Tejada Páez, Agustín de. Antequera (Málaga), VI-IX.1567 – 7.IX.1635. Poeta.
El poeta Agustín de Tejada Páez, hijo del cirujano Francisco de Tejada y de Leonor de Salcedo, nació en Antequera en el verano de 1567. Recibió una sólida formación humanística en la Cátedra de Gramática de la Iglesia Colegial de Antequera, donde fue uno de los alumnos más aventajados del insigne humanista Juan de Mora. En el año 1586 obtuvo el título de bachiller en Artes en Granada y cursó Teología en la Universidad de Osuna entre 1586 y 1589, disciplina en la que llegó a doctorarse. Ya en 1594 desempeñaba el cargo de racionero en la Catedral de Granada. Esta relación con Granada convierte a Tejada en el principal vínculo entre los vates antequeranos y el círculo granadino. La estancia en la ciudad de la Alhambra supuso para el poeta antequerano el contacto con los escritores más notables que residían en ella como Juan de Arjona, Gregorio Morillo y Andrés del Pozo. No obstante, aunque de esta etapa de la biografía de Agustín de Tejada no se conservan apenas datos, se tiene constancia documental de problemas con el Cabildo de la Catedral, los cuales motivarían su pronta vuelta a Antequera, ciudad en la que residió la mayor parte de su vida y, casi de forma ininterrumpida, los últimos veinte años. Agustín de Tejada participó activamente en la vida de la ciudad, como se desprende, por ejemplo, de su participación en la celebración de la llegada a esta localidad de la réplica de la imagen de la Virgen de Monteagudo, en cuyo honor se celebró una justa poética a la que Tejada presentó una canción, cima de su arte y de la poesía antequerano-granadina. Murió el 7 de septiembre de 1635 en su ciudad natal.
La obra poética de Tejada Páez constituye un corpus relativamente nutrido aunque disperso y aún pendiente de edición. Su poesía aparece recogida en las cuatro antologías emblemáticas de la poesía antequerano- granadina del Siglo de Oro: la Poética silva (anterior a 1603) recoge doce composiciones; las Flores de poetas ilustres (1605) de Pedro Espinosa incluye cinco composiciones; las Flores de poetas (1611) recoge otras cinco; y el manuscrito llamado Cancionero antequerano (1627-1628) incluye diecinueve sonetos, tres canciones y una décima. Otra vertiente de su creación poética la constituye la participación en preliminares de libros ajenos, principalmente, con sonetos panegíricos o de alabanza. Se encuentran dos sonetos laudatorios en la Cuarta y quinta parte de La Araucana (1597) de Diego de Santisteban; un soneto en las Obras (1599) de Gregorio Silvestre; otro en el Viaje entretenido (1603) de Agustín de Rojas; igualmente, otro soneto en la obra de Lope de Vega El peregrino en su patria (1604); de nuevo, un soneto en la traducción que fray Agustín López lleva a cabo de la obra de Boecio De consolación (1604); una composición en las Relaciones de Juan de Persia; otra en la Historia de la vida y hechos del emperador Carlos V (1604-1606) de fray Prudencio de Sandoval; una composición en el poema de Cristóbal de Mesa La Restauración de España (1607); unas quintillas en la Antigüedad y excelencia de Granada (1608) de Bermúdez de Pedraza; un soneto dedicado a la muerte de Margarita de Austria en Las honras que celebró la famosa y gran ciudad de Granada en la muerte de D.ª Margarita de Austria (1612); poemas panegíricos en el Tesoro de concetos divinos (1613) de fray Gaspar de los Reyes; y, finalmente, hay composiciones de Tejada en los Dos tratados de la sagrada antigüedad de la Orden de la Bienaventurada Virgen María del Monte Carmelo, traducida por Juan de Cartagena (1623), en las Lecciones naturales contra el descuido común de la vida de Rodrigo Fernández de Ribera y las que aparecieron póstumamente en el Alfeo y otros asuntos en versos (1638) de Miguel Colodrero Villalobos. La poesía de Agustín de Tejada está marcada por la huella gongorina, tanto en el diseño discursivo de los sonetos como en la rotundidad heroica de las canciones, aunque la raíz cultista de su obra entronca, inicialmente, con la poesía herreriana de la que Tejada toma los temas patrióticos, religiosos y líricos tamizados por el aliento épico y cristiano.
Junto a este corpus poético, escribió Tejada una obra en prosa de carácter histórico sobre la ciudad de Antequera, titulada Discursos históricos de Antequera, escritos ya en 1587, aunque fueron revisados para su publicación en 1608. A pesar de que contaban con privilegio, no llegaron a imprimirse.
Así pues, el amplio eco que la obra de Agustín de Tejada Páez encontró en las antologías más significativas del momento, su vínculo con los focos poéticos andaluces más relevantes del siglo XVII (Antequera, Granada, Sevilla y Córdoba), así como la recepción de su obra entre sus contemporáneos (Lope de Vega lo incluye en su retrato de poetas de la Arcadia y en el Laurel de Apolo, y Cervantes lo menciona en el Viaje del Parnaso) confirman la notabilidad de su papel creador en el ámbito de la poesía barroca andaluza.
Obras de ~: Discursos históricos de Antequera, 1608 (en Biblioteca Serrano Morales de Valencia) (ed. de A. Rallo Gruss, Málaga, Diputación Provincial, 2005, 2 vols.); [“Doce composiciones”] en Poética silva, s. l., c. 1603 [I. Osuna (ed.), Poética silva: un manuscrito granadino del Siglo de Oro, Córdoba-Sevilla, Universidad de Córdoba-Sevilla, 2000, 2 vols.]; [“Cinco composiciones”], en P. Espinosa, Primera parte de las Flores de poetas ilustres de España ordenada por Pedro Espinosa, Valladolid, Luis Sánchez, 1605 (P. Espinosa, Flores de poetas ilustres, ed. de B. Molina Huete, Sevilla, Fundación José Manuel Lara, 2005); [“Cinco composiciones”], en Flores de poetas, s. l., 1611 (Segunda parte de las Flores de poetas ilustres ordenada por D. Juan Antonio Calderón, ed. de J. Quirós de los Ríos y F. Rodríguez Marín, Sevilla, Imprenta E. Rasco, 1896); [“veintitrés composiciones”], en Cancionero antequerano s. l., s. f. (ed. de D. Alonso y R. Ferreres, Madrid, Centro Superior de Investigaciones Científicas, 1950; Cancionero antequerano I. Variedad de sonetos, ed. de J. Lara Garrido, Málaga, Diputación Provincial, 1988).
Bibl.: F. Rodríguez Marín, Pedro Espinosa. Estudio biográfico, bibliográfico y crítico, Madrid, Tipografía de la Revista de Archivos-Real Academia Española, 1907, págs. 62-64 (ed. facs. con introd. de B. Molina Huete, Málaga, Universidad, 2004); M. J. Íñiguez Barrera, “Fiestas que se celebraron en Antequera en honor de la Virgen de Monteagudo en 1608, cantadas por tres poetas antequeranos: Agustín de Tejada Páez, Luis Martín de la Plaza y Pedro Espinosa”, en Revista de Literatura, LI, 10 (1989), págs. 115-155; J. A. Muñoz Rojas, “Cuatro cartas inéditas de Agustín de Tejada Páez”, en Revista de Estudios Antequeranos, 2 (1993), págs. 411-422; J. Lara Garrido, “Un audaz experimento métrico de Agustín de Tejada Páez”, en Revista de Estudios Antequeranos, 4 (1995), págs. 139-147; J. Roses Lozano, “Agustín de Tejada Páez y la poesía heroica (con algunas notas sobre el magisterio de Herrera)”, en Revista de Estudios Antequeranos, 9 (1997), págs. 63- 88; D. Cotta, “La qualitas sonorum como recurso expresivo en la poesía de Agustín Tejada Páez”, en Canente, 1 (2001), págs. 183-231; B. Molina Huete, “Agustín de Tejada Páez y las Flores de poetas ilustres de Pedro Espinosa”, en Analecta Malacitana, XXIV, 2 (2001), págs. 353-402; M.ª D. Martos Pérez, El caracol torcido: manierismo y armonía imitativa en Agustín de Tejada Páez, Málaga, Universidad, 2012 (Anejos de Analecta Malacitana, LXXXI).
María Dolores Martos Pérez