Castillo, Luis del. ?, p. s. XVI – Toro (Zamora), 1583. Pintor.
Se desconoce su lugar de nacimiento, aunque se ha sugerido que pudiera provenir de Medina del Campo (Valladolid), ya que, además de contratar los servicios de un habitante de esta villa en 1528, hay varios pintores con su mismo apellido que trabajaron allí en el siglo XVI, y su hijo Antonio del Castillo, también pintor, fue vecino de dicha localidad.
En cualquier caso, los primeros datos con los que se cuenta lo sitúan en 1528 en Toro, localidad en la que residirá hasta su muerte en 1583. Se casó con Catalina Arias, hacia 1539. Tuvieron al menos ocho hijos: Ana se casó con el platero toresano Gaspar de Gago; Isabel contrajo matrimonio con el pintor Juan de la Talaya; Inés, Bernardino, Antonio, Gaspar, Juan y Gabriel son los nombres de sus otros vástagos. Los cuatro últimos siguieron el oficio de su progenitor.
Su capacidad para contratar obras en solitario desde su llegada a Toro indica que se trataba de un pintor plenamente formado, que contaba con el grado de maestría y como tal podía tener un taller, aspecto éste corroborado gracias a los distintos contratos de aprendizaje que concertó a lo largo de su vida.
Se cuenta con un importante dato a la hora de establecer el origen de la formación pictórica de Luis del Castillo, ya que en 1537 otorga poder a un zapatero de El Burgo de Osma para que en su nombre recoja los útiles del taller del pintor Juan de Soreda. Lo más probable es que Luis del Castillo realizara su aprendizaje dentro del taller de Soreda, y por tal motivo éste le dejó en herencia sus instrumentos de trabajo, que incluían los “papeles y cartones, yesos e debuxos e rregistros del dibuxo y medallas e todos otros e qualesquier aparejos”. Las pinturas de Soreda se caracterizan por el abundante empleo de grabados, destacan los de Durero y Schongauer, pero sobre todo de Marcantonio Raimondi y sus discípulos Agostino Veneziano y Nicoletto da Modena. Su huella es patente también en la obra de Luis del Castillo, quien a su vez traspasará estas estampas a su yerno, el también pintor Juan Ruiz de la Talaya.
De esta formación y de la contemplación de sus obras se deduce que su estilo tiene mucha relación con el “manierismo nervioso” de las pinturas de Alonso Berruguete. Esta relación ha sido señalada por todos los estudiosos que se han acercado a la obra de Luis del Castillo, y se manifiesta en el gusto por los cabellos ondulados al viento (recurso también empleado por Soreda), los fuertes contrastes lumínicos, el canon distorsionado de sus figuras, los forzados escorzos y la terribilità de los rostros masculinos. En algunos casos hay citas concretas de la pintura del paredeño.
Otro rasgo característico de su estilo es la insistencia en marcar los músculos, casi burdamente. La perspectiva tan forzada de la que hace uso en algunas composiciones se debe a su afán de introducir un elemento más de tensión, pero también en parte a una cierta impericia en el tratamiento del espacio.
La primera obra de la que se tiene referencia es el retablo mayor, hoy desaparecido, de la iglesia de San Juan, en Almaraz de la Mota (Valladolid) en 1530. En 1540 realiza una tabla con el martirio de san Andrés para la parroquia de San Miguel de Villavendimio (Zamora), en 1542 se le encarga un retablo para una capilla lateral de la parroquia de Casasola de Arión (Valladolid), su obra más temprana conservada. Hacia 1550 realiza con Juan de Borgoña II el retablo mayor de la parroquia de El Salvador de Abezames (Zamora). Sus tablas, actualmente dispersas en colecciones particulares, sirvieron para crear la figura anónima del Maestro de Abezames que posteriormente se identificó con Luis del Castillo.
Por otra parte, las diferencias entre Castillo y Borgoña II por el pago de este retablo dieron origen a un pleito que proporciona numerosas noticias sobre el ambiente artístico del momento. Obras más tardías, que desgraciadamente no se conservan, son los retablos mayores de la iglesia de la Magdalena en Toro y de la parroquia de Villardondiego (Zamora).
A partir de la obra conservada se le han atribuido otras, entre las que destacan la mitad del retablo para la capilla de los Sedano en la iglesia de Santo Tomás Cantuariense y el retablo mayor de la parroquia de San Salvador de Morales de Toro (Zamora). También se encargó en numerosas ocasiones de la policromía de obras escultóricas.
La obra de Luis del Castillo supone la introducción de unas formas quinientistas más avanzadas que las de la pintura de mayor éxito en ese momento en Zamora: la de Lorenzo de Ávila y Juan de Borgoña II, caracterizada por su equilibrio y por la fusión de las formas de Juan de Borgoña I con un rafaelismo atemperado.
Obras de ~: Retablo mayor de la iglesia de San Juan, Almaraz de la Mota (Valladolid), 1530 (desapar.); Tabla del martirio de san Andrés, parroquia de San Miguel de Villavendimio (Zamora), 1540; Retablo para la capilla lateral de la parroquia, Casasola de Arión (Valladolid), 1542; con J. de Borgoña II: Retablo mayor de la parroquia de El Salvador, Abezames (Zamora), 1550; Retablo mayor de la iglesia de la Magdalena, Toro (Zarmora), s. f. (desapar.); Retablo mayor de la parroquia, Villardondiego (Zamora), s. f. (desapar.).
Bibl.: R. Ch. Post, A History of Spanish Painting, Cambridge, Massachusetts, 1947; J. Navarro Talegón, “Pintores en Toro en el siglo XVI”, en VV. AA., Pintura en Toro.
Obras restauradas, catálogo de exposición, Zamora, Caja de Ahorros Provincial de Zamora, 1985, págs. 14-23; “Manifestaciones artísticas de la Edad Moderna”, en VV. AA., Historia de Zamora, II. La Edad Moderna, Zamora, Diputación Provincial, 1995, págs. 564-566; M. Díaz Padrón y A. Padrón Mérida, “Luis del Castillo o el Maestro de Abezames”, en VV. AA., Homenaje al profesor Martín González, Valladolid, Universidad, 1995, págs. 763-769; L. Vasallo Toranzo e I. Fiz Fuertes, “Organización y método de trabajo de un taller de pintura a mediados del siglo XVI. El caso toresano”, en Boletín del Museo e Instituto Camón Aznar, XCI (2003), págs. 313-326.
Irune Fiz Fuertes
