Ollo Vidaurreta, Nicolás. Conde de Somorrostro (I). Ibero (Navarra), 6.XII.1816 – San Salvador del Valle (Vizcaya), 29.III.1874. General carlista.
Fueron sus padres Juan Miguel Ollo Arráiz y Ángela Vidaurreta Beramendi. En el mes de abril de 1834 ingresó como soldado voluntario en las filas de don Carlos, entrando inmediatamente en operaciones en Navarra y en las Provincias Vascongadas encuadrado en el 3.er Batallón de Navarra. Luchó durante el resto del año a las órdenes de Zumalacárregui, hallándose en el mes de mayo en la sorpresa de Erro (Navarra), en junio en la acción de la Venta de Gulina (Álava) contra las tropas del general Linares y en julio en Navarra en las acciones de los puertos de Olazagutia y Artaza contra las de Rodil. En el mes de octubre participó en la derrota infligida al brigadier O’Doyle en la llanada de Álava, interviniendo dos meses después en las batallas de Mendaza y del puente de Arquijas, contra las tropas mandadas por Oráa y Fernández de Córdoba.
El 1 de febrero de 1835 fue ascendido a sargento 2.º, y cuatro días más tarde, bajo el mando de Zumalacárregui, se enfrentó a las tropas del general Lorenzo en el puente de Arquijas (Navarra). Seguidamente se le concedió la gracia de cadete, interviniendo al mes siguiente en Navarra en la acción del puente de Larraga, en la toma de Echarri Aranaz y en la acción de Arróniz, esta última contra el general Aldama.
En el mes de mayo combatió en Guipúzcoa, participando, tras la sorpresa dada a Espartero en el Alto de la Descarga, en los sitios y toma de Villafranca, Vergara y Durango, haciéndolo a continuación en el primer sitio de Bilbao.
Tras la muerte de Zumalacárregui durante el sitio de Bilbao, pasó a las órdenes del general González Moreno, sufriendo en el mes de julio una severa derrota en Mendigorría a manos del general Córdoba, combatiendo en septiembre en Los Arcos y volviendo en octubre a pelear en la llanada de Álava, en las acciones de las estribaciones del castillo de Guevara y de la Venta de Echevarría; días antes había sido promovido a subteniente.
Comenzó el año 1836 bajo el mando del general Goñi, cayendo derrotado en las cumbres de Arlabán, recibiendo al mes siguiente en Añézcar (Navarra) una grave herida de bala de fusil en la pierna derecha, que le mantuvo cierto tiempo alejado de los campos de batalla. En junio se encontró ya en condiciones de volver a combatir, haciéndolo en Larrasoaña, al Norte de Pamplona, al mes siguiente en Erro, mandado por el general Francisco García, y en agosto en las inmediaciones de la Borda de Í ñigo a las órdenes del general Villarreal, pasando los últimos meses del año empleado en el sitio de Bilbao.
En 1837, después de pelear en el mes de marzo en Larraínzar a las órdenes de Fermín Ripalda, recibió el 10 de septiembre una herida grave de bala de fusil, que le fracturó un brazo, tardando año y medio en curarse y en poder volver a operaciones.
En los últimos días del mes de abril de 1839 y primeros del siguiente intervino en la defensa de Belascoáin ante el sitio impuesto por Diego de León, en cuyo poder cayó el pueblo, a cuyas tropas se enfrentó nuevamente en ese mismo mes en Arróniz, a las órdenes de Elío. En el mes de julio se batió en las inmediaciones de la ermita de San Gregorio y en Allo, al Sur de Estella. Las últimas acciones en las que intervino fueron las de Cirauqui y Mañeru, en el mes de agosto, adhiriéndose al Convenio de Vergara junto con el resto de las tropas de su batallón.
Los meses siguientes los pasó en Ibero en expectación de destino, siéndole expedida licencia ilimitada en abril de 1840.
En octubre de 1841 se sumó en Pamplona al levantamiento contra Espartero encabezado por O’Donnell, penetrando en la Ciudadela y luchando en Cizur Mayor. Tras abandonar Pamplona, se enfrentó a las tropas del Gobierno en Elizondo, pasando seguidamente a Francia.
Permaneció emigrado en el país vecino hasta la caída de Espartero, regresando a España en el mes de agosto de 1843 y volviendo a residir en Ibero.
Tras habérsele revalidado el empleo de subteniente y haber sido ascendido a teniente por antigüedad, en febrero de 1845 se le concedió destino en el Regimiento de la Princesa, al que se presentó en Madrid.
En los años siguientes prestó servicio de guarnición en diversas poblaciones de Cataluña, entre ellas, Barcelona, Figueras y Seo de Urgel. Entre 1847 y 1849 tomó parte en varias acciones contra los carlistas en el valle de Andorra y en las comarcas de Solsona y del Alto Segre. Entre 1850 y 1852 guarneció, entre otras plazas, la de Barcelona, Gerona, Madrid, Alcalá de Henares y Valladolid.
En 1854 fue enviado con su Regimiento a Madrid, donde se incorporó a las tropas que, mandadas por el ministro de la Guerra, general Blaser, persiguieron a O’Donnell tras la acción de Vicálvaro, recibiendo como gracia general el empleo de capitán. En 1856 contrajo matrimonio con Ramona Recalde Jáuregui.
Tras unos años de tranquilidad, en 1859 volvió a entrar en combate al ser encuadrado su Regimiento en la 2.ª Brigada de la 2.ª División del 2.º Cuerpo de Ejército Expedicionario a África, hallándose en multitud de acciones durante ese año y el siguiente, entre ellas en las batallas de Los Castillejos, Wad el Jelú, Tetuán y Wad Ras, ganando una Cruz de San Fernando de 1.ª Clase en la acción de Monte Negrón. A partir del mes de abril, una vez terminados los enfrentamientos, pasó a ocupar Tetuán. De regreso a España, en el mes de julio de 1860 solicitó y obtuvo el retiro para Pamplona, donde residió durante algunos años, alejado de la política.
Tras el derrocamiento de Isabel II, Elío le encargó la recluta de fuerzas en Navarra, encomendándole Díaz de Rada a principios de 1872 el mando del 1.er Batallón de Navarra, recibiendo en el mes de abril la orden de secundar el levantamiento carlista y dirigirse al valle de Ulzama para reunirse con don Carlos, que cruzaría la frontera francesa el 2 de mayo.
El 4 de mayo Moriones sorprendió en Oroquieta (Navarra) a las fuerzas carlistas que acompañaban a don Carlos, acudiendo Ollo en su ayuda, no pudiendo impedir que se produjese la huida en el más completo desorden, viéndose obligado a refugiarse en Francia tras la firma del Convenio de Amorebieta. El 21 de diciembre siguiente penetró en España al frente de un reducido grupo de voluntarios, con el empleo de brigadier y el cargo de comandante general de Navarra. En enero de 1873 consiguió entrar en Estella y hacerse dueño de la plaza, teniendo días después su primer encuentro con las fuerzas liberales en Salinas de Oro. Seguidamente pasó de Navarra a Guipúzcoa, uniendo sus fuerzas a las de Lizárraga, consiguiendo así disponer de unos dos mil hombres, que situaron entre Azcoitia y Azpeitia, pasando a continuación a Vizcaya, cuyo mando superior se le confió. De regreso a Navarra, a finales de febrero, disponía de unos mil doscientos hombres y ciento veinte caballos, con los que formó el 1.er y 2.º Batallón de Navarra, mandados por Senosiaín y Teodoro Rada, mientras el 3.º y el 4.º se encontraban en fase de organización.
En el mes de mayo, a las órdenes de Dorregaray, se enfrentó al coronel navarro en Eraul y al mes siguiente al brigadier De la Portilla en Metauten y al coronel Castañón en Udabe. En julio consiguió la rendición de la guarnición del fuerte de Puente la Reina y a continuación intervino en el ataque a Ibero, donde seguidamente entró don Carlos; en agosto participó en la rendición de las guarniciones de Estella y Viana; en septiembre obligó a capitular a las guarniciones de Sangüesa y Lumbier, e intervino en el ataque a Tolosa; en octubre tomó parte en la acción de Santa Bárbara de Mañeru; en noviembre en la batalla de Montejurra, y en diciembre defendió los altos de Velabieta.
Aunque opuesto a ello, llamado por Elío tomó parte en febrero de 1874 en el bloqueo de Bilbao, haciéndose cargo de la línea de Somorrostro, ante la que se estrellaría inútilmente Moriones el día 25, dando lugar a la batalla del mismo nombre. Puesto el general Serrano al frente de las fuerzas liberales del Ejército del Norte, intentó en el mes de marzo un segundo ataque a la citada línea, iniciándose el 25 de marzo la sangrienta batalla de San Pedro Abanto, que duraría tres días, produciendo cuantiosas bajas a ambos ejércitos, sin que los liberales consiguiesen levantar el sitio a Bilbao. El éxito conseguido por las fuerzas carlistas en esta batalla hizo que don Carlos ascendiese a Ollo al empleo de teniente general y le concediese el título de conde de Somorrostro.
El día 29 se reunió con Elío, Dorregaray y Mendiry en San Fuentes. Terminada la comida, se congregaron todos ellos y otros altos jefes en un lugar sin protección, cayendo en medio de ellos una granada que al hacer explosión le hirió de gravedad, siendo trasladado a San Salvador del Valle, donde fallecería ese mismo día.
Fuentes y bibl.: Archivo General Militar (Segovia), leg. O-342, Exp. personal de Nicolás Ollo Vidaurreta.
F. Oller, Álbum de personajes carlistas, Barcelona, 1890; A. Brea, Campaña del Norte de 1873 a 1876, Barcelona, Imprenta de la Hormiga de Oro, 1897; J. Ibarra, Biografía de los ilustres navarros del siglo xix y xx, Pamplona, Imprenta Jesús García, 1951-1953; E. Roldán, Estado Mayor General carlista en las tres guerras del siglo xix, Madrid, Actas, 1998.
José Luis Isabel Sánchez