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José Ibáñez Marín

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Biografía

Ibáñez Marín, José. Enguera (Valencia), 8.III.1862 – Melilla, 23.VII.1909. Coronel de Infantería, historiador y tratadista militar.

Hijo de Jaime Ibáñez González, y de Ana Marín García. A los dieciocho años ingresó en la Academia de Infantería, siendo promovido a alférez el 10 de julio de 1883. Su primer destino fue el Regimiento de Infantería Tetuán n.º 47, de guarnición en Valencia, y al año siguiente solicitó ampliar estudios en la Academia General Militar, recién instalada en el Alcázar de Toledo, a fin de acceder al Cuerpo de Ingenieros.

No alcanzado su objetivo, pidió traslado al Regimiento de Infantería Baleares n.º 42, acuartelado en Madrid, ciudad donde desarrollaría la mayor parte de su carrera militar. Ascendido a teniente en 1887, pasó al Regimiento de Infantería Wad Ras n.º 55, y un año después al batallón de Cazadores Puerto Rico n.º 19. Estando en aquel destino y recién cumplidos los veintiséis años, el Centro del Ejército y de la Armada le acogió en su afamado salón de conferencias para disertar sobre la historia de Gibraltar, primer atisbo de su prometedora trayectoria intelectual.

Adscrito poco después a la Sección de Escribientes y Ordenanzas del Ministerio de la Guerra, su antiguo profesor, el teniente coronel Mariano Gallardo Montero, solicitó su concurso para poner en marcha una publicación quincenal, titulada Revista Técnica de Infantería y Caballería, cuyo primer número salió a la venta el 1 de enero de 1890. Convertida en tribuna habitual donde publicar su abundante producción literaria, tuvo muy pronto que gestionarla durante la enfermedad de Gallardo, y de dirigirla cuando éste falleció en enero de 1892, unos meses antes de que contrajera matrimonio con una de sus hijas, Carmen Gallardo Martín-Gamero. La Revista mejoró bajo su dirección y sus páginas acogieron firmas ilustres, como la de Castelar, que publicó varios artículos en 1893, y la de Cánovas, que lo hizo en 1894.

La dirección de la Revista, tarea que no abandonó hasta su muerte, no pareció estorbar su dedicación profesional e intelectual. Como militar, trabajó desde 1890 hasta 1893 en la redacción del abortado proyecto de ley de reclutamiento, base y antecedente del que, patrocinado por Canalejas, abolió las injusticias del servicio militar en 1911. Su producción literaria mereció la atención del público y le valió condecoraciones y recompensas, antes de que el Ministerio de la Guerra le comisionara para visitar durante tres meses, desde el 10 de noviembre de 1892 hasta el 28 de febrero de 1893, diversos países europeos al objeto de redactar una memoria sobre su organización militar.

La primera insurrección de las cabilas rifeñas le llevó a Melilla, de noviembre de 1893 a enero de 1894, y la de José Martí a Cuba, en diciembre de 1895. Nada más llegar a La Habana, ascendió a capitán y fue destinado a una de las columnas que guarnecían la trocha de Júcaro a Morón, especie de enorme cortafuegos abierto en el centro de la isla, al objeto de aislar la insurrección en la parte oriental. Las partidas de Máximo Gómez y Antonio Maceo traspasaron la inoperante barrera y llevaron la guerra a las inmediaciones de La Habana, lo que provocó el traslado del capitán Ibáñez al batallón expedicionario Zamora n.º 8, que iba tras el llamado Ejército de Liberación, manteniendo numerosos encuentros con los insurrectos durante el primer semestre de 1896.

Mitigada la alarmante situación con la llegada de Weyler, pasó un par de meses escoltando convoyes en el departamento oriental, en la zona de Manzanillo, antes de ser trasladado en agosto al otro extremo de la isla, donde contribuyó a batir a la partida de Antonio Maceo, recluido en Pinar del Río tras la construcción de la trocha de Mariel. Por estas acciones fue recompensado con el ascenso a comandante, con una Cruz de María Cristina y con dos Cruces Rojas pensionadas del Mérito Militar.

A continuación, agregado primero al batallón de Cazadores Mérida n.º 13 y después como ayudante de campo del general Enrique Segura Campoy, comandante militar de Cienfuegos, se unió a la columna mandada por el general Weyler, con la que participó en la serie de acciones que lograron pacificar las zonas oeste y central de la isla, hasta alcanzar la trocha de Morón en mayo de 1897, momento en que se suspendieron las operaciones ante la inminente llegada de la estación de lluvias.

Condecorado con otra Cruz de María Cristina y dos Rojas pensionadas del Mérito Militar por estos combates, su estado de salud forzó su traslado a La Habana en el mes de noviembre y su baja en el Ejército de Cuba en enero de 1898. A su llegada a Madrid fue destinado a la Zona de Reclutamiento n.º 57, y el 6 de abril, cuando la inevitable ruptura de hostilidades con Estados Unidos aconsejó reforzar la guarnición de Canarias, a la Brigada Expedicionaria de Infantería de Las Palmas de Gran Canaria, donde permaneció hasta su disolución y reembarque en el mes de agosto.

Las secuelas del desastre le obligaron a permanecer cerca de dos años en situación de excedencia, a mitad de sueldo, lo que activó su producción literaria, esta vez por imperativo económico. En abril de 1900 encontró de nuevo acomodo en la Sección de Escribientes y Ordenanzas del Ministerio de la Guerra, en la que desempeñó el cargo de mayor hasta junio de 1902 y que mandó interinamente los cuatro años siguientes. Simultáneamente, durante los cursos académicos 1903-1904 y 1904-1905, Segismundo Moret, director de la Escuela de Estudios Superiores, le encomendó la dirección de la cátedra de Ciencia Militar, en pie de igualdad con los titulares de las otras cuatro que patrocinaba el Ateneo de Madrid: Ciencias Exactas (José Echegaray Eizaguirre), Filológicas (Julio Cejador Frauca), Históricas (Adolfo Bonilla San Martín, Benito Pérez Galdós, Eugenio Silvela Corral y Francisco Silvela de la Vielleuze), y Morales y Políticas (Manuel Antón Ferrándiz, Pedro Dorado Montero y Antonio Flores de Lemus).

En 1907, con ocasión de la publicación de la que ha sido considerada su obra maestra, el análisis de la campaña napoleónica de 1806, la Real Academia de la Historia reconoció públicamente su meritoria contribución con un discurso pronunciado por el académico Julián Suárez Inclán, intervención que actuó como detonante para que el Ministerio de la Guerra le concediera la Cruz Blanca del Mérito Militar y para que el ministro, Fernando Primo de Rivera, le destinase a sus inmediatas órdenes como ayudante de campo, y el Ministerio de Instrucción Pública y Bellas Artes le nombrara vocal de la Junta Central de Primera Enseñanza.

En marzo de 1908 su ascenso a teniente coronel, al filo de cumplir cuarenta y seis años, le brindó el mando del batallón de Cazadores Figueras n.º 6, encuadrado en la Brigada Mixta de Cazadores de Madrid, al frente del cual encontraría la muerte al pie del Gurugú, al caer la tarde del 23 de julio de 1909, sólo diez horas después de desembarcar en Melilla, en el combate “más crítico de toda la campaña” rifeña, en opinión de Víctor Ruiz Albéniz.

Su cadáver, recuperado al amanecer del día siguiente por el capitán ayudante de su batallón, recibió sepultura en el cementerio melillense. Una semana más tarde fue ascendido a coronel a título póstumo; en agosto, su viuda solicitó la apertura de juicio contradictorio para la concesión de la Cruz laureada de San Fernando, dictaminado negativamente por el Consejo Supremo de Guerra y Marina, y en octubre, la Real Academia de la Historia le recordó y homenajeó “como si fuera uno de los suyos”. Sin embargo, su obra cayó pronto en el olvido, e incluso la Revista Técnica de Infantería y Caballería dejó de publicarse en 1916, tras un postrer intento de revitalización a cargo del capitán Julio Mangada Rosenhorn.

 

Obras de ~: La plaza de Gibraltar. Conferencia dada en el Centro del Ejército y la Armada el 18 de Febrero de 1888, Madrid, Imprenta de Infantería de Marina, 1888; con P. Antonio Berenguer, Ruiz Mendoza, Héroe de la Independencia nacional, Madrid, Imprenta y Litografía de Julián Palacios, 1891; Rusia militar y la guerra europea, Madrid, Imprenta y Litografía de Julián Palacios, 1891; El Emperador Guillermo II. Conferencia pronunciada el 15 de Mayo de 1893, Madrid, Tipografía de la Biblioteca Económica de Ciencias Militares, 1893; La Fuerza de un Imperio, Madrid, Tipografía de la Biblioteca Económica de Ciencias Militares, 1893; La Russie militaire et la guerre européenne, Paris, Henri Jouve, 1893; Recuerdos de Toledo, Madrid, Imprenta y Litografía de Julián Palacios, 1893; Héroes de la Manigua: Esponda, Madrid, Imprenta de la Revista Técnica de Infantería y Caballería, 1895; El Teniente General D. Federico Esponda y Morell, Madrid, Est. Tipográfico de El Correo Militar, 1895; Héroes de la Manigua: Sanz Pastor, Santocildes. El Batallón de San Quintín, Madrid, Est. Tipográfico de El Correo Militar, 1895; Capitulación de Santiago de Cuba. Escrito leído ante el Consejo Supremo de Guerra y Marina en defensa del Comandante Militar que fue de El Cristo, D. Clemente Calvo Peiró, y algunos apéndices y notas, Madrid, Est. Tipográfico El Trabajo, 1899; La educación militar, Madrid, Imprenta de Felipe Marqués, 1899; con F. Barado Font, Cartilla militar y patriótica (Educación nacional de la juventud), Madrid, Est. Tipográfico El Trabajo, 1900; Estudios militares y políticos, Madrid, Est. Tipográfico El Trabajo, 1900; Violación supuesta. Defensa de un Capitán acusado de tal delito, leída ante el Consejo de Guerra de Oficiales Generales, Madrid, Est. Tipográfico El Trabajo, 1900; Columna volante: primera ración de artículos, Madrid, Est. Tipográfico El Trabajo, 1902; La guerra en el África del Sur. Segunda parte, Barcelona, Salvat e Hijo, 1902; Lusitania y su primer Coronel, Marqués de la Mina, Madrid, Est. Tipográfico El Trabajo, 1902; “Prólogo”, en L. Rodríguez García, Pedagogía militar, Vitoria, Imprenta de los Hijos de Pujol, 1902; El peligro marítimo en España. Discurso pronunciado en el Centro del Ejército y la Armada en la noche del 23 de Octubre de 1903, Madrid, Est. Tipográfico El Trabajo, 1903; con L. Angulo Escobar, Los cadetes, Madrid, Est. Tipográfico El Trabajo, 1903; Lusitania (Resumen de su historia), Madrid, Est. Tipográfico El Trabajo, 1903; La unidad de doctrina en el Ejército. Conferencia dada en el Centro del Ejército y de la Armada, el 25 de Octubre de 1904, Madrid, Imprenta de R. Velasco, 1904; Don Quijote y las Armas, Madrid, Est. Tipográfico El Trabajo, 1905; “Prólogo”, en A. García Pérez, Glorias de María Inmaculada en los hechos de armas más salientes del Ejército español, Madrid, Imprenta de Eduardo Arias, 1905; et al., Homenaje al General D. José Gómez de Arteche, Madrid, Est. Tipográfico El Trabajo, 1906; La guerra moderna. Campaña de Prusia en 1806 (Iena-Lübeck), Madrid, Est. Tipográfico El Trabajo, 1906; con J. Urbina Ceballos y M. Benlliure, El General Martínez Campos y su Monumento, Madrid, Est. Tipográfico El Trabajo, 1906; Vida militar. Consejos a los reclutas, Madrid, Est. Tipográfico El Trabajo, 1907; Bibliografía de la Guerra de la Independencia, Madrid, Imprenta de la Revista Técnica de Infantería y Caballería, 1908; “Epílogo”, en Alfonso XIII , López Domínguez y F. Primo de Rivera, Los Sitios de Zaragoza: a los héroes de la Independencia: Homenaje de los Generales franceses y españoles, Madrid, Imprenta de Bernardo Rodríguez, 1908; Educadores de nuestro Ejército, Madrid, Imprenta de Bernardo Rodríguez, 1909; El Mariscal Soult en Portugal (Campaña de 1809), Madrid, Imprenta de la Revista Técnica de Infantería y Caballería, 1909; Columna volante, Madrid, Tip.ª El Trabajo, 1911; Educadores de nuestro ejército, Madrid, Imp. de la Revista Técnica de Infantería y Caballería, 1911.

 

Bibl.: J. Suárez Inclán, “Campaña de Prusia en 1806, por el Sr. Ibáñez Martín”, en Boletín de la Real Academia de la Historia (BRAH), L (1907), págs. 102-112; E. Gallego Ramos, La campaña del Rif (1909). Orígenes, desarrollo y consecuencias, Madrid, Imprenta de A. Marzo, 1909; J. Pérez de Guzmán y Gallo, Informe a la Real Academia de la Historia sobre la vida y las obras del Teniente Coronel del Batallón de Cazadores de Figueras núm. 6, D. José Ibáñez Marín, muerto gloriosamente en los Barrancos del Gurugú, en África, el 23 de Julio de 1909, Madrid, Est. Tipográfico Fortanet, 1909; “El Coronel Don José Ibáñez Marín, como historiador militar”, en BRAH, LV (1909), págs. 407-426; El Capitán X [seud. de G. León Lores], Verdades amargas. La campaña de 1909 en el Rif (Relato y juicios de un testigo), Madrid, Imprenta Artística Española, 1910; F. de Urquijo, La campaña del Rif en 1909. Juicio de un testigo, Madrid, Pueyo, 1910; V. Weyler, Mi mando en Cuba (10 Febrero 1896 a 31 Octubre 1897). Historia militar y política de la última guerra separatista durante dicho mando, Madrid, Imprenta de Felipe González Rojas, 1910, 5 vols.; Dr. Ruiz Albéniz, El Riff (Estudio de un español en el norte africano), Madrid, Imprenta de Juan Fueyo, 1912; Servicio Histórico Militar, Historia de las Campañas de Marruecos, vol. II, Madrid, Servicio Histórico Militar, 1951; F. Puell de la Villa, Historia del Ejército en España, Madrid, Alianza, 2000; R. Muñoz Bolaños, “La campaña de 1909”, en J. L. de Mesa Gutiérrez, Las Campañas de Marruecos (1909-1927), Madrid, Almena, 2001, págs. 8-84; P. González-Pola de la Granja, La configuración de la mentalidad militar contemporánea. Del sexenio revolucionario a la semana trágica. 1868-1909, Madrid, Ministerio de Defensa, 2003; F. Puell de la Villa, Historia del Ejército en España, 2.ª ed., Madrid, Alianza, 2005.

 

Fernando Puell de la Villa