Bustamante y Guerra, José de. Ontaneda del Valle de Toranzo (Cantabria), 1.IV.1759 – Madrid, 10.III.1825. Teniente general de la Armada.
Hijo de Joaquín de Bustamante y Rueda, descendiente de la casa de Quijas, y de Clara de la Guerra y Vega, esta última de los señores de la casa y solar de la Guerra. Su hermano mayor, Francisco, llegó a ser un importante hombre de negocios y constructor del palacio familiar de Ontaneda, sede institucional del actual Centro de Estudios Históricos del Ferrocarril Español.
Se le formó asiento de guardia marina a José de Bustamante con sólo once años en Cádiz (7 de noviembre de 1770), en la 69.ª promoción, al año de haber muerto otro de sus hermanos, Joaquín, tres años mayor que él, en la misma ciudad, marino y con el mismo empleo (12 de septiembre de 1769).
Tras haber concluido sus estudios y de haber navegado en diferentes buques de los departamentos navales de Cádiz y Cartagena, sosteniendo algunas acciones contra los berberiscos a bordo de los jabeques Gaviota y Pilar, ascendió a alférez de fragata (22 de junio de 1774), pasando sucesivamente al navío San Jenaro y a la urca Santa Inés en la que realizó viaje a Filipinas en 1777, transbordando allí al navío Velasco.
De regreso a España desde Manila en la urca antes citada, fue apresado por un navío inglés, siendo herido de gravedad en el combate sostenido. Detenido en Cork (Irlanda), pudo regresar a Cádiz (18 de julio de 1780), donde tuvo conocimiento de haber ascendido por dos veces durante su prisión: a alférez de navío (16 de marzo de 1778) y a teniente de fragata (2 de mayo de 1778), en premio a sus sufrimientos y al buen concepto que de él tenían sus superiores.
Para poder restablecerse plenamente de sus heridas fue enviado al Hospital Naval de este puerto, encargado de la custodia de los enfermos hasta fines de 1781. Destinado al año siguiente a petición propia al navío Triunfante de la escuadra del mando de Luis de Córdova que bloqueaba Gibraltar, asistió al combate de cabo Espartel (20 de octubre de 1782) que ésta mantuvo con la inglesa del almirante Howe y al que también asistieron como guardia marinas José de Vargas Ponce y Martín Fernández de Navarrete, gloria de las letras españolas. Posteriormente prestó servicio en el navío África y en la fragata Santa Rosa durante 1783. Al año siguiente profesó en la Orden de Santiago a la que había pertenecido su bisabuelo materno, Álvaro, señor de la casa y solar de la Guerra.
A bordo del navío Septentrión hizo viaje a Veracruz, siendo nombrado oficial de órdenes de la escuadra que de ahí se dirigió a La Habana. De regreso en Cádiz pasó a mandar la 6.ª compañía del primer Batallón de Infantería de Marina (24 de enero de 1784), mando que permutó por el de la 2.ª compañía del 9.º (26 de julio de 1784) y, promovido a capitán de fragata (15 de noviembre de 1784), embarcó posteriormente en el navío San Sebastián y en otros buques como segundo comandante, obteniendo en junio de 1789 su primer mando independiente, el de la corbeta Santa Rufina, más conocida por su alias: Atrevida.
Juntamente con otra corbeta, la Santa Justa (alias Descubierta) y ambas bajo el mando del también capitán de fragata Alejandro Malaspina, llevó a cabo el gran viaje con carácter científico a las posesiones españolas en ultramar que conocemos como Expedición Malaspina, en opinión de Martín Fernández de Navarrete, “el más brillante testimonio que a fines del siglo pasado dio nuestro Gobierno del laudable interés que se tomaba en aumentar los conocimientos de la ciencia de nuestro globo”. Este ambicioso proyecto multidisciplinar había sido concebido entre Malaspina y Bustamante y, elevado a la superioridad (10 de septiembre de 1778), había sido aprobado excluyendo otros similares y otorgando la facultad a ambos marinos de seleccionar a sus oficiales subalternos. Tras zarpar de Cádiz (30 de julio de 1789) arribaron ambos buques a Montevideo, donde Bustamante encabezó una comisión por tierra que se dirigió a Buenos Aires a solicitar la colaboración del virrey marqués de Loreto, reconociendo después la costa septentrional del estuario del Río de la Plata. Pasaron a continuación a las costas patagónicas, las Malvinas, Chile y Perú, Guayaquil, Panamá y Acapulco. Al llegar anticipadamente la Atrevida a este puerto (1 de febrero de 1791), Bustamante decidió trasladarse con su corbeta a San Blas en California, para realizar los levantamientos hidrográficos del puerto y acopiar pertrechos; reunido de nuevo con Malaspina en Acapulco, remontaron hasta alcanzar el paralelo 602 en búsqueda infructuosa del paso del noroeste, para lo que Malaspina y Bustamante embarcaron en lanchas para explorar los estrechos. Pasaron a continuación a las Marianas, las Filipinas y Nueva Zelanda, regresando a Cádiz desde Montevideo (21 de noviembre de 1794), tras haber recopilado cientos de estudios hidrográficos, zoológicos, botánicos y astronómicos, y también análisis político- económicos, en los que el jefe de la expedición descalificaba el sistema político y financiero de las colonias proponiendo un gobierno más liberal, lo que sería causa indirecta de su posterior encarcelamiento y de que se desaprovechasen en buena medida los resultados de la expedición. Éstos, constituidos por levantamientos cartográficos en las costas de América, islas Sándwich, Filipinas, Australia y Nueva Zelanda; informes de los territorios visitados sobre trazados de puertos, estadísticas del comercio y producciones, y estudios etnográficos y de Historia Natural, fueron decomisados. Bustamante, que había ascendido a capitán de navío durante el viaje (1 de marzo de 1791), había realizado la navegación en solitario con la Atrevida entre Talcahuano y Montevideo, del 3 de diciembre de 1793 al 15 de febrero de 1794.
Una vez en España, y tras haberse llevado a cabo por su iniciativa la suscripción pública liderada por su hermano Francisco para obsequiar al Rey con el navío de 74 cañones llamado El Montañés botado en Ferrol, fue recibido por Carlos IV en audiencia personal y presentó en la Corte su cuaderno de viaje sin mayor problema. Depositado en el Ministerio de Estado, este trabajo no fue impreso hasta 1868 como Relación de las navegaciones que ejecutó la corbeta de S. M.
“Atrevida” en el viaje verificado, unida a la “Descubierta”, en los años 1789, 1790, 1791, 1792, 1793 y 1794, ordenada por su comandante D. José de Bustamante y Guerra, brigadier de la Real Armada. Obtenido este último empleo (5 de septiembre de 1795), fue nombrado gobernador militar y político de Montevideo en sustitución de Antonio Olaguer y Feliú, y comandante general de Marina de los bajeles del Plata (13 de septiembre de 1796), a raíz de finalizar su Memoria sobre un plan de defensa para la América meridional y las islas Filipinas para interceptar el gran comercio de los ingleses con la China al primer rompimiento, y derrotas desde Chile á las costas de Nueva Holanda, ó Bahía Botánica, y regreso á las del Perú (29 de julio de 1796).
Al tomar posesión de su nuevo cargo y gobernación de esta ciudad, punto estratégico y puerto principal del virreinato de Buenos Aires (11 de febrero de 1797), tuvo ocasión de poner con gran energía en estado de defensa la plaza contra ingleses y portugueses, y de iniciar el completo levantamiento hidrográfico del Río de la Plata, plan que acariciaba desde sus días de la expedición Malaspina y que, completado en 1801, puso en manos del piloto Andrés de Oyarvide. Finalizadas las obras de fortificación, Bustamante atendió a otras obras públicas como la iglesia mayor, la cárcel pública, diversos puentes y un lavadero común, construyendo una red de alcantarillado que evitase las avenidas y las epidemias, y pavimentó las calles. Su labor fue encomiada públicamente por el regidor decano del Cabildo (15 de noviembre de 1800), aunque se produjo un conflicto de competencias con el subinspector general Rafael de Sobremonte que tuvo que solventar el virrey Gabriel de Avilés.
Durante su estancia en Montevideo, casó en 1798 con María del Pilar Azlor de Aragón, y finalizado su mandato, la Audiencia de Buenos Aires solicitó del Rey que se prorrogase su gobierno un lustro más. En este tiempo adicional se inauguró el faro del Cerro, el primero del Río de la Plata, y ese mismo año 1802 se construyó el primer muelle del puerto y finalizó la iglesia mayor. Su actuación le valió el ascenso a jefe de escuadra (5 de octubre de 1802).
En febrero de 1804 Bustamante entregó el mando a su sucesor el brigadier Pascual Ruiz Huidobro y se embarcó para España ostentando el mando de cuatro fragatas con caudales de Lima y Buenos Aires e izando su insignia en la Medea (9 de agosto de 1804). Pese al estado de paz reinante en ese momento entre España e Inglaterra, esta división naval fue interceptada por otras tantas fragatas inglesas de mayor porte al mando del comodoro Graham Moore.
Se produjo el combate cerca del cabo de Santa María en la costa portuguesa del Algarve (4 de octubre de 1804), del que resultó la voladura de una de las fragatas de Bustamante, la Mercedes, y el apresamiento de las demás, lo que dio origen a la declaración de guerra por parte de España dos meses después. Retenido en Plymouth, colaboró con el embajador español hasta conseguir la devolución de la caja de soldadas y las pertenencias de particulares y marinos capturadas y tras pasar algún tiempo como prisionero de guerra regresó a España por haber sido canjeado bajo palabra de honor de no participar directamente en la misma a finales del mes de julio. Habiendo solicitado voluntariamente examen de su conducta en Consejo de Guerra, fue declarado exento de toda culpa (10 de enero de 1806).
Trasladado a Madrid, fue nombrado vocal de la Junta de Fortificación y Defensa de Indias (1 de junio de 1807); enfermó de una afección pulmonar y tuvo que solicitar del infante Antonio Pascual una licencia para tomar los baños de Aragón. De regreso en Madrid, requerido a prestar juramento de fidelidad a José Bonaparte, Bustamante se negó a ello, pese a las seductoras ofertas de José de Mazarredo, renunciando a su empleo militar (23 de julio de 1808) con un alegato famoso basado en que “los dictámenes de mi honor y conciencia, no me permiten prestar el juramento que no ha verificado la nación...”, pero, intimado por segunda vez a hacerlo, no le cupo otra solución que la de escapar de la capital con gran riesgo, para presentarse en Sevilla y ofrecer sus servicios a la Junta Suprema Central.
Ascendido José de Bustamante a teniente general con antigüedad de 27 de junio de 1808 y confirmado como vocal de la Junta de Indias, fue nombrado por el Consejo de Regencia presidente de la Real Audiencia de Charcas (14 de octubre de 1809) y en diciembre siguiente de la de Cuzco, puestos que no llegó a desempeñar por conferírsele la Capitanía General de Guatemala y la presidencia de su Audiencia en marzo de 1810, en sustitución de Antonio González Mallinedo, cargo en el que continuó hasta 1818.
Trasladado con su familia a Veracruz en la escuadra del almirante inglés Fleming, desempeñó una misión reservada por encargo del virrey Francisco Javier Venegas y tuvo ocasión de vivir los sucesos revolucionarios protagonizados por Miguel Morelos en septiembre de 1810, lo que le mantuvo firme en su decisión de impedir la difusión de las ideas revolucionarias en el reino de Guatemala.
Tras haber tomado posesión del gobierno de éste en marzo de 1811, sofocó con energía los movimientos separatistas en San Salvador, León y Granada de fines de ese año y temiendo la penetración en territorio guatemalteco de insurrectos provenientes de Oaxaca, reorganizó el batallón de Milicias Disciplinadas de Quetzaltenango que había sido suprimido en 1806, poniéndolo al mando de Prudencio de Cózar.
Proclamada la Constitución de Cádiz en 1812, se mantuvo muy reticente a su aplicación en el territorio por él administrado. A principios del año siguiente, envió una expedición a México al mando del coronel Manuel Dambrini, para reconquistar Oaxaca que se apoderó de Nitipec (25 de febrero de 1813) y que fue finalmente rechazada. En ese mismo año remitió a España una memoria en la que ponía como requisitos para mantener el poder español en América desterrar la miseria, multiplicar el número de propietarios, proteger a los indios y repartir tierras sin perjuicio de terceros, proporcionando fondos públicos para los primeros gastos de cultivo. Confirmado en su puesto en 1814, tras haber hecho abortar la conspiración independentista de Belén (21 de diciembre de 1813), fue finalmente relevado como capitán general por Carlos de Urrutia y Montoya, a quien Bustamante entregó el mando (28 de marzo de 1818).
Regresó a Cádiz a bordo de la fragata Sabina, de donde pasó a la Corte, y tras haber superado su juicio de residencia, entró nuevamente a formar parte de la Junta de Fortificación y Defensa de Indias (6 de febrero de 1820). Por corresponderle por sus años de servicio, le fue concedida la Gran Cruz de San Hermenegildo (9 de marzo de 1820) y por los méritos adquiridos, la Gran Cruz de la Orden Americana de Isabel la Católica (24 de octubre de 1820). Nombrado director interino de la Armada (9 de mayo de 1820), continuó en él hasta la extinción de este organismo (15 de agosto de 1822).
En mayo de 1821 presidió el Consejo de Guerra que absolvió en Madrid al teniente de navío Dionisio Capaz, de la pérdida de la fragata María Isabel frente a buques independentistas en el puerto de Talcahuano (Chile) en contra de la opinión del virrey Joaquín Pezuela. Creada una nueva Junta de Almirantazgo, pasó a formar parte de ella, y nombrado vocal de la Junta de Expediciones a América (14 de diciembre de 1823), lo fue también de la Dirección General de la Armada (14 de marzo de 1824) en la que propuso como lugar ideal para trasladar la Compañía de Guardias Marinas la ría de Vigo. Fue nombrado también vicepresidente de la Junta del Fomento al mes siguiente de serlo de la Dirección General de la Armada; cargos en cuyo ejercicio falleció a los setenta y dos años y cincuenta y cinco de servicios a la causa del absolutismo real. Su elogio necrológico, realizado por Martín Fernández de Navarrete, se publicó en la Gaceta de Madrid del 5 de julio de 1825.
Obras de ~: Plan de un viaje científico y político alrededor del mundo, remitido al excelentísimo señor bailío D. Antonio Valdés, Ministro de Marina, por los capitanes de fragata D. Alejandro Malaspina y D. José Bustamante; Informe sobre el plan que debía seguirse en la publicación del viaje de las corbetas Descubierta y Atrevida, Madrid, Real Academia de la Historia, ms. 9/5946, fols. 257 a 261v.; Diario de a bordo de la “Atrevida” (30-VII- 1789 A 28-V-1790), Madrid, Museo Naval, ms. 93; Diario de D. José de Bustamante, Madrid, Ministerio de Asuntos Exteriores, ms. 13; Informes reservados sobre la oficialidad de las corbetas, Madrid, Museo Naval, ms. 1.506; “Relación de las navegaciones que ejecutó separadamente la corbeta de S. M. ‘Atrevida’ en el viaje verificado, unida a la ‘Descubierta’, en los años 1789, 1790, 1791, 1792, 1793 y 1794, ordenada por su comandante D. José de Bustamante y Guerra, brigadier de la Real Armada”, en Anales de la Dirección de Hidrografía, año VI (1868), págs. 240-360; Memoria sobre un plan de defensa para la América meridional y las islas Filipinas para interceptar el gran comercio de los ingleses con la China al primer rompimiento, y derrotas desde Chile á las costas de Nueva Holanda, ó Bahía Botánica, y regreso á las del Perú, por D. José de Bustamante y Guerra, Madrid, Real Academia de la Historia, ms. 9/5990, fols. 91-150v.
Fuentes y bibl.: Archivo General de la Marina Álvaro de Bazán (El Viso del Marqués, Ciudad Real), Cuerpo General, leg. 620/181; Archivo Histórico Nacional (Madrid), Orden de Santiago, exp. 9.296.
“Elogio necrológico del teniente general de la Armada D. José de Bustamante y Guerra, fallecido el 10 de marzo por D. Martín Fernández de Navarrete”, en Gaceta de Madrid, 5 de julio de 1825; F. de P. Pavía y Pavía, Galería biográfica de los Generales de Marina, Jefes y personajes notables que figuraron en la misma corporación desde 1700 a 1868, t. I, Madrid, 1873, págs. 194-200; P. Novo y Colson, Viaje político-científico alrededor del mundo por las corbetas “Descubierta” y “Atrevida”, al mando de los capitanes de navío Alejandro Malaspina y José de Bustamante y Guerra desde 1789 a 1794, Madrid, Imprenta de la viuda é hijos de Abienzo, 1885; D. de la Válgoma y Barón de Finestrat, Real Compañía de Guardias Marinas y Colegio Naval. Catálogo de pruebas de Caballeros aspirantes, t. II, Madrid, Instituto Histórico de la Marina, 1955, págs. 244-305; J. M.ª Martínez-Hidalgo y Terán (dir.), Enciclopedia General del Mar, t. I, Barcelona, Editorial Garriga, 1957, págs. 849-850; R. Cerezo Martínez, “Circunstancia histórica del Viaje” en La Expedición Malaspina 1789-1794, t. I, Barcelona, Ministerio de Defensa-Museo Naval- Lunwerg, 1987, págs. 98-100; A. Gil Novales (dir.), Diccionario Biográfico del Trienio Liberal, Madrid, Museo Universal, 1991, pág. 102; T. Hawkins, “José de Bustamante and the Preservation of Empire in Central America, 1811-1818”, en Colonial Latin American Historical Review, 4 (otoño de 1995); C. A. Bauzá, “Las lanchas cañoneras de José de Bustamante y Guerra”, en RNU Revista Naval (Club Naval, Montevideo, Uruguay), n.º 32 (noviembre de 1998), págs. 101-106; E. Beerman, “Bustamante y la Atrevida en Chile (1790)”, en Actas del VI Simposium de Historia Marítima y Naval Iberoamericana, Lima, IEHMP, 2003, págs. 324-327; S. A. Webre, “Jose de Bustamante and Central American Independence: Colonial Administration in an Age of Imperial Crisis”, en The Americas, vol. 62, n.º 1 (julio de 2005), págs. 131-133; J. M. Blanco Núñez, “La Tragedia de las fragatas de Bustamante y la declaración de guerra contra Inglaterra”, en Revista General de Marina. Bicentenario de la Batalla de Trafalgar (n.º monográfico) (agosto-septiembre de 2005), págs. 67-78.
Hugo O’Donnell y Duque de Estrada, Duque de Tetuán