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José de Argáiz y Pérez

Biografía

Argáiz (o Argáez) y Pérez, José de. Arnedo (Rioja), 19.III.1592 – Granada, 28.V.1654. Presbítero, doctor en Teología, beneficiado de San Ginés de Madrid, obispo de Almería, Ávila y arzobispo de Granada hasta su muerte.

Fue hijo de Pedro de Argáiz [o Argáez] y de María Pérez, vecinos principales de la villa de Arnedo, hijosdalgos. En su villa natal estudió Gramática; después, Teología en Alcalá de Henares. Fue ordenado sacerdote en 1616 y consiguió el doctorado en Teología por la Universidad de Sigüenza en 1621 siendo colegial de San Antonio. Después pasó a colegial en el de San Bartolomé de Salamanca. Ganó en 1628 el beneficio curado de la parroquia de San Ginés de Madrid, del que tomó posesión el 1 de junio de 1628, día de la Ascensión. Fue nombrado por el Rey, en 1632, administrador de Niños Expósitos de Madrid, como también capellán de honor de la Capilla Real. Se distinguió en Madrid por sus predicaciones en las parroquias de San Ginés y de San Luis. Conocidas sus virtudes, celo apostólico y preparación intelectual, fue propuesto por tres veces para otros tantos obispados de América, pero Argáiz se excusó. El 24 de febrero de 1641 le llega la noticia de que será propuesto para el obispado de Almería. En efecto, así lo hizo el rey Felipe IV el 1 de julio de 1641. El nuncio César Franchetti, arzobispo de Damieta, inicia el proceso episcopal y Argáiz hace ante el nuncio su profesión de fe. Recibidas las bulas del papa Urbano VIII fue consagrado en día no conocido del mes de marzo de 1642, en Madrid, en el convento de Santa Bárbara, de religiosos mercedarios, de manos de Francisco Pérez Rey, obispo de Elna-Perpiñán, asistido por Fernando Montero Espinosa, obispo de Nueva Segovia (Filipinas) y por Miguel Avellán, franciscano y obispo titular de Sira y auxiliar de Toledo.

De sus episcopados en Almería y en Ávila existen abundantes textos que forzosamente se deben sintetizar; también, aunque algo menos, respecto a Granada.

Tomó posesión de la diócesis de Almería, por poderes concedidos al canónigo Cosme de Morales, quien mostró sus credenciales al Cabildo, el 10 de abril de 1642. Gobernó la diócesis poco más de tres años. Celebró Sínodo Diocesano y todos los historiadores destacan las excelentes relaciones que tuvo con el Cabildo catedralicio, cosa bastante rara por aquella época, pues lo normal era lo contrario. Como prueba de ese afecto, que era recíproco, demuestra el historiador J. López Martín (1999) las diversas cartas y felicitaciones que el Cabildo le envió cuando pasó a ser obispo de Ávila y, mucho más, cuando fue nombrado arzobispo de Granada y, finalmente, por la delegación del Cabildo que asistió en Granada a sus honras fúnebres cuando falleció como arzobispo.

Promovido para la diócesis de Ávila el 21 de julio de 1645 y nombrado por el papa Inocencio X el 4 de diciembre de 1645, el Cabildo abulense le dio posesión el 14 de julio de 1646, haciendo su entrada en Ávila en octubre de dicho año. Al comenzar su pontificado abulense Argáiz dejó una clara muestra de su rectitud; así lo escribe en 1788 Tello Martínez: “Y porque havia algunos beneficios... vacos, mandó entonzes a los de su familia que ninguno se atreviese a querer ser examinados de ellos, dejando libre el paso para otros, en especial los que deseaban ser promovidos de yglesia a yglesia”. También con el Cabildo de Ávila estuvo siempre en armoniosa relación, como lo demuestran los historiadores de la diócesis acudiendo a las actas capitulares. Introdujo en la ciudad de Ávila un turno anual de fiestas en honor del Santísimo Sacramento. Con este motivo se repararon diversos templos. Dio estatutos para la iglesia y beneficiados de San Vicente, aprobó otro estatuto que regulaba la actuación del canónigo magistral, y aprobó el código de penas y castigos para los seminaristas de San Millán.

El 20 de abril de 1654, desde Aranjuez, el rey Felipe IV presentó a Argáiz para arzobispo de Granada.

El nuncio Caetano hizo el proceso consistorial en un solo día, el 2 de mayo de 1654 y el 27 de julio de 1654 fue nombrado por el Sumo Pontífice. Llegó a Granada y coincidió su estancia con los últimos años del poeta canónigo Soto de Rojas y el racionero de la catedral y gran artista Alonso Cano (ambos morirían el mismo año). “El arzobispo Argáiz se distinguió por el cuidado pastoral, la predicación y el desvelo con que administró la hacienda de la diócesis” (M. Á. López, 1993, pág. 162). Aunque no faltaron los habituales roces con la jurisdicción civil. De ellos, uno fue por un altercado entre los cocheros de un oidor y de un canónigo; el episodio llegó a mayores, pues mientras la Audiencia multaba al canónigo con 1.000 ducados (una gravísima multa) e implicaba en ello al arzobispo, éste lanzó su excomunión contra los oidores y fiscales. Argáez publicó un Memorial... (que se ha perdido y no se puede poner como obras suyas) en defensa de la jurisdicción eclesiástica. Y otro incidente fue por causa de un asiento en la solemne procesión del Corpus. Para evitar males mayores el arzobispo no asistió a la procesión, con gran dolor de su corazón, pero así dio buena muestra de autoridad moral ante el Real Acuerdo, y ya no volvieron a surgir más incidentes.

Además de afable, Argáiz era desprendido. En noviembre de 1661 comenzó a costear una sala de once camas en el Hospital de San Juan de Dios, y la dotó a perpetuidad con ocasión de la visita a Granada del General de dicha Orden hospitalaria, fray Fernando de la Estrella. Favoreció al colegio diocesano de Santa Catalina para clérigos universitarios. Además, reedificó su casa y al terminar las obras, el colegio, agradecido, puso el blasón episcopal de Argáiz en el aposento rectoral. Protegió mucho a la Casa-Recogimiento de Santa María Egipcíaca. Alonso Cano enriqueció con su arte la catedral granadina y se iniciaron las obras de la iglesia de Nuestra Señora de las Angustias. En su pueblo natal, Arnedo, la actual Biblioteca Pública lleva su nombre y está en su antiguo palacio.

Falleció a las seis de la mañana del 28 de mayo de 1667, a los setenta y cinco años de edad y veinticinco de episcopado.

 

Bibl.: J. Tello Martínez, Cathalogo sagrado de los Obispos [...] de Ávila, ms. fechado en Madrid el 18 de marzo de 1788 (Publicado por F. A. Ferrer García, Ávila, Ediciones de la Institución “Gran Duque de Alba”, 2001, págs. 253-254 [correspondiente al parágrafo 84 del ms.]); C. García, “El Ilmo. Sr. D. José de Argáiz, Arzobispo de Granada”, en Galería de riojanos ilustres, Valladolid, Imprenta de la Viuda de Cuesta é Hijos, 1888, págs. 269-272; J. Á. Tapia Garrido, Los Obispos de Almería, 66-1966, Almería, 1968, pág. 40; F. Abad León, “José Argáiz Pérez, Arzobispo insigne de Granada”, en 25 arnedanos universales, Arnedo, Ed. Ochoa, 1971, págs. 25-27; J. Á. Tapia, “Almería, Diócesis de”, en Q. Aldea Vaquero, T. Marín Martínez y J. Vives Gatell (dirs.), Diccionario de Historia Eclesiástica de España, vol. I, Madrid, Consejo Superior de Investigaciones Científicas, Instituto Enrique Flórez, 1972, pág. 44; T. Sobrino, “Ávila, Diócesis de”, Ibidem, 1972, pág. 161; J. L. Santos, “Granada. Diócesis de”, vol. II, Ibidem, 1972, pág. 1048; L. Ruiz Hidalgo, “Obispos españoles”, suplemento, Ibidem, 1987, págs. 525-526; T. Sobrino Chomón, Episcopado Abulense. Siglos xvi-xviii, Ávila, Institución Gran Duque de Alba, 1983, págs. 179-183; M. A. López, Los Arzobispos de Granada. Retratos y semblanzas, Granada, Santa Rita, 1993, págs. 160-162; V. Guitarte Izquierdo, Episcopologio Español (1500-1699). Españoles Obispos en España, América, Filipinas y otros países, Roma, Iglesia Nacional Española, 1994, pág. 171; J. López Martín, La Iglesia de Almería y sus Obispos, Almería, Instituto de Estudios Almerienses, 1999, vol. I, págs. 388[retrato], 389-395; F. de las Heras Hernández, Los Obispos de Ávila. Su acción pastoral en el ambiente histórico de su tiempo [...], Ávila, Imprenta Gráfica de Ávila, 2004, págs. 174-175.

 

Fernando Rodríguez de la Torre

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