Gómez de Castro, Álvar. Santa Olalla (Toledo), 6.XII.1515 – Toledo, 16.IX.1580. Helenista, catedrático de las Universidades de Alcalá de Henares y Toledo, historiador y poeta.
De familia judeoconversa, fue hijo posiblemente del médico Diego Gómez y nieto de Álvaro de Castro, médico del primer conde de Orgaz y hermano de Gómez Diego Gómez de Toledo, llamado antes de su conversión Samuel Abolafia. Tuvo tres hermanos: María, Ana y Tomás de Castro. La prematura desaparición de sus padres marcó su infancia y adolescencia, que vivió junto a su abuelo Álvaro en Santa Olalla. Desde los dieciséis años se educó en la Universidad Complutense, donde adquirió su extensa formación humanística y en la que recibió los grados de bachiller y licenciado en Artes el 2 de junio de 1537 y el 3 de septiembre de 1538, respectivamente. Fueron sus profesores, entre otros, Juan Ramírez, catedrático de Retórica, y el futuro gran teólogo en Trento y jesuita Francisco Torres, que le explicó los autores griegos. Simultaneó sus estudios de Teología (1538-1542) en la misma Universidad con el desempeño de la cátedra menor de Griego, puesto cuya provisión interina se registra entre el 31 de enero y el 1 de febrero de 1539 y que alcanzó oficialmente el 12 de marzo de 1542. Entre octubre de ese mismo año y mediados de abril de 1543 abandonó las aulas para entrar al servicio de Francisco de Mendoza y Bobadilla, obispo de Coria. Sin embargo, Gómez no se adaptó a la Corte episcopal y aceptó la invitación de regresar a la Complutense. De nuevo en Alcalá, se le proveyó la cátedra mayor de Griego el 10 de mayo de 1543 y, unos meses más tarde, el 6 de septiembre, se graduaba de maestro en Artes. Contaba entonces veintisiete años y padecía desde hacía tiempo una salud precaria, que nunca mejoró. Entre sus amigos en Alcalá se contaron el rector Luis de la Cadena, los catedráticos de Griego Juan Pérez (Petreyo) y Francisco de Vergara, el poeta Juan Hurtado de Mendoza, el historiador Ambrosio de Morales y los también profesores Alfonso García Matamoros y Melchor Cano. Se desconoce en qué fecha se ordenó sacerdote, pero desde 1547 a fines de julio de 1551 tuvo a su cargo, muy a desgana, un curato (al que iba ocasionalmente) en la humilde aldea soriana de Blacos, próxima a Calatañazor. De 1547 son las primeras cartas que se conservan de Gómez y el humanista soriano Pedro de Rúa. Fue asimismo en 1547, cuando, fallecidos sus mejores amigos complutenses (Juan Pérez, Francisco de Vergara y también su antiguo profesor de Teología Juan de Medina) y muerto en Roma su hermano, el médico Tomás de Castro, Álvar Gómez decidió trasladarse a vivir a Toledo, ciudad a la que había sido llamado por el muy erudito Juan de Vergara (hermano de Francisco) y el maestrescuela de la Universidad toledana, Bernardino de Alcaraz, ambos ilustres personajes en la urbe, canónigos de la Primada y de origen judeoconverso. En Toledo, Gómez desempeñó una cátedra en la Universidad de Santa Catalina, y fue también capellán de esa institución y de la parroquia de San Pedro. Muy posiblemente gracias a su tío materno Luis Gómez, médico del IV duque del Infantado, Álvar Gómez gozó del mecenazgo de Íñigo López de Mendoza y pasó largas temporadas, especialmente en verano, en el palacio ducal de Guadalajara. A lo largo de 1552, se unió a un grupo de intelectuales toledanos dedicados al estudio de Plinio y en ese mismo año se ocupó de la edición en Toledo de los trabajos de su amigo difunto Juan Pérez, obra que tituló In laudem divae Mariae Magdalenae, una cum aliis opusculis in fine adiectis.
De 1553 a 1556, compuso los que habrían de ser sus cuatro grandes poemas: Coralium (El coral) (1553), silva en la que narra la vida de una de las hijas del conde de Mélito, María de Mendoza, el gran amor del poeta; Naiades (Las náyades) (1554), con motivo de la nueva erección de cátedras en la Universidad toledana por parte de Bernardino de Alcaraz; Carmen [...] D. Gaspare Quiroga, [...] ad Sacrum Rotae Tribunal esset designatus (1555), extenso poema dedicado al futuro arzobispo de Toledo por su nombramiento como auditor de la Rota; y Crux (La Cruz) (1556), reflexiones piadosas dedicadas al maestro Alonso Cedillo, hallándose el autor retirado en el palacio de Heras, propiedad del duque del Infantado, junto al pueblecito de Guadalajara de tal nombre. Las inmediatas muertes de Bernardino de Alcaraz (2 de noviembre de 1556) y de Juan de Vergara (20 de febrero de 1557) llevaron a Gómez a publicar sus Edyllia (Lyon, 1558), libro que encabeza el citado poema Crux y dividido en dos partes: una en memoria de Vergara (elegías y epitafios hechos por sus amigos y algunas inscripciones y epigramas del propio humanista difunto); y otra en honor de Alcaraz, con el poema Naiades y varias composiciones dirigidas a él. Fechadas entre 1555 y 1563 se han conservado treinta y tres cartas de Felipe de Guevara y su hijo Diego a Álvar Gómez, la mayor parte de ellas sobre numismática, afición a la que tan dado era Gómez.
El 13 de febrero de 1560 entraron en Toledo el rey Felipe II y su esposa Isabel de Valois, recién casados. El fastuoso recibimiento que les hizo la ciudad lo describió Gómez en un libro que vería la luz en 1561. Cuatro años después, el 18 de noviembre de 1565, llegaron a Toledo las reliquias de san Eugenio traídas desde Francia y este hecho dio lugar a una extensa epístola de Gómez a Su Majestad y a una compilación, también suya, que se editó en Toledo en 1566. Pero su gran obra es la biografía en latín del cardenal Cisneros, De rebus gestis a Francisco Ximenio Cisnerio, que redactó en Alcalá de Henares entre marzo y junio de 1566, por encargo de la propia Universidad Complutense, y que allí se imprimió en 1569. Se trata de la vida más amplia y documentada del prelado y, según Antonio Alvar Ezquerra, “una de las más altas creaciones de nuestra historiografía latina”. Para su redacción consultó, entre otros, con el teólogo Francisco de Vargas Mesía, el doctor Juan Páez de Castro y Francisco de Medina. A finales de 1569, Gómez ya tenía escrito o en fase de composición un cuaderno latino sobre Los arzobispos toledanos que se llamaron Sanchos. Consta que a partir de 1571 y a través de su antiguo discípulo, el secretario regio Antonio Gracián, asesoró a Felipe II en la adquisición de libros para la biblioteca de El Escorial. Fue también en ese año cuando el toledano propuso al Monarca la edición de las obras de san Isidoro, empresa que fue aceptada y para la cual Gómez —además de tomar a su cargo la preparación y corrección de las Etimologías isidorianas— realizó, en el otoño de 1572, un viaje a Jaraicejo (Cáceres), sede temporal del obispo de Plasencia, a fin de revisar los libros antiguos del santo que poseía aquella diócesis. Este viaje resultó de gran interés arqueológico por los lugares que el helenista visitó, entre otros, Talavera la Vieja. En septiembre de 1573, Gómez envió a su antiguo profesor el jesuita Francisco Torres y al que fuera ayudante suyo, Alfonso Castellón, ambos en Roma, unas anotaciones a los libritos de san Ambrosio, De fuga seculi y De bono mortis, comentarios que se han conservado en una de sus versiones originales en la Biblioteca Apostólica Vaticana (ms. Vat. lat. 6309). En los años siguientes, Álvar Gómez continuó ejerciendo como profesor en el toledano colegio de Santa Catalina, donde, en octubre de 1577, ocupaba el puesto de vicerrector.
Muy probablemente hacia el final de su vida y por su amistad con el deán de la catedral primada, Diego de Castilla, y su hijo Luis, Gómez compuso unas inscripciones para la nueva iglesia del monasterio toledano de Santo Domingo el Antiguo, todas ellas referidas a María de Silva, benefactora de aquella comunidad y cuyo albacea fue don Diego. También se debe a Álvar Gómez la inscripción que, por estas fechas, se colocó en la toledana iglesia de Santo Tomé para recordar la vinculación del señor de Orgaz con aquella parroquia y sobre la cual se habría de situar El entierro del conde de Orgaz, de El Greco. El 16 de septiembre de 1580 falleció Álvar Gómez y fue enterrado en la catedral de Toledo a la entrada de la capilla de los Reyes. Poco antes, el 10 de septiembre, había otorgado testamento en la misma ciudad. Varios de sus manuscritos misceláneos originales se encuentran hoy en las Bibliotecas del monasterio de El Escorial y Nacional de España. De estos últimos también hay copias en la misma institución realizadas en el siglo XVIII por Andrés Marcos Burriel (mss. 13007-13009). Otras bibliotecas, como la de la Real Academia de la Historia, la de la Universidad Complutense de Madrid y la de Castilla-La Mancha, conservan manuscritos de este autor.
Obras de ~: Tranlatión de las cartas que Marco Bruto escrivió en griego a algunas ciudades de Asia, 1552 (inéd.) (ms. en la Biblioteca de Castilla-La Mancha, sign. 522); Publica laetitia, qua Dominus. Ioannes Martinus Silicaeus Archiepiscopus Toletanus ab Schola Complutensi susceptus est, Alcalá de Henares, 1546; “In celeberrimi Doctoris Ioannis de Medina praeceptoris sui obitum Elegia y Epitaphium” (poema), en J. de Medina, Codex de Restitutione et contractibus, Alcalá de Henares, 1546, fols. 7v.-8r.; [“soneto castellano en alabanza de Gregorio Hernández de Velasco”], en G. Hernández de Velasco (trad.), Los doze libros de la Eneida de Virgilio, Toledo, 1555, fol. 1v. (atrib.); Epitecto, Enquiridion, trad. de ~, c. 1556 (ms. en la Biblioteca Nacional de España, reprod. y transcr. de M.ª D. Peláez Benítez, con el tít. El “Enquiridión” de Epicteto. La traducción del maestro Álvar Gómez de Castro en el siglo XVI, Madrid, Ediciones Clásicas, 2010); Las fiestas con que la Universidad de Alcalá de Henares alço los pendones por el Rey don Philipe nuestro señor, Alcalá de Henares, 1556 (atrib.); Edyllia aliquot, sive poematia, Lyon, 1558; “Ad illustrissimam D. Mariam Mendociam” (poema), en F. Mena, Comentaria nuper edita, in libros de sanguinis missione, et purgatione Claudii Galeni pergameni, Alcalá de Henares, 1558, fol. 1v.; El recibimiento que la Universidad de Alcalá de Henares hizo a los Reyes nuestros señores, quando vinieron de Guadalajara tres días después de su felicísimo casamiento, Alcalá de Henares, 1560 (atrib.); Recibimiento que la Imperial Ciudad de Toledo hizo a la reina doña Isabel cuando entró en ella a celebrar sus bodas con el señor rey Felipe el Prudente, Toledo, 1561 (est. y ed. de C. Fernández Travieso, con el tít. Recebimiento que la imperial ciudad de Toledo hizo a la magestad de la reina nuestra señora doña Isabel, hija del rey Enrique II de Francia [...], [Toledo, 1561], La Coruña, SIELAE-Sociedad de Cultura Valle Inclán, 2007); Copilación de los despachos tocantes a la translación del bendito cuerpo de sant Eugenio, Toledo, 1566; De rebus gestis a Francisco Ximenio Cisnerio, Archiepiscopo Toletano, libri octo, Alcalá de Henares, 1569 (ed., trad. y notas de J. Oroz Reta, con el tít. De las hazañas de Francisco Jiménez de Cisneros, Madrid, Fundación Universitaria Española, 1984); In libellum B. Ambrosii De fuga seculi annotatiunculae [...] In librum B. Ambrosii De bono mortis. Annotatiunculae, 1573 (inéd.); “In Aeneidem Hispanam Gregorio Fernandi Velasci [...] octastichon” (poema), en G. Hernández de Velasco, La Eneida de Virgilio [...] traducida en octaua rima y verso castellano, Toledo, 1574, fol. 6r.; San Isidoro, Etimologías, ed. de ~, en Obras de San Isidoro, Madrid, 1599; [“un poema elegíaco a Diego de Guevara y otro a Luisa Sigea”], en A. Schott, Hipaniae Bibliotheca [...], 1608, págs. 340 y 342-343; [“dos cartas a Ambrosio de Morales”], en A. de Morales, Opúsculos castellanos, t. III, Madrid, en la oficina de D. Benito Cano, 1793, págs. 273-277; [“cuatro cartas en castellano a Juan Vázquez de Mármol”], en E. de Ochoa (ed.), Epistolario español [...], Madrid, M. Rivadeneyra, 1870 (Biblioteca de Autores Españoles, 62), págs. 30-31; [“carta con su parecer sobre el precio de unos manuscritos griegos”], en Ch. Graux, Essai sur les origines du fonds grec de l’Escurial [...], Paris, F. Vieweg, 1880, págs. 436-438; “Alvari Gometii epistolae XI”, en A. Bonilla y San Martín, “Clarorum Hispaniensium epistolae ineditae”, en Revue Hispanique (Paris), VIII (1901), págs. 199- 214; [“XXXII sonetos castellanos”], en M. Serrano y Sanz, “Poesías de Álvar Gómez de Castro”, en Revista de Archivos, Bibliotecas y Museos (Madrid), tercera época, año VIII, t. XI (julio-diciembre de 1904), págs. 199-201 y 453-457; [“una carta a Felipe II y otra a Antonio Gracián”], en F. J. Sánchez Cantón, “Viaje de un humanista español a las ruinas de Talavera la Vieja”, en Archivo Español de Arte y Arqueología (Madrid), n.º 7 (1927), págs. 221-227; [“una carta latina a Gregorio Hernández de Velasco”], en J. López de Toro, “Gregorio Hernández de Velasco, traductor de Tansillo”, en Estudios dedicados a Menéndez Pidal, t. VII, Madrid, Patronato Marcelino Menéndez Pelayo, 1957, págs. 340-341; [“nueve poemas a la muerte de Ignacio de Loyola”], en F. Rubio, “Epitafios en honor de San Ignacio de Loyola, de Álvaro Gómez de Castro”, en Razón y Fe (Madrid), t. 157 (1958), págs. 195-198; [“tres poemas latinos (uno a Miguel de Silva y dos al Dr. Pedro Vázquez), un soneto al mismo doctor y un epitafio castellano a Diego López de Ayala”], en J. Weiner, “Sebastián de Horozco y sus contertulios”, en Boletín de la Real Academia Española, t. LVI, cuad. CCIX (septiembre-diciembre de 1976); [“sonetos castellanos”], en I. Pepe Sarno (ed.), Sonetti, Roma, Bulzoni, 1979; [“Coralium y otros poemas”], en A. Alvar Ezquerra, Acercamiento a la poesía de Álvar Gómez de Castro, Madrid, Universidad Complutense, 1980; [“XXX epístolas y Origen y orden de las vírgenes vestales”], en M.ª C. Vaquero Serrano, El maestro Álvar Gómez, Biografía y prosa inédita, Toledo, Caja de Ahorro, 1993, págs. 225-432; inscripción latina en la capilla dotada por los duques del Infantado en la parroquia de Santiago de Guadalajara; misceláneas manuscritas de la Biblioteca Nacional de España (signs. 7896-7 y 8624-5) y del monasterio de San Lorenzo de El Escorial (signs. K.III.26, 28-31) (inéd.); una carta en castellano a Felipe II con la descripción de Malta y otra a la duquesa del Infantado, Luisa Enríquez (ms. en Biblioteca Nacional de España, sign. 1104) (inéd.); inscripción latina para el enterramiento del señor de Orgaz en la parroquia de Santo Tomé de Toledo; dos inscripciones latinas en la iglesia del monasterio de Santo Domingo el Antiguo de Toledo.
Bibl.: F. J. S ánchez Cantón, “Viaje de un humanista español a las ruinas de Talavera la Vieja”, en Archivo Español de Arte y Arqueología (Madrid), n.º 7 (1927), págs. 221-227; F. de B. San Román, “El testamento del humanista Álvar Gómez de Castro”, en Boletín de la Real Academia Española (Madrid), t. XV (1928), págs. 543-566; J. C. Gómez-Menor Fuentes, “Un judeoconverso de 1492. Diego Gómez de Toledo (Samuel Abolafia) y su proceso inquisitorial”, en VV. AA., Simposio “Toledo judaico” (Toledo, 20-22 de abril de 1972), t. II, Toledo, Centro Universitario Universidad Complutense, 1973, págs. 93-106; J. López Rueda, Helenistas españoles del siglo XVI, Madrid, Consejo Superior de Investigaciones Científicas- Instituto Antonio de Nebrija, 1973; I. Pepe Sarno, [“Introducción”], en Á. Gómez de Castro, Sonetti, op. cit.; G. de Andrés, Viaje del humanista Álvar Gómez de Castro a Plasencia en busca de códices de obras de S. Isidoro para Felipe II (1572), Gran Canaria, Caja Insular de Ahorros, 1975; A. Alvar Ezquerra, Acercamiento a la poesía de Álvar Gómez de Castro: (ensayo de una biografía y edición de su poesía latina), Madrid, Universidad Complutense, 1980 (2.ª ed.); A. Alvar Ezquerra, “Alvar Gómez de Castro y la historiografía latina del s. XVI: la vida de Cisneros”, en M. Revuelta Sañudo y C. Morón Arroyo (eds.), El erasmismo en España (ponencias del coloquio celebrado en la Biblioteca Menendez Pelayo del 10 al 14 de junio de 1985), Santander, Sociedad Menéndez Pelayo, 1986; M.ª C. Vaquero Serrano, El maestro Álvar Gómez, Biografía y prosa inédita, Toledo, Caja de Ahorro, 1993; M.ª C. Vaquero Serrano, En el entorno del maestro Álvar Gómez. Pedro del Campo, María de Mendoza y los Guevara, Ciudad Real, Oretania, 1996; C. Fernández Travieso, [“Estudio”], en A. Gómez de Castro, Recebimiento que la imperial ciudad de Toledo hizo a la magestad, op. cit.; M.ª D. Peláez Benítez, [“Estudio”], en El “Enquiridión” de Epicteto. La traducción del maestro Álvar Gómez de Castro, op. cit.
María del Carmen Vaquero Serrano