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Vicente Valero de Bernabé y Casañez

Biografía

Valero de Bernabé y Casañez, Vicente. Lérida, 22.XII.1886 – Madrid, 12.XI.1962. Militar, periodista e inventor.

Fueron sus padres Policarpo Valero de Bernabé y Castaños, magistrado y conde pontificio de San Pedro de Arbués, y Eugenia Casañez Sales. Debido a los destinos de su padre residió en Almería, Cuevas de Almudén (Teruel) y Épila (Zaragoza), trasladándose a Madrid en 1904, año en que ingresó en la Academia de Infantería de Toledo, con uno de los primeros puestos de su promoción. En 1907 finalizó sus estudios con el número tres de su promoción y fue ascendido a segundo teniente y destinado al Batallón de Cazadores de Madrid, con el que el 23 de julio de 1909 llegó a Melilla, que se encontraba en estado de guerra. Combatió los meses siguientes en el Gurugú, Sidi Musa y Zoco el Jemis de Beni bu Ifrur, participó en la retirada del cadáver del teniente coronel Ibáñez Marín, caído en el Barranco del Lobo, intervino en la toma de Zeluán y en otros hechos de guerra, siendo recompensado por su valor con dos Cruces al Mérito Militar con distintivo rojo y con la Cruz de María Cristina.

En enero de 1910 regresó a la Península, ya con el empleo de primer teniente, conseguido el mes anterior. Al año siguiente fue recompensado con una Cruz blanca al Mérito Militar por su comportamiento en las Escuelas Prácticas realizadas en 1910, y en 1912 fue agregado a la Escuela Central de Tiro, en la que comenzaría a formarse como experto en armamento. En 1913 fue ascendido a capitán y trasladado al Batallón de Reserva de Zamora, pero continuando en comisión en la Escuela de Tiro, a la que sería destinado en 1914. A finales de dicho año fue enviado a Marruecos para hacer un estudio sobre las ametralladoras del Ejército. Agregado al Batallón de Cazadores de Madrid, participó en 1915 en operaciones de combate y al poco de su llegada fue trasladado al Cuadro para eventualidades del servicio de Ceuta.

En ese mismo año fue premiado con una segunda Cruz blanca al Mérito Militar por su obra El infante y el terreno. Seguidamente se desplazó a Melilla para realizar el mismo citado estudio, a cuyo término, se encargó del Gabinete de Balística de la Escuela de Tiro. Por su obra Maravillas y revelaciones de la Gran Guerra fue recompensado con la Cruz blanca al Mérito Naval. En 1916 recibió dos nuevas Cruces blancas al Mérito Militar, en premio a sus destacados estudios en la Escuela sobre un útil de mango corto y sobre un modelo de gemelos de campaña, y al año siguiente fue felicitado por sus trabajos en la redacción de diversos reglamentos, manuales e instrucciones; en 1921 le sería concedida una quinta Cruz blanca, como premio al desempeño del profesorado en la Escuela.

Fue un personaje polifacético, que no solo se dedicó a la investigación sobre armamento. Su prolongada estancia en Marruecos haría de él un africanista y le llevaría a escribir la novela En la ciudad de las mezquitas. Crónica de una estancia en Tetuán (1916). Fue redactor jefe de El Mundo Militar, fundada y dirigida por el también militar y periodista Miguel Gistau; en 1920 fundó la revista mensual Armas y letras, de la que sería director-gerente, y en 1922 comenzó a publicar un Diccionario militar. También se dedicó al periodismo, siendo considerado un “escritor brillante y cronista ameno”, con numerosos artículos aparecidos en la prensa y en revistas, y fue, así mismo, un reputado conferenciante.

Adquirida la primera Unidad de carros de combate, se organizó en la Escuela de Tiro la 1ª Compañía de Carros Ligeros del Ejército, bajo el mando del capitán Valero de Bernabé, quien fue encargado de llevarlos a Melilla, enseñar su manejo y probarlos en combate. Durante los años de estancia en la Escuela de Tiro iría desarrollando los estudios sobre un mortero, arma que consideraba muy adecuada para batir el irregular terreno marroquí. La necesidad de disponer de tiempo para dedicarlo a sus investigaciones sobre material de guerra le obligó a pasar a la Escala de Reserva en el mes de diciembre de 1924, con destino en el Regimiento de Reserva de Madrid. Al año siguiente fundó en Guernica, junto a Juan Esperanza Salvador, la empresa Esperanza y Cía. (ECIA), en la que el primero era el socio industrial y el segundo aportaba sus invenciones, que fueron muchas. Pocos meses después, en febrero del año siguiente, realizó una prueba de su “mortero lanzabombas” ante Alfonso XIII, con gran éxito, debido a la sencillez del arma y a su seguridad. Entre sus diseños más conocidos se encuentran los morteros de 50, 60 y 81 mm, incluidas las granadas, que llevan el nombre de Valero y que fueron, y son, reglamentarios en el Ejército español. Entre los muchos inventos que patentó se encuentran una granada para lanzamiento desde aeroplano, una cola estabilizadora para granada y un seguro automático para granadas. En 1931 sufrió un accidente durante un ejercicio de tiro, siéndole amputado un dedo de la mano derecha. En 1946 se le concedió el ingreso honorífico en el Cuerpo de Ingenieros de Armamento y Construcción con el empleo de comandante. Fue gerente de la Compañía General de Artes Gráficas y consejero del Banco Rural y Mediterráneo.

Estuvo casado con Carmen Monet Taboada, bisnieta del general Juan Antonio Monet, conde de Monet y ministro de la Guerra (1832).

 

Fuentes y bibl.: Archivo General Militar de Segovia (AGMS), sección 1ª, legajo B-291; Hemeroteca Municipal de Madrid.

Armas y Letras: revista mensual ilustrada (1920-1927); “El sistema ‘Valero’ para granadas de mortero”, en Amonio [en línea], disponible en https://www.amonio.es/sistema_valero.htm.

 

José Luis Isabel Sánchez

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