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Baltasar Manuel Boldo Tuced

Biografía

Boldo Tuced, Baltasar Manuel. Zaragoza, 1766 – La Habana (Cuba), 31.VII.1799. Médico y botánico.

Nació en Zaragoza en 1766, si bien otros autores (F. Guerra, II, 1999: 323) apuntan como año de nacimiento el de 1746. Inició los estudios en su ciudad natal. Después de cuatro años en la Universidad de Valencia, volvió a Zaragoza, donde alcanzó el grado de bachiller en Medicina, cuyo título revalidó en Madrid. Obtuvo por oposición plaza de médico de entrada en los Reales Hospitales General y de la Pasión. En 1793 recibió el título de médico de número de los Reales Ejércitos, tomando posesión de su destino el 24 de marzo de 1793 en el Hospital de Palamós. Durante su estancia en Cataluña, además de realizar hasta 1795 tres campañas en el Rosellón que le valieron los títulos de protomédico del Rosellón y consultor perpetuo de los Reales Ejércitos y una pensión vitalicia de doscientos ducados, llevó a cabo diferentes trabajos químicos, epidemiológicos y botánicos. Obtuvo el título de correspondiente del Real Jardín Botánico de Madrid para herborizar en los lugares por donde viajaba con el ejército y así lo hizo en los montes, valles y costas más famosos de Cataluña y Baleares.

En febrero de 1796 fue nombrado miembro corresponsal de la Academia Médico Práctica de Barcelona y, poco más tarde, pasó al Real Jardín Botánico de Madrid con la categoría de agregado, con la triple finalidad de prestar atención médica al personal, asistir a las juntas y estudiar las virtudes terapéuticas de las plantas cultivadas en dicho jardín. A los pocos meses de esta incorporación, el intendente del centro, M. Galinsoga, propuso su nombre a Manuel Godoy para participar como botánico en la Real Comisión de Guantánamo, que dirigiría el conde de Mopox y Jaruco, encargada de levantar en la isla de Cuba el plano del canal de Guines. El Gobierno le confió la misión el 26 de agosto de 1796, con el cometido de examinar, inventariar y recolectar las producciones cubanas de los tres reinos de la naturaleza. Boldo partió del puerto de La Coruña el 3 de diciembre de 1796 y llegó a la bahía de Guantánamo el 3 de febrero de 1797, donde comenzó inmediatamente su trabajo. Junto a José Guío, su dibujante y disecador, acompañó al conde de Mopox por el interior de la isla.

El 12 de junio de 1797 coincidieron en La Habana con los miembros de la Real Expedición Botánica de Nueva España, encuentro del que surgió el que José Estévez y Cantal, médico cubano, por entonces discípulo de Martín de Sessé, director de dicha expedición, se incorporase a la Real Comisión. Las instrucciones que redactó Sessé sobre los trabajos que Estévez debía realizar dieron lugar a desavenencias entre ambos grupos expedicionarios. En 1798, Boldo publicó en la capital cubana una epístola latina dedicada al género Villanova de la familia de las compuestas, dirigida a su maestro de botánica en Valencia, Tomás Manuel de Villanova (1737- 1802). Utilizando fondos económicos propios, reunió abundantes materiales para la flora de Cuba y realizó un viaje privado a Estados Unidos para entrevistarse con científicos americanos y visitar diferentes jardines botánicos. Realizó observaciones meteorológicas en Baltimore que publicó en el Papel Periódico de la Havana. Reunió plantas, semillas y maderas de árboles procedentes de Florida, Carolina, Virginia y Maryland, y también de China, Siberia y Canadá, que pudo distribuir entre los jardines botánicos de La Habana, Madrid y Zaragoza antes de su muerte, ocurrida el 31 de julio de 1799 en La Habana.

Sus Descripciones de diferentes géneros y especies de plantas de la isla de Cuba que ha examinado la Comisión Real de Guantánamo, siguiendo el sistema de Linneo, se conservan en el Real Jardín Botánico de Madrid, gracias a que José Estévez, quien le sustituyó como botánico de la Real Comisión, se encargó de arreglarlas y concluirlas. La parte iconográfica de José Guío se publicó en 1984; el texto, junto con un estudio sobre el mismo realizado por varios autores, finalmente vio la luz en 1990. Algunas de sus descripciones se conservan repetidas en el fondo Boutelou de la Universidad de Sevilla y en la Academia Colombiana de Ciencias Exactas, Físicas y Naturales. Fue miembro de la Academia de Buenas Letras de Barcelona y socio de mérito de la Real Sociedad Aragonesa. Antonio José Cavanilles, en su memoria, denominó Boldoa a una planta de la familia de las nictagináceas.

 

Obras de ~: Discurso sobre las ventajas que los xergones llevan á los colchones, para los hospitales de exercito, Barcelona, Carlos Gibert y Tutó, 1794; Balthasar Emmanuel Boldo, Bot. Reg. Caesaraug. In Insulam Cubensem nunc legatus, D. D. Thomae Villanova, Bot. Prof. Valent. S. P. D. Havanae, In Typographia Curiae Episcopalis, 1798; “Noticias particulares de la Habana”, en Papel Periódico de la Havana, 95, 6 de diciembre de 1798; “Observaciones meteorológicas”, en Papel Periódico de la Havana, 97, 13 de diciembre de 1798; con J. Estévez, “Descriptiones diversorum generum specierumque insulae Cubae plantarum quas Regia Guantanamensis Legatio inspexit”, en J. Fernández Casas, M. A. Puig-Samper y F. J. Sánchez García (eds.), “Cubensis Prima Flora seu descriptiones diversorum generum specierumque insulae Cubae plantarum quas regia Guantanamensis Legatio inspexit, secundum manuscriptum Balthasaris Boldo et Josephi Estévez, Josephi Guío tabulis additis, his atque illo in Horto Regio Matritensi asservatis, cum prooemio, observationibus indicibusque variis locupleta”, en Fontqueria, 29 (1990), págs. 19-181; Tratado fisico-médico sobre el temblor y explosión observados en Montjuich el 8 de Marzo de 1795, s. f.; Observaciones prácticas de las enfermedades comunes en los cuarteles y navíos, s. l., s. f.; Análisis chímica de las aguas de Arlés, Baños y Moyolet de los Pirineos y otras fuentes de Cataluña, s. f.; Advertencias útiles sobre herborizaciones y otras tocantes a Botánica y Medicina, así en España como en América, s. f.

 

Bibl.: F. Latassa y Ortín, Biblioteca nueva de los escritores aragoneses que florecieron desde el año 1753 hasta 1795, Pamplona, Joaquín de Domingo, 1798-1802; A. J. Cavanilles, “Boldoa Cav. ex Lag.”, en M. Lagasca, Genera et species plantarum, Madrid, Typographia Regia, 1816, págs. 9-10; M. Colmeiro, La Botánica y los Botánicos de la Península Hispano-Lusitana, Madrid, M. Rivadeneyra, 1858, pág. 186; “Boldo (Baltasar Manuel)”, en Enciclopedia Universal Ilustrada Europeo-Americana, t. VIII, Barcelona, José Espasa e Hijos, 1910, pág. 1391; F. Barras de Aragón, “Los naturalistas en la expedición del Conde de Mopox a la isla de Cuba en 1786”, en Boletín de la Real Sociedad Española de Historia Natural, 50 (1952), págs. 425-434; C. Sotos Serrano, Flora y Fauna cubanas del siglo xviii. Los dibujos de la expedición del Conde de Mopox, 1796-1802, Madrid, Turner, 1984; F. J. Fernández Casas, M. A. Puig-Samper y F. J. Sánchez García (eds.), “Cubensis Prima Flora”, en Fontqueria, 29 (1990) (n.º monogr.); M. A. Puig-Samper, “La Botánica y los botánicos en la Comisión del Conde de Mopox”, en D. Higueras (ed.), Cuba Ilustrada. Real Comisión de Guantánamo (1796-1802), vol. II, Barcelona, Lunwerg, 1991, págs. 9-22; P. Herrera Oliver, “Sobre la Protoflora Cubana, Cubensis Prima Flora, y el Herbario de Boldo y Estévez”, en Fontqueria, 36 (1993), págs. 147-191; P. Blanco Fernández de Caleya, M. A. Puig-Samper Mulero, G. Zamudio Varela, M. Valero González y L. Maldonado Polo, Exploración Botánica de las Islas de Barlovento: Cuba y Puerto Rico. Siglo xviii. La obra de Martín Sessé y José Estévez, Madrid, Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC)-Doce Calles, 1998, págs. 37-55 (col. Theatrum Naturae); V. Martínez Tejero, Los botánicos aragoneses, Zaragoza, Caja de Ahorros de la Inmaculada de Aragón, 1998, págs. 49-51; A. Gomis Blanco y F. Pelayo López, “Baltasar M. Boldo y La Real Comisión de Guantánamo del Conde de Mopox”, en M. P. San Pío Aladrén y M. A. Puig-Samper Mulero (coords.), Las flores del Paraíso. La Expedición Botánica de Cuba en los siglos xviii y xix, Madrid-Barcelona, Caja Madrid-CSIC-Lunwerg, 1999, págs. 75-92; F. Guerra, Bibliografía médica americana y filipina, vol. II, Madrid, Ollero y Ramos, 1999, pág. 323.

 

Paloma Blanco Fernández de Caleya