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Francisco Nestares Marín

Biografía

Nestares Marín, Francisco. La Rioja, 1605 – Sucre (antes La Plata) (Bolivia), 24.IV.1660. Presidente de la Real Audiencia de Charcas, consejero de Indias.

Hijo de Cristóbal de Nestares y de María Marín, ambos vecinos de Arenzana de Arriba, en La Rioja.

Inició sus estudios en la Universidad de Alcalá y en ella se graduó de bachiller en Leyes. Posteriormente fue presentado por el obispo y Cabildo de Cuenca para una beca de Cánones en el Colegio de San Clemente de Bolonia y fue admitido, con dispensa de edad (24 de abril de 1624). En el curso siguiente (1625-1626) actuó como consiliario y secretario del colegio y fue elegido para la regencia de la Cátedra de Instituciones de Derecho Civil en su colegio (18 de junio de 1625). El 12 de marzo de 1626 fue examinado y aprobado para el grado de doctor en Cánones y Leyes y nuevamente actuó como consiliario y secretario (1626-1627) y en el curso siguiente como consiliario y tesorero (1628-1629).

Dejó el colegio (13 de febrero de 1629) para dirigirse a Valencia y hacerse cargo del oficio de fiscal del Tribunal de la Inquisición de aquella ciudad, pero cuando arribó a tomar posesión de su plaza no pudo hacerlo, pues otro sujeto se hallaba despachando en ella y entonces se le dio el empleo de fiscal de la Inquisición de Santiago de Compostela, oficio del que tomó posesión algunos meses después (19 de septiembre de 1629) y al cabo de seis años prestó juramento de la plaza de inquisidor en el mismo Tribunal compostelano (19 de julio de 1635) y en el siguiente asumiría como juez de bienes confiscados (15 de abril de 1636).

Se le despachó título de presidente de la Real Audiencia de Charcas (30 de agosto de 1647), encomendándosele que prosiguiera la residencia de su antecesor Juan de Lizarazu (20 de agosto de 1647) y la visita de la Audiencia y de los oficiales reales, sobre todo debido a los desórdenes, alteraciones y encuentros que se habían causado con las actuaciones de los presidentes y visitadores Juan de Carvajal, Juan de Lizarazu y Juan de Palacios. En el mes siguiente se le dio la licencia para que embarcara rumbo a su destino en compañía de seis criados (24 de septiembre de 1647) y al cabo de un año tomó posesión de su oficio en la ciudad de La Plata (noviembre de 1648).

Al llegar suspendió el juicio secreto al antiguo presidente Lizarazu, pues hacía ya un tiempo que había muerto, y únicamente continuó su juicio público, iniciando los procedimientos de la visita de los ministros de la Real Audiencia y durante el curso de ella se produjo el traslado de todos los oidores, ocupándose, especialmente, en la visita de los oficiales reales de Potosí y en tomar residencia a Juan de Velarde, corregidor de la villa de Potosí, y a sus oficiales, la que remitió sentenciada al Consejo de Indias (31 de julio de 1653), además de haber entendido en la averiguación de estado de los azogueros, del valor del cobre y del estado general de las minas de su distrito, habiéndose preocupado, también, en prevenir al puerto de Buenos Aires frente a la presencia de portugueses con la finalidad de introducir esclavos negros y propuso la creación de una segunda plaza de fiscal en la Real Audiencia de La Plata, por la gran cantidad de negocios de la Real Hacienda y el crecido número de delitos y fraudes que se cometían contra ella.

Las dificultades que halló en el desarrollo de la visita, ocasionadas muchas de ellas por las facciones y parcialidades que encontró en la ciudad de La Plata entre los oidores de la Audiencia y oficiales reales, retardaron el cumplimiento de sus comisiones y movieron su ánimo a solicitar que se le concediera licencia para regresar a los reinos de España, petición que apoyaba en los quebrantos de su salud, pues afirmaba que ya al segundo año de su estancia de Charcas (1651) su salud se había resentido y era habitual que le tuvieran “postrado unas calenturas diarias”, a lo que se sumó el que durante su estancia en Chuquisaca le aquejó “una enfermedad tan grave, que llegué a estar desahuciado, continuándose siempre las dichas calenturas diarias” (1653). Sus instancias fueron apoyadas por el virrey del Perú, conde de Salvatierra, quien representaba al Consejo de Indias la necesidad que había de que se le diera licencia para regresar a los reinos de España y que se le nombrara sucesor (19 de agosto de 1653) y, si bien se accedió, no se le despachó cédula especial para hacer su viaje y por ello el virrey informaba a Nestares Marín que se mantuviera en su oficio (31 de marzo de 1654), ante lo cual volvía a repetir sus instancias representando su falta de salud (30 de abril de 1654).

Llevaba cinco años de estancia en Charcas cuando, por Real Decreto (17 de noviembre de 1653), se le hizo merced de una plaza de consejero en el Consejo de Indias, advirtiéndose que se le daba tal plaza “para que venga a servirla en haviendo concluydo con algunas cosas de mi servicio que le he mandado encargar por aquel Conssº y por la junta de medios”. Dos años más tarde y previas nuevas instancias suyas, sobre consulta de la Cámara de Indias (17 de diciembre de 1655), se le concedió licencia para regresar a los reinos de España y así se le comunicó en los primeros días del año siguiente (20 de enero de 1656), pero se mantuvo en la ciudad de La Plata y, como advirtiera que no había podido viajar a tomar posesión de su plaza en el Consejo de Indias, solicitaba que se declarara que su antigüedad debía correrle desde el nombramiento, decidiéndose que su antigüedad se le contara desde el 9 de junio de 1659, y aun así, los pocos meses que le quedaban de vida no le dieron tiempo a realizar su viaje a los reinos de España.

 

Fuentes y bibl.: Archivo General de Indias (Sevilla), Contratación; 5.428, n. 1, r. 20; Contratación; 5.793, l. 2, fols. 688v.-690v.; Charcas, 3; Charcas, 21, r. 10, n. 56, 57, 61; Charcas, 21, r. 13, n. 88; Charcas, 22, r. 1, n. 3, 12, 18; Charcas, 22, r. 2, n. 26; Lima, 57, n. 14; Archivo General de Simancas. Dir. Gral. Tesoro, leg. 167, fol. 147; Archivo Histórico Nacional (Madrid), Estado, leg. 4.202-2, n. 86; Inquisición, leg. 1.229, exp. 18; Archivo Histórico de Santa Cruz de Valladolid, Manuscritos, 320, fol. 283r.

M. de Mendiburu, Diccionario Histórico-Biográfico del Perú, t. II, Lima, Imprenta de J. Francisco Solís, 1876, pág. 463; E. Schäfer, El Consejo Real y Supremo de las Indias. Su historia, organización y labor administrativa hasta la terminación de la Casa de Austria, t. I, Sevilla, Universidad, 1935, págs. 147 y 505; D. Lario Ramírez, Sobre los orígenes del burócrata moderno. El Colegio de San Clemente de Bolonia durante la impermeabilización habsburguesa (1568-1659), Bolonia, 1980 (Studia Albornotiana, XLIII), págs. 187-188; A. Pérez Martín, Proles Aegidiana. 3. Los colegiales desde 1601 a 1800, Bolonia, Publicaciones del Real Colegio de España, 1979, págs. 1255-1257.

 

Javier Barrientos Grandon

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