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Pedro Esteban Dávila y Enríquez

Biografía

Dávila y Enríquez, Pedro Esteban. Marqués de Las Navas (III). Toledo, 1560 – Madrid, 1623. Aristócrata, cortesano y militar.

El III marqués de Las Navas y V conde del Risco, Pedro Esteban Dávila y Enríquez, nació en la ciudad imperial de Toledo coincidiendo con la asistencia de su linaje en la entrada de la reina Isabel de Valois en 1560. Hijo primogénito de Pedro Dávila y Córdoba y Jerónima Enríquez de Guzmán, de la casa de Alba de Liste, heredó el marquesado de Las Navas y demás títulos y preeminencias de la casa de Villafranca y Las Navas, así como dos encomiendas de la Orden de Alcántara, tras la muerte en Roma de su padre cuando éste se encontraba como embajador extraordinario de Felipe II ante la Santa Sede, en 1574.

La juventud y los excesos del joven marqués quedaron reflejados en la novela picaresca Relaciones de la vida del escudero Marcos de Obregón, de Vicente Espinel, y en la comedia grande El Marqués de Las Navas, de Lope de Vega, secretario y confidente de Pedro Esteban Dávila y Enríquez hasta 1587-1588, donde se resaltan hechos violentos relacionados con el aristócrata, encarcelado a la sazón en Madrid por orden real, a través de lances amorosos, duelos nocturnos e incluso apariciones fantasmagóricas. Asimismo, antes de desposarse con Juana Manrique, hija de los condes de Osorno, en 1588, ya había tenido un hijo ilegítimo de una dama de servicio de su madre, la marquesa viuda, al que reconoció poco después con el nombre de Pedro Esteban Dávila y Milán.

Tras obtener de nuevo el favor real, Dávila y Enríquez participó en la aprobación del Servicio de Millones en Ávila, consiguiendo el voto favorable del resto de regidores opuestos a ello. Asimismo, durante las Alteraciones de Ávila, de 1591, permaneció fiel a Felipe II, lo cual redundó en un posterior encumbramiento cortesano y político hacia finales del siglo XVI, cuando consiguió aumentar su mayorazgo con nuevas adquisiciones territoriales en la villa de Pelayos y el lugar de Navalperal de Pinares, y accedió además a cargos de responsabilidad cortesana. En 1596 comandó en Flandes un contingente abulense, destinado a asediar la ciudad de Calais y a secundar otras actividades bélicas bajo mando del archiduque Alberto de Austria.

Una vez fallecido Felipe II, asistió el III marqués de Las Navas como alférez mayor y perpetuo de Ávila a las honras abulenses del Rey Prudente y al reconocimiento concejil de Felipe III. En 1599 participó como menino en las bodas reales entre Felipe III y Margarita de Austria, además de obtener, bajo patrocinio de Lerma el oficio de mayordomo de la reina Margarita y posteriormente el de Felipe III, así como otras mercedes para su hijo primogénito, el conde del Risco, Antonio Dávila y Manrique; para su hermano, Enrique Dávila y Guzmán, I marqués de Povar, y también para su hijo ilegítimo, el maestre de campo Pedro Esteban Dávila y Milán.

En 1602, el III marqués de Las Navas accedía a la recién creada Junta de Hacienda, dirigida por Lerma y compuesta por notables cortesanos afines a su “partido”, caso del conde de Miranda, Pedro Franqueza, o el inquisidor general. Con ello queda patente la adscripción política de Pedro Esteban Dávila, mayordomo real, al duque de Lerma, con quien tenía una fluida relación amistosa ya desde 1594, año en el que coincidieron ambos en la traslación del cuerpo de san Segundo en Ávila. No era el único aristócrata abulense favorable a Lerma, pues el maestro de cámara, Francisco Guillamas Velázquez, originario de Ávila y con intereses económicos la provincia, o el corregidor Luis Pacheco de Espinosa, parecen haberse sumado a los nobles favorables al valido en la Corte; el único caso discordante de esta situación de clientelismo fue el de Gómez Dávila, II marqués de Velada, antiguo ayo de Felipe III y enemigo acérrimo del favorito real.

Sin embargo, los gastos de las fiestas cortesanas, los postreros conflictos surgidos entre Lerma y los marqueses de Las Navas, Mirabel y Povar, y numerosos pleitos y endeudamientos del titular del mayorazgo, mermaron la hacienda del marquesado de Las Navas y la influencia de Dávila y Enríquez en la Corte a fines de la década de 1610. Solamente con el advenimiento de Felipe IV recuperó el apoyo real y consiguió el reconocimiento de la mayordomía del Rey Planeta “hasta su muerte, que suçedió el año de 1623”.

Pedro Esteban Dávila y Enríquez consolidó la tradición familiar de mecenazgo de las artes y las letras o la protección a la Iglesia, iniciada en época de su abuelo, Pedro Dávila y Zúñiga. En este sentido, favoreció a escritores y estudiosos bajo su protección, caso del citado Félix Lope de Vega y Carpio (el cual dedicó al marqués como un verdadero homenaje, su comedia homónima de 1624), del padre Minz (traductor del Libro del Toisón en 1606) y del soldado Diego Duque de Estrada (en su Desengañado por sí mismo, de 1607- 1619, dedicado al III marqués de Las Navas). asimismo patrocinó obras pías en sus estados: creó una colegiata en Las Navas del Marqués y, tras la clausura de ésta, dotó de amplios privilegios a la Orden de predicadores de santo Domingo.

 

Fuentes y bibl.: Archivo Histórico Nacional, Secc. Nobleza, Parcent, caja 123, doc. 30; Real Academia de la Historia, ms. 11/8544.

A. de Cianca, Historia de la vida, invención, milagros y traslación de San Segundo, primero obispo de Ávila, Madrid, 1595 (ed. de J. Arribas, Ávila, Institución Gran Duque de Alba y Caja de Ahorros de Ávila, 1993); L. Ariz, Historia de las grandezas de la Ciudad de Auila, Alcalá de Henares, por Luys Martínez Grande, 1607; V. Espinel, Relaciones de la vida del escudero Marcos de Obregón, Barcelona, por Gerónimo Margarit, 1618; F. Lope de Vega y Carpio, El Marqués de Las Navas, Madrid, 1624 (ed. de J. F. Montesinos, Madrid, Centro de Estudios Históricos, 1925); F. Pérez Mínguez, Entre Pinares, Madrid, Editorial Voluntad, 1920; F. Pérez Mínguez, Un castillo y varios castellanos, Madrid, Editorial Voluntad, 1927; F. Pérez Mínguez, “El castillo de los Marqueses de Las Navas”, en Boletín de la Real Academia de la Historia, 97 (1930), págs. 745-816; M. Ulloa, La Hacienda Real de Castilla en el reinado de Felipe II, Madrid, Fundación Universitaria Española, 1986; S. de Tapia Sánchez, La comunidad morisca de Ávila, Ávila, Institución Gran Duque de Alba y Diputación Provincial de Ávila, 1991; L. Cabrera de Córdoba, Historia de Felipe II, rey de España, ed. de J. Martínez Millán y C. J. de Carlos Morales, t. III, Salamanca, Junta de Castilla y León, Consejería de Educación y Cultura, 1998; S. Martínez Hernández, Don Gómez Dávila y Toledo, II marqués de Velada, y la Corte en los reinados de Felipe II y Felipe III: Nobleza cortesana y cultura política en la España del Siglo de Oro, Valladolid, Junta de Castilla y León, Consejería de Educación y Cultura, 2004; R. Quirós Rosado, “Aproximación al pensamiento político de la aristocracia urbana en la Castilla filipina: la obra literaria del regidor abulense Luis Pacheco de Espinosa”, en G. del Ser Quijano (coord.), Congreso V Centenario del Nacimiento del III Duque de Alba, Fernando Alvarez de Toledo. Actas: Piedrahíta, El Barco de Ávila y Alba de Tormes (22 a 26 de octubre de 2007), Piedrahíta, Diputación de Ávila, Institución Gran Duque de Alba, Diputación de Salamanca, 2008.

 

Roberto Quirós Rosado

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