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Gabriel Flórez Osorio y Quiñones

Biografía

Flórez Osorio y Quiñones, Gabriel. Vizconde de Quintanilla de Flórez (I). León, ú. t. s. xvi – Madrid, 1651. Noble, regidor y procurador en las Cortes de Castilla, caballero de la Orden de Santiago.

Gabriel Flórez Osorio pertenecía a una de las familias de hidalgos viejos más destacadas de la ciudad de León, a la que se unieron por la vía matrimonial a lo largo del siglo xvi algunos de los apellidos procedentes de la vieja hidalguía y de las ramas segundonas de las principales casas leonesas. Es durante la Reconquista cuando los Tapia, los Flórez y los Guzmán, destacan por sus servicios a los reyes de León y de Castilla, recibiendo, a cambio, vasallos y compensaciones económicas que les permitieron entroncarse durante la Baja Edad Media con los linajes más destacados, como los Osorio y los Quiñones, futuros marqueses de Astorga y condes de Luna respectivamente. Su padre, Juan Flórez Osorio, favorecido por el crecimiento económico del siglo xvi, fundó el mayorazgo de Quintanilla de Flórez y consolidó su posición social mediante servicios y donativos al rey Felipe III.

Pese a la crisis económica de la primera mitad del siglo xvii, esta familia fue una de las beneficiadas por la coyuntura y por la nueva situación política en su carrera, al convertirse en señores de vasallos y alcanzar algún título nobiliario. El matrimonio de Gabriel Flórez con Catalina Osorio de Robles, como heredero del mayorazgo y en un intento de fortalecimiento familiar, posibilitó la unión de diferentes familias, a la vez que consolidaba dicho mayorazgo y su posición económica y social en la ciudad y provincia de León.

De este matrimonio fueron cinco los hijos que llegaron a heredar: Francisco Flórez Osorio, heredero del mayorazgo, Juan Flórez, Diego Flórez, Álvaro Flórez y Josefa Flórez Osorio.

Con estos antecedentes, el futuro y la posición de la familia Flórez Osorio están estrechamente ligados al contexto político y económico de la primera mitad del siglo xvii y a una frenética carrera por conseguir vasallos y un título nobiliario. En plena fase recesiva, tanto las rentas agrarias procedentes de las múltiples posesiones rurales y urbanas, como la disposición de la Corona, especialmente durante el reinado de Felipe IV, a vender y enajenar todo aquello que aportase recursos a la Hacienda, ofrecieron la oportunidad a la familia para cumplir sus objetivos. Una vez que Flórez Osorio se había convertido en señor de diferentes villas y lugares en El Bierzo (Cobrana, Losada, Fresnedo, Sésamo, Fontoria y Primou), la gran oportunidad le llegó durante el reinado de Felipe IV con la compra, en 1645, del señorío de Puente de Órbigo y los respectivos derechos de alcabalas. Esto le abría las puertas a los futuros dominios jurisdiccionales y territoriales de las ricas tierras del Órbigo. Años más tarde, en 1647, la posición social de Gabriel Flórez Osorio se fortalece al comprar la jurisdicción de la importante villa de Santa Marina del Rey, toda vez que el Concejo y vecinos, empobrecidos y ante la calamidad de los tiempos, no pueden hacer frente a los créditos censales que le habían permitido la compra de la jurisdicción a finales del siglo xvi. Previo pago de 5.000 ducados, el nuevo señor adquirió un señorío bajo no pocas limitaciones, ya que el fuero de la villa y la fortaleza del poder concejil le impedían imponer gravamen o tributo alguno, percibir rentas señoriales y sólo podía confirmar los cargos anuales de justicia elegidos y nombrados por el Concejo y vecinos de la villa. Parece claro que la nueva inversión no estaba enfocada tanto a la rentabilidad económica como a la posición social necesaria para adquirir un título nobiliario.

Tanto las capitulaciones de la venta como las posteriores visitas a la villa confirman la personalidad afable, tolerante y escasamente conflictiva del nuevo señor en su relación con los vasallos, en una línea muy diferente a la de sus sucesores en la casa.

En este contexto y a partir de esa estrategia la oportunidad le llega el 14 de diciembre de 1651 cuando Felipe IV, mediante Real Cédula, le otorga el título de vizconde de Quintanilla de Flórez, previo desembolso de una cantidad de dinero en unos momentos críticos para la Hacienda Real. En el testamento redactado en 1651 no sólo incorpora el tan ansiado título al mayorazgo de los Flórez, sino que se mantiene en la aspiración de que el Rey le “haga merced de mudar el título por el de marqués o el de conde de Quintanilla de Flórez [...]”.

 

Fuentes: Archivo Histórico Provincial de León, Protocolos, cajas: 215, 9697, 9701; Archivo de la Real Chancillería de Valladolid, R. Ejecutorias, caja 2918; Archivo Histórico de Protocolos de la Comunidad de Madrid, t. 6567.

 

Laureano Manuel Rubio Pérez

 

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