La familia de Garcí Jufré (o “Jofré”, como también aparece en la documentación) era aragonesa. Su padre, el noble Jufré de Loaysa, fue ayo de la infanta Violante, hija de Jaime I de Aragón. Cuando ésta partió a Castilla para contraer matrimonio con el futuro Alfonso X, hacia 1249, Jofré y su esposa Jacometa la acompañaron, y en su servicio permanecieron hasta su muerte. La cercanía de Jofré a la Familia Real le trajo cuantiosas donaciones de tierras y casas en Sevilla, Écija (señorío de la reina Violante) y, sobre todo, en el reino de Murcia, donde también obtuvo el señorío de Petrel (Petrer, actualmente en Alicante).

Durante el reinado de Alfonso X la actividad pública de Garcí, hijo mayor de Jufré, fue discreta, aunque reveladora de su posición en la Corte. Fue uno de los procuradores designados en 1269 por el infante heredero, Fernando de la Cerda, para acompañar a su futura esposa, Blanca de Francia, en el camino a Castilla. Pocos años después, durante la rebelión nobiliaria de 1272-1273, Garcí participó en la misión diplomática enviada por el Rey a los nobles descontentos para apaciguarlos. También desempeñó encargos para la Monarquía alfonsina en el ámbito murciano. En 1275 consta que era almojarife de Alicante y Orihuela, un lucrativo oficio recaudatorio. Y en 1276, por orden de Alfonso X, abasteció el castillo de esa última ciudad de hombres, armas y viandas. [...]