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Bartolomé Martínez

Biografía

Martínez, Bartolomé. ¿Granada?, s. t. s. XVI – Antequera (Málaga), 19.VI.1599. Humanista preceptor de la cátedra de Gramática de Antequera y poeta horacianista vinculado al grupo antequerano-granadino.

Los primeros datos biográficos conocidos del licenciado Bartolomé Martínez se remontan a la Granada de 1568, donde obtuvo su graduación como bachiller en Artes junto a otras personalidades relevantes, como el poeta Luis Barahona de Soto. Proveniente de Jaén, y siendo presbítero, obtuvo en pública oposición el 29 de julio de 1593 el puesto de preceptor de la cátedra de Gramática asociada a la Iglesia Colegial de Antequera, donde desde el magisterio y la práctica poética formó parte de manera activa en el renacimiento literario que abanderó la ciudad a fines del siglo XVI y principios del XVII. Pese a ciertos desencuentros con el cabildo municipal relativos al ejercicio de su cargo, lo desempeñó hasta su muerte en 1599, momento en que le sucedió el maestro Juan de Aguilar.

Al margen de algunas composiciones que se le atribuyen, recogidas en el Cartapacio poético del Colegio de Cuenca, los únicos poemas admitidos como suyos son los que señaladamente compiló a modo póstumo Pedro Espinosa en sus Flores de poetas ilustres de España (Valladolid, 1605). Se trata de siete versiones en castellano de odas incluidas en el Libro I de Horacio (1.ª, 5.ª, 8.ª, 12.ª, 15.ª, 17.ª, 19.ª) con que el antólogo le manifestaba un claro homenaje valorando su adhesión al horacianismo poético así como a un modo de traducir “grave y admirable”, sobre el que se reclama la atención desde la portada misma del libro.

Frente a otros traductores más sobrios, como fray Luis de León, Fernando de Herrera, Francisco de Medrano o Lupercio Leonardo de Argensola, sin abandonar el respeto al original latino ni huir de los usos cultistas, acusan sus traducciones amplios desvíos amplificatorios hacia un marcado carácter sensorial de viva expresión visual y sonora y hacia la esfera de la valoración moral, rasgos ambos ausentes en Horacio. Si bien fueron consideradas por Menéndez Pelayo como parafrásticas, poco logradas o desiguales en su factura, las composiciones revelan en su anclaje clasicista y sus innovadores despegues los gustos propios del grupo antequerano-granadino, sobre el que, sin duda, Martínez y su concepción de lo horaciano hubo de ejercer influencia (su estela prolongada en poetas como Luis Martín de la Plaza sirve de muestra). Equivocadamente, seis de estas odas vienen siendo incluidas entre las poesías póstumas de J. Iglesias de la Casa desde 1798.

 

Obras de ~: P. Espinosa, Primera parte de las Flores de poetas ilustres de España, Valladolid, Luis Sánchez, 1605 (ed. de J. Quirós de los Ríos y F. Rodríguez Marín, Sevilla, E. Rasco, 1896; ed. de B. Molina Huete, Sevilla, Fundación José Manuel Lara, 2005; ed. de I. Pepe y J. L. Reyes Cano, Madrid, Cátedra, 2006) [7 composiciones]; Cartapacio poético del Colegio de Cuenca (ms. 2755 de la Biblioteca Universitaria de Salamanca ed. por J. Forradellas Figueras, Salamanca, Diputación Provincial, 1986 [atrib. poemas en Cuaderno B].

 

Bibl.: F. Rodríguez Marín, Luis Barahona de Soto. Estudio biográfico, bibliográfico y crítico, Madrid, Real Academia Española (RAE), 1903, págs. 23 y 433-434; Pedro Espinosa. Estudio biográfico, bibliográfico y crítico, Madrid, RAE, 1907, págs. 35- 37; M. Menéndez Pelayo, Horacio en España [c. 1885], I, Madrid, Hernando, 1926 (3.ª ed.), págs. 84-85; Biblioteca de Traductores Españoles [c. 1874-1878], vol. III, Santander, Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), 1953, págs. 102-105; Bibliografía hispano-latina clásica [c. 1874- 1878], t. V, Santander, CSIC, 1953, págs. 34-36 y 243-245, y t. VI, págs. 91-92 y 124; M.ª J. Díez de Revenga, “Sobre dieciséis traducciones de Horacio incluidas en las Flores de Espinosa”, en Anales de la Universidad de Murcia, 30 (1971- 1972), págs. 123-140; B. Molina Huete, La trama del ramillete. Construcción y sentido de las ‘Flores de poetas ilustres’ de Pedro Espinosa, Sevilla, Fundación José Manuel Lara, 2003, espec. págs. 168-172.

 

Belén Molina Huete