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Torcuato Mendiry Correa

Biografía

Mendiry Corera, Torcuato. Conde de Abárzuza (I). Allo (Navarra), 22.V.1813 – Tudela (Navarra), 20.IX.1884 post. Jefe carlista, militar.

En febrero de 1831 ingresó en el Ejército como soldado voluntario de la Brigada ligera provincial de Navarra, destacada en los Pirineos, a cuya disolución, un año más tarde, recibió la licencia absoluta con el empleo de sargento segundo.

El 12 de octubre de 1833, días después de estallar en Talavera de la Reina (Toledo) la rebelión carlista, se unió a las filas del ejército de Don Carlos, quien le ascendió a sargento primero, pasando a formar parte de la división de Navarra, con la que dos meses después tomó parte en dicha provincia en la acción de Nazar y Asarta. En noviembre había sido promovido al empleo de subteniente.

Durante 1834 combatió en Navarra a las órdenes de Zumalacárregui, enfrentándose en el mes de febrero a las tropas del general Valdés en Güesa, en marzo a las del general Lorenzo en Abárzuza y a las del general Quesada en abril, en Alsasua, y en mayo en Muez, ganó el empleo de teniente por méritos de guerra, combatiendo al general Linares en junio en la sangrienta acción de Gulina. En agosto participó en la emboscada montada a Carondelet en las Peñas de San Fausto, en las proximidades de Estella, por lo que fue recompensado con una Cruz de San Fernando de 1.ª Clase, y en octubre contribuyó a la derrota de los generales liberales Osma, Figueras y O’Doyle en el llano de Vitoria; el resto del año continuó combatiendo en Navarra, Provincias Vascongadas y La Rioja, y en noviembre ganó el ascenso a capitán, también por méritos de guerra.

Entre enero y marzo de 1835 se enfrentó a las tropas liberales en el valle del Baztán (Navarra), tomando parte en el bloqueo y sitio de Elizondo (Guipúzcoa), actuando a continuación en la provincia de Navarra en las acciones del puerto de Velate contra las fuerzas al mando del coronel Ocaña y participando seguidamente en el sitio de Ciga, población donde se habían refugiado los liberales. Continuando en Navarra, en abril se enfrentó a las tropas del general Oráa en Ezcurra, al que días después atacó en Vera de Bidasoa, y ese mismo mes resultó herido grave de bala en el vientre al combatir en el puerto de Elzaburu. Formando parte de las fuerzas del general González Moreno, en el mes de julio intervino en el sitio de Puente la Reina y pocos días después en la batalla de Mendigorría.

En el mes de agosto partió de Estella formando parte de la expedición del brigadier Guergué, penetrando en Aragón, pasando por Huesca y Barbastro, para internarse en Cataluña, luchando contra los liberales en octubre en Guisona (Lérida) y en noviembre en Tárrega (Lérida) y Angüés (Huesca), para regresar el 29 de noviembre a Navascués (Navarra).

Siguió combatiendo sin descanso en Navarra durante 1836, enfrentándose a los liberales en Sorauren, Lecaroz, Oteiza y Anchóriz. En julio se halló en el combate de las alturas de Erro a las órdenes del brigadier Francisco García, lugar en que volvió a luchar en agosto bajo el mando de Villarreal, haciéndolo en septiembre contra Oráa en Arróniz y en los meses siguientes en Villatuerta, Estella y Allo.

Se enfrentó a Espartero en el mes de marzo de 1837 en las alturas de Santa Marina y Galdácano, y en Zornoza, y en el de mayo a las tropas de Evans en Oyarzun, y formó parte más tarde de la expedición de Zaratiegui que en el mes de julio partió de las Vascongadas con dirección a Castilla, ganando el empleo de segundo comandante por méritos de guerra en el enfrentamiento que tuvo en Zambrana (Álava) con tropas del provincial de Mondoñedo y del vizconde Das Antas. En agosto participó en la toma y saqueo de Segovia, consiguió la rendición del alcázar y se enfrentó a los liberales en Las Rozas (Madrid), tras lo cual se retiró a Segovia, interviniendo en el ataque y ocupación de Salas de los Infantes (Burgos) y en la acción de Nebreda (Burgos) contra el general Méndez Vigo. En septiembre formó parte de las tropas que tomaron el fuerte de Lerma, y pasó a continuación a la provincia de Valladolid, para enfrentarse a Carondelet entre la capital y Dueñas, y al general Lorenzo en el puente de Aranda de Duero.

Reunida la expedición de Zaratiegui a la de Don Carlos, en octubre sufrió en Retuerta (Burgos) una gran derrota, y regresó a continuación a las Provincias Vascongadas tras enfrentarse en octubre a los liberales en Arauzo de Miel (Burgos) y atacar seguidamente a la guarnición de Haro (La Rioja).

En 1838 luchó en el valle de Mena contra las tropas del general Latre, y continuó el resto del año en operaciones de campaña en Navarra; en el mes de diciembre obtuvo el empleo de primer comandante por méritos de guerra.

En 1839 pasó a Santander para intervenir, a las órdenes de Maroto y mandando el 2.º Batallón de Castilla, en la defensa de los fuertes de Ramales y Guardamino ante el sitio puesto por Espartero, peleando en los meses de julio y agosto en la provincia de Navarra en las acciones de Ubago, Allo y Cirauqui.

Una vez perdida la guerra, emigró a Francia y aprendió el oficio de impresor, que le serviría para ganarse la vida, hasta que en 1842 regresó a España, pasando a residir en Madrid. Acogido a los beneficios del Convenio de Vergara, hasta 1844 se mantuvo en situación de licencia limitada, siéndole en ese año revalidados sus empleos y condecoraciones, y pasando a la situación de reemplazo en Navarra.

En 1846 fue destinado al batallón de Reserva de Granada. Al año siguiente volvió a la situación de reemplazo y en 1848 se le concedió destino en el Regimiento de la Constitución, con el que prestó servicios de guarnición en diversos puntos de Andalucía, así como en Soria y Zaragoza.

Encontrándose en esta última ciudad, en el mes de febrero de 1854 se enfrentó a los revolucionarios en la calle de la Cuchillería, resultando gravemente herido por una bala de fusil que le atravesó ambos muslos.

Su valeroso comportamiento le fue recompensado con el empleo de teniente coronel por méritos de guerra.

Como consecuencia de su ascenso pasó a la situación de reemplazo, desempeñando en 1856 el cargo de comandante militar de Tudela e incorporándose al año siguiente a la Comisión permanente de Estadística del partido de Alfaro (La Rioja).

En 1858 fue destinado al Regimiento de Galicia y al año siguiente se le confió el mando del batallón provincial de Pamplona, del que en 1861 fue trasladado al Regimiento de Zaragoza.

Ascendido a coronel en 1862, se le dio el mando del Regimiento de Murcia, al que se incorporó en la plaza de Ceuta, de la que un año después pasó a la de Gerona, guarneciendo los años siguientes Barcelona y Figueras.

Tras ser nombrado en 1865 subinspector de la 2.ª Media Brigada de Provinciales de Canarias, un año más tarde se le confió el mando del Regimiento de Bailén, de nueva creación, y marchó a Sevilla para proceder a su organización; cesó en 1867 al haber sido promovido a brigadier.

Desde septiembre de 1867 a octubre de 1868 desempeñó el cargo de comandante militar de Ronda, donde procuró remediar la situación de calamidad en que vivía la población, como consecuencia de la falta de trabajo debida a las malas cosechas.

Al producirse la Revolución de septiembre de 1868 consiguió sofocar el pronunciamiento en Ronda, pero al acudir fuerzas de Andalucía en apoyo del levantamiento se vio obligado a entregar el mando, pasando de cuartel a Vitoria.

En noviembre de 1869, el capitán general de Vascongadas le desterró a La Coruña, de donde se ausentó en 1873, comunicando al capitán general de Galicia que el motivo de su desaparición era defender los derechos de Carlos VII al trono, por lo que fue dado de baja en el Ejército. En el mes de agosto se presentó a Don Carlos en Alsasua; recibió de Dorregaray el nombramiento de segundo comandante general de Álava y sustituyó al mes siguiente a Lizárraga, enfermo, como jefe de la División alavesa, a cuyo frente combatió a los pocos días en la acción de Santa Bárbara de Mañeru, en la que sobresalió.

En el mes de diciembre se batió en Velabieta, al mando de fuerzas de la provincia de Álava, y fue ascendido a mariscal de campo en el mes de noviembre siguiente.

En enero de 1874 se le encomendó el mando de una pequeña división, con la que debía penetrar por sorpresa en la plaza de Santander a fin de apoderarse de una elevada cantidad de dinero que estaba preparada para ser enviada a Madrid, pero una intensa lluvia hizo fracasar la operación, tras lo cual se dirigió a Navarra. En el mes de febrero recibió la orden de marchar hacia Bilbao para impedir el paso del ejército liberal que pretendía romper el sitio puesto por los carlistas a esa plaza. El día 25 intervino en la batalla de Somorrostro, del 25 al 27 de marzo en la sangrienta batalla de San Pedro Abanto, y el 27 de abril en la defensa de la línea de Somorrostro ante el tercer intento liberal de levantamiento del sitio.

A continuación, se atrincheró, en unión del resto de las tropas, entre Durango y Galdácano, y a mediados de mayo marchó a Villarreal de Álava y de allí a Estella, dedicándose seguidamente a organizar la División de Navarra y la defensa de esta plaza. Al mes siguiente se enfrentó al marqués del Duero en la batalla de Abárzuza o Montemuro, donde cayó muerto el famoso caudillo liberal, lo que le valió que Carlos le recompensase con el título nobiliario de conde de Abárzuza. Combatiendo en Navarra, en agosto luchó en Oteiza contra Moriones, a quien volvió a enfrentarse al mes siguiente en las proximidades de Biurrun en la acción del monte de San Juan. En el mes de octubre, sustituyó a Dorregaray en el mando del ejército del Norte, dando nuevo impulso a la instrucción de los Cuerpos y a la ejecución de obras de defensa.

Mantenido el bloqueo de Pamplona por los carlistas, en el mes de febrero de 1875 derrotó en Lácar al ejército liberal, a cuyo frente se había puesto Alfonso XII. A continuación, pidió el relevo del mando, pero el infante Carlos no admitió la dimisión y le premió con el ascenso a teniente general.

El movimiento de las fuerzas liberales le obligó a trasladarse a Álava en el mes de junio, cuando Don Carlos ya había comenzado a desconfiar de su lealtad, por lo que al mes siguiente fue sustituido por Pérula, tras cuyo relevo se le confió la dirección general de infantería.

Pero muy pronto se trató de culparle de no haber aprovechado el éxito de la batalla de Lácar, y a punto estuvo de formársele causa por tal motivo, no llegando a instruírsele, pero suprimiendo la dirección de su cargo y dejándole en una situación indefinida, en la que su vida, incluso, llegó a estar en peligro.

Destinado en situación de cuartel a Echarri-Aranaz, decidió renunciar a sus títulos, empleos y condecoraciones y pidió permiso a Don Carlos para emigrar a Francia, pero antes de que le llegase la autorización, fue perseguido por sus propios compañeros y obligado a entrar en el país vecino, donde fue internado en Tours. Al poco tiempo recibió orden de presentarse en las Provincias Vascongadas para ser juzgado por haber abandonado las filas carlistas sin licencia real, pero, al exponer la persecución de la que había sido objeto, se le abrió una sumaria en averiguación de los hechos y se le reiteró que se presentara, a lo que rehusó fundándose en su mal estado de salud. El fin de la guerra interrumpió este proceso, y no habiendo recibido reparación alguna por parte de Don Carlos, en el mes de octubre emigró a Francia, siendo detenido el 25 de octubre en Aïnhoa en unión de su hijo y conducido a Bayona, y se le autorizó a continuación a residir en el país vecino.

En marzo de 1877 retornó a España tras haber prestado juramento de fidelidad a Alfonso XII ante el cónsul de Bayona, quien le concedió pasaporte para España, y fijó su residencia en Madrid. Una vez indultado se le concedió la vuelta al servicio, pero no se le reconoció el título de conde de Abárzuza ni la Gran Cruz al Mérito Militar que declaraba haber ganado en la batalla de Somorrostro; se le admitió tan sólo el empleo de brigadier.

Poseía la Gran Cruz de San Hermenegildo (1871).

La Cruz de 1.ª Clase que se le concedió en 1834 le fue prendida en el pecho por Zumalacárregui, siendo la primera condecoración de esta Orden que concedía el caudillo carlista.

Contrajo tres veces matrimonio, en primeras nupcias con Juana de la Cruz Andorra Sagaseta, en segundas con Petra Aristizábal Saralegui, y en terceras con Donata Mendiry Núñez, celebrándose estos últimos esponsales en Sartaguda (Navarra) el 20 de septiembre de 1884.

 

Fuentes y bibl.: Archivo General Militar (Segovia), Secc. 1.ª, leg. M-2742.

A. Brea, Campaña del Norte de 1873 a 1876, Barcelona, Imprenta de la Hormiga de Oro, 1897; R. de Brea, Cruzados modernos, Barcelona, Imprenta Fiol, 1910; J. Ibarra, Biografía de los ilustres navarros del siglo XIX y XX, Pamplona, Imprenta Jesús García, 1951-1953; M. Núñez de Cepeda, Biografía del general Torcuato Mendiry y Corera, Pamplona, Gómez, 1961; E. Roldán, Estado Mayor General carlista en las tres guerras del siglo XIX, Madrid, Actas, 1998.

 

José Luis Isabel Sánchez

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