Castañón y Cruzada, Luis. Madrid, 19.VI.1867 – 6.XI.1928. Coronel de Ingenieros.
Ingresó en la Academia de Ingenieros del Ejército en Guadalajara el 1 de septiembre de 1884, ascendiendo a alférez en julio de 1889 y a teniente del Cuerpo el 23 de marzo de 1891. Destinado al l.er. Regimiento de Zapadores Minadores, tomó parte en varias maniobras prácticas y en la represión de la alteración de orden público de Calahorra, además del servicio de guarnición en Logroño en ese mismo año de 1891.
En julio de 1892 fue destinado al Batallón de Telégrafos, donde prestó servicio hasta abril de 1895, por pase al Ejército de Filipinas en el marco de la última guerra de independencia. Embarcó para su nuevo destino, como capitán en Ultramar el 26 de abril de 1896 (al ser destinados a Ultramar, recibían el grado inmediato superior que perdían al volver a la Metrópoli). Integrado en el Batallón de Ingenieros al desembarcar, era dado de alta el 1 de septiembre, incorporándose de inmediato a la zona de operaciones de Lanao (Mindanao), en la cual realizó el enlace óptico entre los fuertes Briones y Victoria; reparó el fuerte Simibayenequi, construyó la torre heliográfica en Moringan, el fuerte de enlace Princesa de Asturias, tomó parte en varias acciones entre los fuertes Briones y Las Piedras, realizó reparaciones en fuerte Sangat y puente colgante Alfonso XIII, regresando a Manila en septiembre de 1896.
Realizó en el istmo de Cavite distintos trabajos y tomó parte en varias operaciones de esta zona, siendo gravemente herido el 9 de noviembre de 1896 en el reconocimiento sobre Noveleta. Marchó una vez curado en el mes de febrero con seis meses de licencia por herido a la Península, de la cual regresó en octubre del siguiente año. Por dicha acción se le dio el empleo de capitán de Ejército (los oficiales de los Cuerpos facultativos, Estado Mayor, Ingenieros y Artillería, podían ascender por méritos, hasta en dos escalas distintas, grado en el Ejército y en el de Infantería, y solo por antigüedad en el suyo), que permutó por la cruz de María Cristina. En octubre fue ascendido a capitán de Ingenieros por antigüedad, siendo alta de nuevo en el Batallón de Filipinas.
En esta nueva etapa, realizó numerosos reconocimientos y trabajos, entre ellos el de una trocha de Bay a Montrulupa, la construcción de fuertes en San Fernando de la Pampamga, de líneas telegráficas de Singayen a Dugupan y de Alaminos a San Isidoro de Zambales, de nuevo de construcción de la batería en el malecón Sur, del puente sobre el rio Pasig y atrincheramientos con motivo del bloqueo por la escuadra norteamericana, entrando en la capitulación con los honores de la guerra de 13 de agosto de 1898.
Disuelto el Batallón en enero de 1899, ya en la Península, quedó formando parte de la comisión liquidadora, en cuyo cargo embarcó en abril, pasando en agosto a la correspondiente del Batallón Mixto de Cuba. Afecto al 2.º Regimiento de Zapadores Minadores prestó servicio hasta agosto de 1902, en que era destinado al Batallón de Telégrafos, que fue poco después transformado en Regimiento, encargándose del mando de la 4.ª Compañía y de los trabajos para el estudio de la red óptica de Castilla.
Al disolverse en noviembre de 1904 el Regimiento de Telégrafos, pasó al Centro Electrotécnico y de comunicaciones, en el cual desempeñó las clases de telegrafía y radiotelegrafía durante varios cursos, tomando parte en varias comisiones relacionadas con esta última especialidad, entre ellas una en Alemania en 1909. Proyectó y construyó entre 1910 y 1911 el edifico de la Estación Radiotelegráfica de Carabanchel-Madrid.
Promovido a comandante de Ingenieros en febrero de 1912, fue destinado a Tenerife, aunque continuó en comisión en el Centro Electrotécnico, al que fue nuevamente destinado de plantilla en octubre del mismo año y a donde continuó hasta su ascenso a teniente coronel en agosto de 1918. Durante todo este tiempo formó parte como vocal de la Comisión de Táctica.
Después de dos meses como jefe de la Comandancia del Cuerpo de San Sebastián, se le destinaba en noviembre al 2° Regimiento de Ferrocarriles, encargándose del mando del Batallón de Explotación, y luego del de Depósito, de guarnición en Alcalá de Henares. De ahí pasó al mando del Grupo de Radiotelegrafía de Campaña, creado en junio de 1919, que en febrero del año siguiente se convirtió en batallón. En los cinco años que desempeñó este cargo desarrolló una intensa labor, siendo el verdadero organizador y creador de este servicio.
En febrero de 1924 era nombrado secretario general de la Dirección General de Comunicaciones, en cuyo desempeño ascendió a coronel de Ingenieros en junio de 1925, sobreviniéndole la muerte el 6 de noviembre de 1928.
Estaba en posesión de las condecoraciones siguientes: seis cruces rojas de 1.ª clase del Mérito Militar; Cruz de María Cristina; dos cruces de 1.ª clase sencillas y dos pensionadas del Mérito Militar blancas; dos de 2.ª clase del Mérito Militar blancas sencillas y una pensionada; una blanca de 1.ª clase y dos de 2.ª del Mérito Naval; Cruz de la Real Orden de Carlos III; Cruz de 3.ª clase de la Corona de Prusia; Cruz sencilla y placa de San Hermenegildo; dos menciones honoríficas; Medalla de Sufrimientos por la Patria; Medalla de Mindanao y de Luzón; Medalla de Alfonso XIII y Medalla de los Sitios de Zaragoza.
Fuentes y bibl.: Archivo General Militar de Segovia (AGMS), Exps. pers.
Estados del Cuerpo de Ingenieros del Ejército, 1890-1929; “Necrología”, en Revista del Memorial de Ingenieros del Ejército (1929); W. E. Retana, “Índice de personas nobles y otras de calidad que han estado en Filipinas (1521-1898)”, en Boletín de la Real Academia de la Historia, 76 (junio de 1920), págs. 485-502; W. E. Retana, Breve Diccionario Biográfico de los Ingenieros Militares que han estado en las Islas Filipinas, Madrid, Memorial de Ingenieros, 1923; J. López Muiños, Algunos aspectos de la Ingeniería Española y el Cuerpo Técnico, Madrid, Ministerio de Defensa, 1993, 2 ts.
Juan Carrillo de Albornoz y Galbeño
