Bouchard de Becour, Luis. Francia, u. t. s. XVII – ?, s. m. s. XVIII. Ingeniero militar francés al servicio de la corona española.
Trabajó en Nueva España en los comienzos del siglo XVIII, como consecuencia del acuerdo concertado entre las coronas española y francesa de mantener en las Indias a técnicos galos que solucionaran temporalmente la falta de ingenieros españoles en aquel continente.
En julio de 1704, además de trabajar en las fortificaciones de Veracruz, realizaba un proyecto para llevar agua a dicha plaza desde el río Xamapa. Había tomado una serie de niveles escogiendo el mejor camino, evitando lagos, pantanos y lugares salitrosos. Proponía que se realizara un dique de madera y piedra a través del río y, por medio de martinetes, se clavaran dos filas de pilotes, que se llenarían de piedra, macizando sus cabezas con enrejado para que la corriente no las rompiese.
En 1705, por el fallecimiento del ingeniero Jaime Franck, era destinado a la plaza de Campeche don Juan de Siscara (Ciscara), pero, al no presentarse, el virrey, duque de Alburquerque, designaba para el cargo al ingeniero francés Luis Bouchard de Becour. Este, en razón a los acuerdos con Francia estaba dirigiendo las obras del fuerte de San Juan de Ulúa (Veracruz). Según el informe de Bouchard, el recinto, consistente en ocho baluartes y las correspondientes cortinas, era aceptable. Por otro lado, no era partidario de aumentar el tamaño de los baluartes como quería el gobernador de la plaza, ya que el realizarlo exigiría una guarnición de quinientos hombres cada uno. En cuanto al convento de San Francisco, al que se quería derruir para que no alterara la defensa, afirmaba que era suficiente con almenarlo, constituyéndose en un fuerte avanzado de la ciudad. Sin embargo, esto era respecto al trazado, ya que consideraba que eran necesarias mejoras que presentaba en su informe, entre ellas, la terminación de un foso que se alimentaría con el agua que se encontraba a poca profundidad ya que no había una considerable diferencia entre la altura del agua y el nivel del mar.
Bouchard, en 1705, se encargaba de unificar todas las obras defensivas que rodeaban la ciudad de San Francisco de Campeche con un muro, según su Plan de la ciudad de Campeche. A su término, el muro que rodeaba la plaza era de 2.560 metros de longitud, formando un hexágono irregular alrededor de la parte principal de la ciudad, con seis bastiones defensivos en las esquinas. Los baluartes eran Nuestra Señora de la Soledad, San José, San Pedro, San Francisco, San Juan, y San Carlos. Las puertas, de San Román y de San Francisco. Intramuros había diferentes edificios religiosos, como la iglesia mayor, la iglesia de Jesús, San Francisco y San José y el hospital de San Juan de Dios. Bouchard dibujó una planta de la ciudad y de su puerto.
En 1706 se encontraba en San Juan de Ulúa, desde donde pedía mejoras económicas, por lo que, aparte de su sueldo, se le asistió con el de Maestro Mayor. En octubre de ese mismo año, se reunía en Junta con los Maestres de Campo y el sargento mayor de Batalla para decidir sobre la realización de las fortificaciones en Veracruz. También en 1706, trabajaba en desbloquear el paso hacia Veracruz, debido al hundimiento de un buque. Asimismo, informaba sobre los arreglos a realizar de la parte del puerto dañado por la voladura del barco y otras posibles modificaciones que pudieran hacerse en las fortificaciones de la plaza. Además, se le encargaba de las obras del desagüe en la laguna de México.
En 1707 realizaba un mapa del terreno “por donde ha de pasar el canal propuesto para conducir el agua desde el río de Jamapa hasta esta ciudad de la Nueva Veracruz”. De allí, pasaba a Acapulco, para ponerlo en estado de defensa, en previsión de un ataque de una flota inglesa situada en las costas del Sur. A pesar de que la noticia resultó falsa, Bouchard permaneció en Acapulco.
En 1710 se fugaba en la fragata francesa La Gloriosa. Era el único ingeniero que existía en la Nueva España encargado de cuidar de las fortificaciones y desagüe de la laguna de México.
En 1736 aparecía nuevamente en Nueva España, por lo que debió de ser perdonado por su deserción, ya que volvía a intervenir en el desagüe de México capital, reconociendo la ciudad en primer lugar, pues temían nuevas inundaciones, siguiendo al frente de los trabajos hasta 1741 para ir a continuación a ocuparse de la casa de los Virreyes en Huehuetoca.
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Juan Carrillo de Albornoz y Galbeño