Vélez de Guevara, Pedro. Toledo, 1529 – Sevilla, 17.I.1591. Humanista y jurista.
Nació en Toledo y era uno de los hijos, pero no el primogénito, del Dr. Hernando de Guevara, y por ende sobrino de fray Antonio O.F.M. No se conocen los detalles de sus primeras etapas formativas, pero es indudable que estudió en
En 1538 ya era clérigo de la diócesis de Burgos, fundado en los beneficios de Santa María de Magazos, Santiago de Cillero, San Julián de Landrove y San Pedro de Vivero, todos en la provincia de Lugo y diócesis de Mondoñedo. En 1546 desempeñaba el oficio de prior o superior de los eremitorios “en el sacro colegio de
Fue investido de una canonjía en la catedral de Sevilla el 8 de junio de 1569, aunque el fallecimiento del doctoral Fernando Vázquez de Menchaca, ocurrido el 12 de agosto de 1569, dio pie para optar a la provisión de la vacante, renunciando a su canonjía. Asumió las tareas de jurista capitular, como “doctoral” del cabildo catedralicio, con anterioridad al 1 de marzo de 1570. En 1572 asistió al concilio provincial celebrado en la capital andaluza, en representación de su corporación. Aunque estuvo ausente de Sevilla durante algún tiempo, la única propuesta de promoción que le llegó del entorno regio, y que está bien contrastada, fue la realizada por el secretario de Felipe II, Mateo Vázquez, al incluirlo en el elenco de personas hábiles para ocupar la sede episcopal mindoniense, en la carta de 20 de diciembre de 1581, dirigida por Vázquez al P. Chaves, donde figura en segundo lugar de posibles candidatos: “don Pedro Vélez de Guevara, prior de Sevilla”.
El canónigo doctoral adquirió en las aulas salmantinas una especial vocación por el humanismo, lo que le facilitó una plena sintonía con el grupo de personas cultas que conciliaron las letras humanas con las divinas, y dieron luz propia al ambiente cultural sevillano en el que se fraguó la biografía del pacense Benito Arias Montano, al que acompañó en 1555, cuando el extremeño mostró a Fray Luis de León un libro “escrito en toscano”, que era “extrañamente curioso… de un italiano habilísimo… que era hombre de grandísima vida”. Asesoró en 1559 al patriarca de Valencia, San Juan de Ribera, sobre el opúsculo intitulado Consideraciones de Juan de Valdés. Mereció unos elogios muy relevantes del biblista extremeño Arias Montano. En sus Rhetoricorum libri recuerda que Vélez acababa de editar el volumen de opúsculos romanistas, impresos en Salamanca el año 1569, de los que realiza una síntesis muy ilustrativa y bastante ajustada a la finalidad del autor: “exposuit nuper sanctissima dicta et vitae praecepta”, aunque el primero de los comentarios tiene por objeto una disertación sobre el primer fragmento del Digesto, el segundo incorpora sus reflexiones acerca del oficio del gobernador y el tercero analiza la definición del dolo malo.
Su ausencia de la ciudad del Guadalquivir fue sentida por el grupo de humanistas que conformaban un relevante círculo cultural de marcado corte humanista y profunda religiosidad intimista, como lo demuestra la dedicatoria de Plantino, quien desde Amberes, recuerda su ausencia en los Salmos del Rey David, a cuyo deseo obedecía esa obra; en una oda que le dedica el escritor extremeño, refiere los títulos académicos que le asistían: “Oda Benedicti Ariae Montani ad Petrum Veleium Guevaram theologum et iurisperitum, hispalensis ecclesiae Priorem et Iurisconsultum canonicum”. El canónigo doctoral hispalense falleció en Sevilla el 17 de enero de 1591 y fue inhumado en la catedral donde se colocó una lápida con inscripción latina, todavía visible en la actualidad.
Obras de ~: La segunda parte del libro llamado Monte Calvario, obra de fray Hernando de Guevara…, Valladolid 1549 (Amberes 1559 y 1571; Alcalá de Henares, 1573; Salamanca, 1582 y Lisboa 1686); In Topica Ciceronis Notae. Sevilla, en la imprenta de Alfonso Escribano 1573; Selectae Sententiae, seu Paradoxa VI, ad Ciceronis imitationem, scilicet: I. Omnis malus exul. II. Optandum est castigari a Deo. III. Labor inter praecipua bona numerandus. IV. Nulla est causa peccandi. V. Soli bono bona senectus. VI. Bonus vir non moritur, sed abit”, Sevilla, 1557; Ad legem primam Digestorum libri VI, Ad titulum de officio praesidis commentarii y De diffinitione doli mali liber singularis, Salmanticae, excudebat Mathias Gastius, 1569; Cardenal Mafeo, Buena Monga, trad. de ~, Sevilla, en la imprenta de Juan de León, 1587.
Bibl.: A. Palau y Dulcet, Manual del Librero Hispano-americano, t. XXVI, Barcelona, Librería Palau, 1975, pág. 83 (2ª ed. corr. y aum.); J. Gil, Arias Montano en su entorno (bienes y herederos), Badajoz, Editora Regional de Extremadura, 1998, pág. 57; B. Pozuelo Calero, “Dos poemas inéditos del canónigo Francisco Pacheco y de Benito Arias Montano en alabanza de
Justo García Sánchez