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Cándido Callejo y Páramo

Biografía

Callejo y Páramo, Cándido. Ocaña (Toledo), 3.X.1797 – Madrid, 9.IV.1847. Médico y catedrático del Real Co­legio de Medicina y Cirugía de San Carlos, de Madrid.

Nació en una familia de clase acomodada. Su padre fue el Dr. Martín Callejo, médico titular de varias localidades castellanas y finalmente del Real Sitio de Aranjuez, de donde era natural su madre, Atanasia Páramo y del Rey. El hermano de ésta, sacerdote, le bautizó y apadrinó. Su ascendencia paterna procedía de Segovia.

Su formación primaria y media la realizó en Ocaña con un Catedrático de Latinidad, quien le calificó como “ejemplo de sus condiscípulos, no solamente en sus tareas literarias, sino en sus prendas morales”. A los 15 años se trasladó a Madrid para cursar Lógica, Matemáticas y Física Experimental en el Real Estudio de San Isidro, durante 4 años. Al mismo tiempo, estudió en el Real Colegio de San Carlos de Medicina y Cirugía, donde obtuvo en 1816 el título de Bachiller en Filosofía. En 1819 obtuvo los títulos de Licenciado y Doctor en Cirugía Médica, por el mismo Colegio de San Carlos, tras cursar los 6 años preceptivos, y el de Médico en 1821.Fueron maestros suyos en San Carlos el Dr. Pedro Castelló y Ginestá, primer médico de cámara de Fernando VII, Sebastián Aso, Bonifacio Gutiérrez y Ramón Capdevila, entre otros. A partir de aquí comenzó su trabajo docente como profesor auxiliar en este mismo Colegio.

En 1825, Cándido Callejo y el resto de catedráticos y profesores de San Carlos fueron represaliados, apartados de sus cátedras y algunos encarcelados, por decisión de Fernando VII al finalizar el Trienio Liberal. Martín Callejo, el padre de Cándido también fue separado de su cargo público como médico y empleado del Patrimonio, en Aranjuez. El Dr. Pedro Castelló jugó entonces un papel decisivo, interviniendo para solucionar esta situación. Fue el único facultativo que supo tratar con éxito la enfermedad de gota que padecía el rey. Éste ordenó sacarle de la cárcel, donde se encontraba por ser liberal, para que acudiese a palacio y le curase, como así sucedió. Aprovechando la buena disposición de Fernando VII, Castelló intercedió para que todos sus compañeros docentes fueran restituidos en sus puestos.

Después de este período convulso, en el que se perdieron cursos académicos completos, en 1828 Cándido Callejo se presentó y ganó las oposiciones a catedrático supernumerario del Real Colegio de San Carlos, del que fue nombrado en 1829 catedrático-secretario. Sus dos compañeros de terna que también obtuvieron plaza fueron Diego de Argumosa y Obregón y Bartolomé Obrador. Estas oposiciones fueron especialmente controvertidas por la influencia que los poderes fácticos pretendían ejercer en todos los ámbitos sociales, incluso en los puramente académicos como la selección de catedráticos para el Colegio de Medicina. Obrador, por ejemplo, estuvo avalado por la facción carlista, era médico de campaña del pretendiente a la corona Carlos María Isidro. Y Argumosa, siendo un cirujano ya afamado, también era un activo militante liberal que llegó a ser diputado de esta corriente.

En su trayectoria académica, Cándido Callejo fue catedrático de Patología Interna y de Clínica Médica, especializándose en el tratamiento de las fiebres tifoideas. Eran muy numerosos los pacientes que ingresaban con esta enfermedad infecciosa en el Hospital de la Facultad, competencia de la disciplina que impartía. En 1843, al crearse la nueva Facultad de Ciencias de Curar de Madrid, fue nombrado -en realidad ratificado- catedrático de Patología Médica. Como culminación de su carrera docente, ascendió en 1846 a la máxima categoría, “Catedrático Término”, que ostentó poco tiempo, pues su prematuro fallecimiento estaba próximo, en abril del año siguiente contando 49 años.

Fueron discípulos suyos en el Colegio y la Facultad, entre otros Francisco Méndez-Álvaro, alcalde de Madrid, Matías Nieto Serrano, senador del Reino, Tomás de Corral y Oña, rector de la Universidad de Madrid y el histólogo Aureliano Maestre de San Juan Muñoz, que a su vez fue profesor y mentor de Santiago Ramón y Cajal.

El Dr. Callejo no fue ajeno a los movimientos culturales y sociales de la época. Asistió al acto fundacional del Ateneo de Madrid el 31 de octubre de 1835 como “invitado particular”. Fueron partícipes en aquel acontecimiento Mesonero Romanos, el Duque de Rivas, Donoso Cortés, Espronceda, Martínez de la Rosa, José Madrazo y Antonio Alcalá Galiano, entre otras 110 personas. También fue socio del Liceo Artístico y Literario de Madrid, fundado en 1837 por José Fernández de la Vega, que tuvo su sede en el Palacio de Villahermosa, hoy Museo Thyssen-Bornemisza.

Entre otros cargos y responsabilidades que desempeñó, fueron el de vicepresidente de la Academia de Medicina de Madrid y de Castilla La Nueva, apoderado de la Sociedad General de Socorros Mutuoso vocal del Consejo de Disciplina de la Universidad de Madrid.

En el ejercicio libre de la profesión, fue médico de cámara del infante Francisco de Paula Antonio, hermano de Fernando VII, durante la década de 1830. El Dr. Callejo acompañó en varias ocasiones a la familia del infante en sus frecuentes desplazamientos y jornadas, por ejemplo, al Puerto de Santa María o a San Sebastián. El matrimonio de Francisco de Paula y Luisa Carlota tuvo once hijos, y dentro de las responsabilidades del médico de cámara estuvo la óptima crianza de los infantes, que incluía el singular cometido de seleccionar nodrizas idóneas para su cría, siendo comisionado para ello en varias ocasiones, a Burgos o Santander.

Cándido Callejo falleció en abril de 1847, a causa de una epidemia de tifus que se propagó por el hospital clínico donde trabajaba. Esta epidemia se había desencadenado entre los obreros que construían el ferrocarril de Madrid a Aranjuez, que fue inaugurado más tarde, en 1851 por Isabel II. En estas obras trabajaron más de 7.000 operarios, en unas deficientes condiciones de salubridad e higiene. La mayoría de los contagiados ingresaron en el Hospital General y en la Clínica de la Facultad de Medicina de Madrid, donde fueron hospitalizados más de cien trabajadores en muy poco tiempo, con una alta tasa de mortandad.A causa de la epidemia también fallecieron 18 alumnos de la facultad, numerosos obreros e incluso el capellán del hospital.Cándido Callejo no evitó sustraerse a su cometido profesional, tratar a enfermos infectados tifoideos, y se contagió mortalmente de la enfermedad que intentaba curar. Numerosas personas concurrieron a sus exequias, encabezadas por el eminente forense Pedro Mata y Fontanet, compañero y amigo suyo, quien le dedicó una sentida elegía.

Un retrato del Dr. Cándido Callejo figura actualmente en lugar destacado, ostentando la posición central, del Gran Anfiteatro del Colegio de San Carlos, hoy Colegio de Médicos de Madrid, circundado, en su friso superior, por una colección de óleos de los más eminentes catedráticos que ejercían en la primera mitad del s. XIX.

Cándido Callejo contrajo matrimonio en 1827 con la vizcaína Andrea de Marcayda, hija de un empresario radicado en Cádiz e importador de mercancías ultramarinas desde Cuba y Filipinas.No tuvo descendencia: en su testamento de 1843, dejó como herederos universales a su esposa Andrea y a su madre Atanasia.

 

Obras de ~: Descriptio herniæ cruralis et tutior medela, ms. 1819 (inéd.) [Descripción de las hernias inguinales y curación más segura] (Tema de oposiciones a Cátedra Supernumeraria del Real Colegio de Medicina y Cirugía de San Carlos de Madrid); De vulneribus abdominis cum intestinorum læsione et utrum sutura instituenda in eis sit, ms. 1828 (inéd.) [Sobre las heridas del abdomen con daño intestinal y la práctica de la sutura, en su caso]. (Tema de oposiciones a Cátedra Supernumeraria del Real Colegio de Medicina y Cirugía de San Carlos de Madrid); con V. Sánchez, B. Gutiérrez, Fr. J. Camacho, S. Aso, Castelló, Capdevila, Mosácula, Argumosa, B. Obrador, “Observación de una ulcera carcinomatosa del labio inferior”, ms. 1829 (inéd.) en Juntas Literarias del Real Colegio de Cirugía de San Carlos (JLRCCSC); con B. Obrador, “Observación propia sobre una amenorrea acompañada de paroxismos epilépticos y suplida por una neumorragia periódica”, ms. 1830 (inéd.), en JLRCCSC; con B. Obrador, “Curación de una aracnoiditis y encefalitis ocasionadas por una combustión”, ms. 1830 (inéd.), en JLRCCSC; con D. de Argumosa, “Invención del syringotomo”, ms. 1832 (inéd.), en JLRCCSC; con V. Barbero Martín, “Observación sobre un catarro febril”, ms. 1834 (inéd.), en JLRCCSC; con J. Hysern, “Observación sobre una traqueo bronquitis”, ms. 1834 (inéd.), en JLRCCSC; con P. Sebastiá, N. Blanch, “Observación de un herpes retropulso a las vías digestivas”, ms. 1834 (inéd.), en JLRCCSC; con B. Gutiérrez, P. Conde, Monlin, Calleman, Bochoux, “Observación de una apoplejía”, ms. 1835 (inéd.), en JLRCCSC; con B. Gutiérrez, “Observación sobre una pleuresía”, ms. 1835 (inéd.), en JLRCCSC; con Z. B. González, Lillo, “Observación sobre una enterocolitis crónica”, ms. 1836 (inéd.), en JLRCCSC; con J. F. Sánchez, “Herida penetrante oblícua entre región umbilical e hipogástrica provocada por una puñalada”, ms. 1837 (inéd.), en JLRCCSC; con J. Drument, B. Hernándo y Espinosa, Fiebres esenciales, (Explicaciones de D. Candido Callejo, Catedratico de la Facultad de Madrid), ms. 1844 (inéd.).

 

Fuentes y bibl.: Archivo Histórico Nacional (AHN), Exp. de Cándido Callejo y Páramo Universidades, 1188 (1816-1847); Universidad Complutense de Madrid (UCM) Biblioteca Histórica. Biblioteca de Medicina. Clasific. 61, Manus. BH MSS 920 (6-53), 1830-1845; Archivo General de Indias (AGI), Exp. de Juan José de Marcaida (1831), Ultramar, 359, N.81; Archivo General de Palacio Real (AGP), Exp. Personal de Cándido Callejo y Páramo, (1832) 16.715-12; Biblioteca Nacional de España (BNE), Hemeroteca Digital, Actas del Ateneo de Madrid, “Acta de la junta extraordinaria de la Real Sociedad Económica Matritense de Amigos del País del 31 de octubre de 1835 en la que se trata de la creación de un ateneo científico y literario a imagen del que funcionó en Madrid entre 1820 y 1823”, Ateneo de Madrid; UCM, Semanario de MedicinaPeriódico de la Academia de Emulación de Ciencias Médicas de Madrid, vol.2. (1842), núm. 53-86, págs. 14, 124, 269, 298 [disponible en https://books.google.es/books?id=57KjGeckEWAC&printsec, consultada el 31.I.2019]; Archivo Histórico de Protocolos de Madrid (AHPM), Testamento de D. Cándido Callejo y Páramo, otorgado ante el escribano D. Sebastián García Cuevas, 17 de septiembre de 1843, t. 25.156, fol. 5362-5392; BNE, Hemeroteca Digital, Gaceta Médica, Periódico de Medicina, Cirugía y Farmacia, oficial del Instituto Médico de Emulación. núm. 39, (1846), pág.7; Archivo de Villa, Ayuntamiento de Madrid, Partida de defunción de Cándido Calleja (sic) Libro de defunciones, Parroquia de San Sebastián, 1847, asiento 2148; AHN, Ministerio de Hacienda, Viudedad de Andrea de Marcaida, 5056, exp.33, 1847; BNE, Hemeroteca Digital, Boletín de Medicina, Cirugía y Farmacia de la Sociedad Médica Oficial de Socorros Mutuos, núm. 69 (1847), pág. 133; Colección Legislativa de España, Tercer Trimestre de 1846, t. XXXVIII, Madrid, Imprenta Nacional, 1849, [disponible en https://books.google.es/books?id=59grAQAAMAAJ&printsec, consultada el 31.I.2019]; BNE, Hemeroteca Digital, Diario Oficial de Avisos de Madrid, núm. 780 (1855), pág. 2.

J. Aparicio Simón, Historia del Real Colegio de San Carlos de Madrid, Madrid, Aguilar, 1956; C.M. da Costa Carballo, “Otros materiales utilizados para la enseñanza de la Medicina en el Real Colegio de Cirugía de San Carlos de Madrid (1788-1826)”, en ASCLEPIO (Revista de Historia de la Medicina y de la Ciencia), Instituto Arnaldo de Vilanova. CSIC, vol. 55 (2003), págs.120-129.

 

Antonio María Callejo Carbajo

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