Usoz y Mozi, Santiago. Madrid, 25.VII.1781 – 24.XI.1858. Diplomático.
Fueron sus padres Lorenzo Usoz y Sanmiguel (Sangüesa, Navarra) y Francisca Xaviera Mozi Montoya (Burgos), y fue bautizado con los nombres de Santiago Manuel Cristóbal Francisco Xavier José. Su padre fue oficial mayor de la Contaduría General del Consejo de Indias. Su hermano José Agustín, oidor de la Audiencia de Charcas, fue cesado bajo la acusación de favorecer las tesis independentistas; entre sus hijos destaca Luis, destacado helenista y bibliófilo. Cuando regresó a España, contó con la ayuda de su hermano Santiago. Sus tías Vicenta y Manuela fueron azafata y camarista de la infanta María Isabel. Su segundo apellido aparece como Mozi, Moci o Mozy.
Inició su formación de Primeras Letras, Gramática y Latinidad en las Escuelas Pías del Avapiés, para continuar su formación en los Reales Estudios de San Isidro, en donde a lo largo de seis años asistió a clases de Lógica, Física Experimental y Matemáticas. El 20 de febrero de 1802 solicitó una plaza en “clase de joven de lenguas” en alguna embajada, en cuya solicitud indicaba tanto los méritos familiares y su formación como sus conocimientos de francés. Dos meses más tarde (5 de abril de 1802, posesión el 15 de mayo) fue nombrado oficial de la Embajada en Lisboa.
Tras la ocupación de la capital portuguesa por las tropas franco-españolas regresó a Madrid (1807) durante algún tiempo. Permaneció en la capital hasta el 15 de septiembre de 1809, en que logró escapar hacia el sur, llegando a Cádiz el día 30. Dos meses más tarde (25 de noviembre de 1809) fue repuesto en su puesto de Lisboa, aunque no llegó a tomar posesión por haber sido reducidos los gastos y plantillas. Continuó residiendo en Cádiz a la espera de un destino, mientras solucionaba asuntos familiares, como el embargo de los bienes de su madre en Valencia, bajo la acusación de residir en territorio enemigo, Finalmente el 11 de mayo de 1810 fue enviado nuevamente a Lisboa, en donde ascendió a secretario de legación (17 de marzo de 1811). Como consecuencia del traslado de Eusebio Bardají a la Embajada en San Petersburgo, asumió la dirección de la legación en Lisboa como encargado de negocios interino (del 27 de septiembre de 1812 al 30 de junio de 1823) hasta la llegada del nuevo embajador, Ignacio de la Pezuela. Su principal actividad fue estar al tanto de las operaciones militares y actuar para que las autoridades apoyasen las acciones de las fuerzas luso-británicas.
El traslado de Pezuela conllevó su nombramiento como encargado de negocios (13 de agosto de 1814), en el que permaneció hasta el 2 de febrero de 1815, por haber sido nombrado (17 de diciembre de 1814) oficial 9.º de la Primera Secretaría de Estado y del Despacho.
En Madrid continuó su carrera de ascensos en la Secretaría (oficial 7.º en 1817), y de reconocimientos: caballero supernumerario de la Real y Distinguida Orden de Carlos III (29 de mayo de 1815) y secretario de Su Majestad con ejercicio de decretos (15 de octubre de 1815). A principios de 1818 (6 de enero) fue nombrado secretario de la Embajada en Viena, y ante su solicitud se accedió a anular el nombramiento (25 de enero de 1818). Unos meses más tarde (29 de septiembre de 1818) fue destinado a la Embajada en Londres (posesión 17 de diciembre).
Tras la restauración del sistema constitucional, fue reclamado por su antiguo jefe Evaristo Pérez de Castro, para convertirse en uno de sus colaborados más cercanos, ascendiéndole a oficial 1.º segundo de la Secretaría de Estado (14 de abril de 1820). El 1 de mayo se encontraba ya en Madrid. Continuó gozando de la confianza del nuevo ministro, su superior en Lisboa, Eusebio Bardají, quien le premió con la Cruz pensionada de Carlos III (25 de marzo de 1821) y el ascenso a oficial mayor (21 de abril de 1821).
Durante el resto del Trienio continuó en dicho puesto, lo que motivó que tuviese que realizar varias interinidades: de Francisco Martínez de la Rosa durante su enfermedad (del 10 al 11 de julio de 1822 y del 23 de julio al 5 de agosto de 1822) justo tras la crisis del 7 de julio; asimismo, ante el vacío de poder motivado por la dimisión de José Manuel Vadillo, actuó como oficial mayor habilitado (del 7 de mayo de 1823 al 13 de mayo de 1823). Usoz se negó (23 de junio de 1823) a seguir al Gobierno en su traslado de Sevilla a Cádiz, por lo que fue declarado cesante por los liberales y con fecha 1 de octubre por los realistas. Su oposición a la inhabilitación temporal del Monarca, debió facilitar que fuese declarado purificado en primera instancia (7 de abril de 1825); de forma inmediata inició el proceso de reclamación de su antiguo empleo, lo que logró muy pronto (24 de diciembre de 1825) y de los honores recibidos durante el Trienio (7 de febrero de 1826, Cruz pensionada de Carlos III).
Al acabar la embajada del duque de Villahermosa, se nombró (13 de marzo de 1827) a Usoz encargado de negocios en París, en tanto se procedía a enviar un nuevo embajador. El 19 de abril asumió su nueva responsabilidad, en el curso de la cual intervino en las cuestiones relacionadas con el pago de las tropas francesas, y la salida de España del general francés conde de Castellane, gestionó lo relacionado con la sublevación de los agraviados de Cataluña y se movió para animar a regresar a España a quienes habían huido de las antiguas colonias americanas. A mediados de octubre (18 de octubre de 1827) cesó su encargo y regresó a Madrid.
Su labor en París, en la conclusión del convenio para la liquidación de la deuda entre ambos países, recibió varios reconocimientos: comendador de la Real Orden Americana de Isabel la Católica (2 de marzo de 1829), comendador de la Legión de Honor y consejero honorario de Hacienda. Además fue nombrado vocal (13 de abril de 1829) de la Suprema Asamblea de la Real Orden Española de Carlos III. A finales de ese mismo año fue nombrado director general de Correos (21 de diciembre de 1829). La reestructuración realizada por Javier de Burgos de dicho departamento significó el cese de dos directores y que (23 de octubre de 1833) Usoz continuase como único director de Correos, mientas que José Agustín de Larramendi se encargaba de Caminos.
El 23 de octubre de 1835 fue declarado cesante, aunque continuó en su puesto de vocal de la Asamblea de la Real Orden Española de Carlos III, hasta que el 22 de abril de 1858 se le declaró jubilado.
El 29 de junio de 1821 fue nombrado consejero 1.º rey de armas de la Orden del Toisón de Oro y ejerció como tal en diversas ocasiones (1822, 1823 y 1830). Fue caballero maestrante de Ronda (31 de marzo de 1830) y Sevilla (1829). El 28 de mayo de 1834 fue nombrado académico de honor de la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando. Tenía importantes posesiones en Aspe (Alicante).
Fuentes y bibl.: Archivo General de Indias, Estado, leg.
96, exps. 9, 13, 15, 18, 52 y 55; Archivo General Militar (Segovia) 1.892; Archivo Histórico Nacional, Consejos, libro 696, legs. 11.822 y 11.824; Estado, leg. 1610, exps. 132 y 197, 3.415, exp. 6, 3.423, exp. 3, 3.430, exp. 14, 3.436 exp. 4, 3.450 exp. 11, y 5.378; Estado, Carlos III, exp. 1.748; Fondos Contemporáneos. Ministerio de Hacienda, leg. 552, exp. 56, 1544, exp. 84, 2.750, exp. 671 y 4835, exp. 74; Archivo del Ministerio de Asuntos Exteriores, Expedientes personales, leg. 237, exp. 13.612.
A. Gil Novales (dir. y coord.), Diccionario biográfico del Trienio Liberal, Madrid, El Museo Universal, 1991; M. Vilar, “Lengua y civilización inglesa en sus relaciones con España a mediados del siglo xix”, en Boletín de la Real Academia de la Historia, CXCIII, n.º 1 (1993), págs. 137-176; M.ª López- Cordón Cortezo, “La legación española en Lisboa durante el reinado de Fernando VII”, en Cuadernos de Historia Contemporánea (2003), págs. 113-126, en http://percevales.blogspot.
com/2008/06/usoz.html.
José Ramón Urquijo Goitia
