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Joaquín Domingo de Eleta la Piedra

Biografía

Eleta la Piedra, Joaquín de. El Burgo de Osma (Soria), 22.VII.1707 – Aranjuez (Madrid), 4.XII.1788. Franciscano (OFM), confesor de Carlos III (1761- 1788) y obispo de Osma (1787-1788).

Fue hijo de Martín de Eleta, natural de Pamplona, cirujano titular de la villa episcopal de El Burgo de Osma, y de María la Piedra Cabezudo, natural de Berlanga de Duero (Soria).

Comenzó los estudios de Latín y Filosofía en la Universidad de Santa Catalina de El Burgo de Osma y poco tiempo después, siendo de diecisiete años de edad, ingresó en el convento del Santo Ángel de Alcalá de Henares, donde tomó el hábito franciscano el 29 de octubre de 1724. Cuatro años más tarde completó los estudios de Filosofía en el convento de San Bernardino de Madrid y, seguidamente, cursó la Teología en el convento de San Buenaventura de Ocaña (Toledo). Ejerció los cargos de maestro de Teología en Almagro (Ciudad Real) en 1731 y el de lector de Filosofía en Cuenca en los años 1732-1741, donde alternó la cátedra con la predicación. En 1741-1744 residió nuevamente en Almagro como lector de Teología, regresando al convento de San Bernardino de Madrid.

En el capítulo general de la Orden fue elegido guardián de la casa noviciado y convento de Arenas de San Pedro (Ávila) en 1749, cargo al que renunció, para dedicarse a la predicación. En 1753, fray José Bolaños, confesor de Carlos III, rey de Nápoles, primogénito de Felipe V y de Isabel de Farnesio, escribió una carta al provincial fray Juan de Consuegra, solicitando el envío de un religioso instruido y prudente, que pudiera ayudarle y sucederle, debido a los achaques que padecía por su avanzada edad. El provincial designó a fray Joaquín de Eleta en 1753, quien, asesorado por Bolaños, pasó a Italia y permaneció un año en Florencia, aprendiendo la lengua italiana, al tiempo que el padre ministro general de la Orden le nombró comisario general de la provincia de San Pedro de Alcántara, de Nápoles.

En 1759, Carlos III regresó a Madrid para suceder en el Trono español a su hermano Fernando VI, fallecido sin sucesión. Con este motivo, el confesor Bolaños y el auxiliar Eleta regresaron a Madrid, y fallecido Bolaños en 1761, el Rey eligió para confesor a Joaquín de Eleta, cuyo nombramiento oficial se hizo público el 6 de enero de 1761, fiesta de la Epifanía. La elección de los franciscanos Bolaños y Eleta para el cargo de confesor real provenía del propósito de Carlos III de sustituir en dicho cargo a los influyentes jesuitas, habida cuenta la discutida actuación del padre Francisco de Rávago y Noriega, confesor de Fernando VI (1747-1755) con el plácet y apoyo de los ministros Carvajal y Ensenada. Carlos III no ocultó sus preferencias por un confesor flexible con el regalismo y la ideología reformadora de la Ilustración, una política religiosa de difícil coexistencia pacífica con el jesuitismo de la época.

Fray Joaquín de Eleta no cuenta aún con una biografía crítica. Sin embargo, Carlos III y el confesor Eleta mantuvieron identidad de criterios en la provisión de obispados en eclesiásticos de formación tradicional y en el espinoso tema de la expulsión de los jesuitas (1767) y supresión de la Compañía de Jesús (1773). Unos hechos, estos dos últimos, que avivaron el enfrentamiento Ilustración-Compañía de Jesús en el proceso de beatificación de Juan de Palafox y Mendoza, obispo de Puebla de los Ángeles (Méjico) [1640- 1649] y de Osma (Soria) [1654-1659]. Es público y notorio que Carlos III, influenciado por el confesor Eleta, se convirtió en gran mecenas de las magníficas y artísticas sacristía Mayor y capilla de Palafox de la catedral de El Burgo de Osma y en el principal promotor de dicha causa de beatificación, que el papa Pío VI consideró prudente aplazar el 27 de enero de 1787.

La afinidad ideológica en materia religiosa de fray Joaquín de Eleta con el Rey contrasta con el trato de inferioridad que algunos de los ministros y embajadores más destacados del reinado de Carlos III, como el marqués de Tanuchi, el conde de Floridablanca, Manuel de Roda y el embajador José Nicolás de Azara, dispensaron al confesor real. Las discrepancias surgieron de mentalidades y culturas contrapuestas, como fueron el alto nivel cultural de los ministros ilustrados y la formación tradicional conventual del confesor que nunca renunció seguir vistiendo el sayal y el calzado de alpargata franciscanos en la corte de la Ilustración.

A los ochenta años de edad, fray Joaquín de Eleta fue nombrado obispo de Osma, su diócesis natal, de la que tomó posesión el 31 de marzo de 1787. Por privilegio pontificio, fue exonerado de la obligación de la “residencia episcopal canónica”. Durante su pontificado, hizo una sola visita pastoral a las parroquias más importantes de la diócesis. Construyó el actual seminario diocesano según la traza y planos del arquitecto Juan de Villanueva. Amplió el Hospital de San Agustín y estructuró el arreglo beneficial del clero diocesano, probado por el papa Pío VI y el rey Carlos III en 1788. Por lo demás, residió habitualmente en Madrid, hasta su muerte, acaecida en el Real Sitio de Aranjuez el 4 de diciembre de 1788, a los ochenta y un años de edad y veintisiete de confesor de Carlos III.

 

Bibl.: Real Cédula de Carlos III por la que aprueba el Plan Beneficial que ha hecho el Ilustrísimo Señor D. Fray Joaquín de Eleta, arzobispo obispo de Osma, dirigido a areglar las rentas eclesiásticas de su Diócesis. Confirmado todo por el Breve Pontificio que va a su continuación, Madrid, Imprenta Real, 1788, págs. 1-105; J. B. Loperráez Corvalán, Historia del Obispado de Osma, t. I, Madrid, Imprenta Real, 1788, págs. 634-654; J. Vega, “Carlos III”, en G. Bleiberg (dir.), Diccionario de Historia de España, t. I, Madrid, Alianza Editorial, 1981, págs. 703-706; T. Egido López, “La Religiosidad de los Ilustrados”, en Historia de España Ramón Menéndez Pidal: La Época de la Ilustración, t. XXXI, vol. I, Madrid, Espasa Calpe, 1988, págs. 397- 435; P. Navascués Palacio, “La formación de la Arquitectura Neoclásica”, en Historia de España Ramón Menéndez Pidal: La Época de la Ilustración, t. XXXI, vol. I, Madrid, Espasa Calpe, 1988, pág. 692; T. Portillo Capilla, El Desierto y la celda en la vida y muerte del obispo Juan de Palafox y Mendoza, Soria, Javier Gómez Gómez, Ingrabel, 1989, pág. 89; T. Portillo Capilla, “Episcopologio Oxomense-Soriano”, en Celtiberia, Revista del Centro de Estudios Sorianos, 91 (1997), págs. 33-34; M. Lázaro Curiel, “Fray Joaquín de Eleta, confesor de Carlos III”, en VV. AA., Semana de Estudios Históricos de la diócesis de Osma-Soria 15-17 de septiembre de 1997, t. I, Soria, Diputación Provincial, 2000, págs. 139-157.

 

Teófilo Portillo Capilla