Chueca y Rincón, Diego. Calcena (Zaragoza), V.1591 – Zaragoza, 18.VI.1672. Canónigo, catedrático, obispo de Barbastro-Monzón y Teruel.
Hijo de Jerónimo Chueca e Isabel Rincón, nació en el seno de una familia notable. Cursó sus estudios en la Universidad de Zaragoza, donde obtuvo el grado de bachiller en Teología el 7 de marzo de 1619, y el birrete de doctor en 1623. En 1621 opositó a la cátedra de Artes, que regentó durante el curso académico 1625-1626. Más tarde obtuvo la canonjía magistral de la iglesia metropolitana de San Salvador de esa misma ciudad (1628), donde realizó distintas funciones capitulares (administrador de la mensa, sacristía y fábrica catedralicia, etc.), interviniendo también como visitador y examinador sinodal del arzobispado.
Su solvencia intelectual le hizo acreedor de numerosas consultas de cierta gravedad, como la efectuada en 1641 por el arzobispo cesaraugustano Pedro Apaolaza, sobre la restitución milagrosa de la pierna amputada de Miguel Pellicer, por intercesión de Nuestra Señora del Pilar, que había sido enterrada en el Hospital General, tal y como consta en el proceso que se instruyó y del que se hicieron sucesivas impresiones.
Un año antes había sido llamado a consultas por el canónigo penitenciario, el doctor Martín de Funes, futuro obispo de Albarracín, a propósito de unas misteriosas palabras pronunciadas por el crucifijo del trascoro de la catedral de La Seo.
El 16 de julio de 1643 tomó posesión del obispado de Barbastro —cuando desempeñaba el cargo de contador capitular— que gobernó con celo y prudencia —en cuyas visitas pastorales deseó “poner remedio a la falta de doctrina y enseñanza en todos los valles vecinos del reino de Francia, porque me causaron gran lástima ver tan extendida diócesis y tantos valles de gente bien inclinada y dócil que puede peligrar”—, del mismo modo que procedió en el de Teruel, al que fue promovido el 6 de mayo de 1647 a sugerencia del monarca Felipe IV, hecho que comunicó al nuncio apostólico Julio Rospigliosi, tomando posesión el 5 de septiembre.
Los libros parroquiales confirman que el obispo visitó las parroquias de su diócesis regularmente, cada cuatro años, girando la primera en 1648 y la última en 1668. La ciudad de Teruel le recuerda como el benefactor del convento de Carmelitas Descalzas, ya que sus buenos oficios fueron decisivos en su fundación, pues, a los bienes que adjudicó el magistrado Domingo de Abengochea, vecino de esa ciudad, aportó los recursos suplementarios que se precisaban para garantizar su construcción —que no llegó a ver concluida—, y que ascendió a 40.000 escudos.
Además de publicar una colección de Sermones y Consultas, ordenó imprimir las Constituciones Sinodales del obispado de Barbastro (1645), Constituciones Sinodales del obispado de Teruel (1657) y la Forma de la cuartación y mensuración de los frutos decimales del obispado de Teruel (1657).
Diputado en las Cortes de Aragón (1661 y 1668), la muerte le sorprendió a una edad avanzada, en la parroquia de San Juan el Viejo de Zaragoza, el 18 de junio de 1672. Su cadáver fue depositado en la capilla de San Martín de La Seo metropolitana.
Obras de ~: [...]; Constituciones Sinodales del Obispado de Barbastro, mandadas recopilar por el mismo, año 1645, Zaragoza, Diego Dormer, 1645; Constituciones Sinodales del Obispado de Teruel, hechas en la Sínodo que tuvo, y concluyó en su Palacio episcopal á 28 de Abril de 1657, siendo Sumo Pontifice nuestro Santísimo Padre Alejandro VII, y reinando el Invictísimo Príncipe Felipe III en Aragon, Zaragoza, Diego Dormer, 1661; Forma que se ha de observar en cuartacion y mesuracion de los frutos decimales del Obispado de Teruel, conforme lo dispuesto en la Sínodo celebrada el 22 de Abril de 1657, Zaragoza, Diego Dormer, s. f.
Bibl.: M. Jiménez Catalán, Memorias para la Historia de la Universidad de Zaragoza, Zaragoza, 1925; M. Gómez Uriel, Bibliotecas antigua y nueva de escritores aragoneses de Latassa aumentadas y refundidas en forma de diccionario bibliográficobiográfico, ed. M. J. Pedraza Gracia, J. Á. Sánchez Ibáñez y L. Julve Larraz, Zaragoza, Universidad, 1999; E. Calvera Negrín, “D. Diego Chueca (1643-1647), en Aragonia Sacra, XVI-XVII (2001-2003), pág. 23; J. J. Polo Rubio, “Diego Chueca Rincón (1646-1672)”, en Aragonia Sacra, XVI-XVII (2001-2003), pág. 146; Historia de los obispos de Teruel (1614-1700), Teruel, Instituto de Estudios Turolenses, 2005, págs. 169-234.
Miguel Ángel Motis Dolader