primeros momentos en el bando del futuro monarca como uno de sus más leales y eficaces colaboradores. Esa incondicional adhesión sería generosamente correspondida por Sancho IV que, en el curso de breve tiempo, encumbra al noble asturiano hasta los puestos de mayor responsabilidad y confianza de la corte, llegando a alcanzar, en abril de 1285, el cargo de mayordomo mayor del rey, en el que sucede al infante Juan, desavenido con el monarca en esa época. Por su matrimonio con Sancha Rodríguez de Lara enlaza el señor de Noreña con una de las más linajudas familias de la nobleza leonesa, lo que le facilitará su rápido ascenso en la escala social y un considerable acrecentamiento de sus dominios.
De la personal y directa intervención de Pedro Álvarez en los más delicados negocios políticos del reino es buena prueba su presencia en los tratos concluidos por Sancho IV y el caudillo benimerín Abū Yūsuf en octubre de 1285, siendo el noble asturiano el único ricohombre del reino que, depositario de la plena confianza del monarca, le acompaña en estas actuaciones.
Pedro Álvarez de Asturias muere prematuramente en Valladolid, el 25 de octubre de 1286, y es enterrado en la iglesia de San Francisco de esta ciudad.
La Crónica de Sancho IV deja constancia del fallecimiento del mayordomo mayor del rey, a quien afectaría muy hondamente la desaparición del que había sido, durante los primeros y difíciles años de su reinado, uno de sus más fieles y leales colaboradores.
De su matrimonio con Sancha Rodríguez de Lara dejó el señor de Noreña dos hijos varones, Pedro y Rodrigo Álvarez, y una hija, Teresa Álvarez, que contrajo matrimonio con Alfonso de Meneses, hermano de la reina María de Molina.
Muerto prematuramente el primogénito Pedro, la sucesión al frente del señorío de Noreña recayó en Rodrigo Álvarez, que fue una de las personalidades más descollantes y poderosas en los convulsos años de las minorías de Fernando IV y Alfonso XI y figurando entre el círculo nobiliario más influyente de este monarca, cuando inicia su gobierno personal en 1325.
Bibl.: C. Rosell (ed.), Crónicas de los reyes de Castilla, vol. I, Madrid, Biblioteca de Autores Españoles, 1953; J. I. Ruiz de la Peña Solar, Historia de Asturias. Baja Edad Media, Salinas, Ediciones Ayalga, 1977.
Juan Ignacio Ruiz de la Peña Solar