Elías de Tejada y Spínola, Francisco. Madrid, 6.IV.1917 – 18.II.1978. Filósofo del derecho y de la política e historiador de las ideas políticas. Teórico del tradicionalismo legitimista.
Nacido en Madrid, pero de ascendencia extremeña, fueron sus padres José María Elías de Tejada y de la Cueva y Encarnación Spínola Gómez, naturales respectivamente de Castuera y la Granja de Torrehermosa. El primero, de linaje remotamente radicado en la Sierra de Cameros, en la descendencia de Sancho de Tejada; mientras que la segunda encuentra su origen en el reino de Nápoles. Tras los primeros años en la casa-palacio materna de la Granja de Torrehermosa, estudió en el colegio de los jesuitas de Chamartín, donde le influyó decisivamente el padre Fernando de Huidobro y Polanco, discípulo de Heidegger, que luego moriría en la Cuesta de las Perdices, como capellán de la Legión, durante la Guerra Civil española. Tras la expulsión de los jesuitas por la República, se trasladó a Extremoz, en Portugal, donde continuó sus estudios en otro colegio de la Compañía de Jesús, hasta ingresar en la Universidad de Madrid, donde cursó estudios de Filosofía y Letras y Derecho, que completó respectivamente en 1935 y 1936. Tras una estancia en la Universidad de Oxford, cursaba el doctorado en Berlín cuando regresó a España para alistarse al Ejército Nacional. En 1938, se doctoró en Derecho y, acabada la guerra, fue ayudante de cátedra de Nicolás Pérez Serrano en la Universidad de Madrid. En 1941 ganó por oposición la cátedra de Derecho Natural y Filosofía del Derecho de la Universidad de Murcia, cátedra que luego desempeñó en Salamanca (1942-1951), Sevilla (1951-1977) y Madrid (1977-1978). Durante los años sesenta llegó a ser el caposcuola más significado de la filosofía jurídica española, con una nutrida escuela a la que imprimió su neto signo intelectual, que comenzó a desleerse en los primeros setenta y que tras su muerte se volatilizó. En 1962 casó con Gabriella Pèrcopo, que él llamaba su “napolitana españolísima”, de una familia notable de humanistas, que le ayudó en su obra intelectual, como atestigua la autoría compartida que figura en cabeza de algunos de sus libros.
Elías de Tejada y Spínola fue una de las figuras más relevantes del pensamiento jurídico y político tradicional en el período posterior a la Guerra Civil, fue polígrafo fecundo —con tres centenares cumplidos de monografías y artículos—, políglota asombroso —con conocimiento de cerca de cuarenta lenguas, desde el chino al vascuence y desde el griego al sueco—, viajero infatigable y bibliófilo apasionado —su biblioteca, de más de sesenta mil volúmenes, fue donada por su viuda a la Real Academia de Ciencias Morales y Políticas—, desbordando su personalidad los lindes usuales del profesor y del erudito para instalarse en la leyenda. Son varias las tesis doctorales y de licenciatura que se han dedicado a su obra en España, Italia y Alemania. A su muerte se ha constituido una fundación con sede en Madrid que lleva su nombre y cuyo patronato han integrado, entre otros, Juan Vallet de Goytisolo, Rafael Gambra, Alberto Ruiz de Galarreta y Miguel Ayuso, quien lo preside en la actualidad.
Su quehacer intelectual se desenvolvió en tres ámbitos principales, profundamente imbricados: filosofía del derecho, historia del pensamiento político y filosofía política. En cuanto al primero, su pensamiento es el de la escolástica tomista, con apertura a la española, e incorporando acentos existencialistas con los que contribuye a destacar el auténtico signo de la filosofía cristiana. Acierta a engarzar los presupuestos antropológicos con las vertientes gnoseológica, moral, política y jurídica, en lo que llama el armonismo del hombre desfalleciente. Ajeno al legalismo, define, sin embargo, el derecho como norma política de contenido ético. Como historiador de las ideas políticas y filósofo de la política, entre todos los temas —y avistó las doctrinas nórdicas, africanas o del lejano oriente, entre otras— el eje de sus inquisiciones vino constituido por la esencia de lo hispánico, que reconoció era “la empresa de su vida”. Toda su obra historiográfica reposa sobre unas premisas teóricas nítidas: que la causa de diferenciación de las comunidades políticas no radica en la “nación”, sino en la “tradición”; que ésta es el pasado depurado sociológica y moralmente, sin que se confunda con el entero hacer de los antepasados; y que la tradición de las Españas —monarquía federativa y misionera, varia y católica— se enfrenta con la “Europa” naciente cuando la Cristiandad muere en tierras de Occidente merced a cinco fracturas sucesivamente acaecidas entre 1517 y 1648: la ruptura religiosa del luteranismo, la ética del maquiavelismo, la política del bodinismo, la jurídica del hobbesianismo y la fáctica de la Paz de Westfalia.
En la continuidad de tal empresa se halla el carlismo, mucho más que un legitimismo, auténtico catalizador de la continuidad de las Españas, y al que se adscribió con entusiasmo. Miembro activo de la Comunión Tradicionalista desde su juventud, siguió la doctrina tradicional de la unidad religiosa y el foralismo, al tiempo que fue enemigo del franquismo y de las novedades conciliares. Consejero Nacional de la Comunión Tradicionalista durante los años cincuenta y sesenta, encauzó en la misma su intensa actividad intelectual, a través de una importante escuela —en parte coincidente con la universitaria, pero más vasta, y a la larga más leal, pues le sobrevivió, cosa que no ocurrió con la primera— y de diversas obras por él fundadas y dirigidas como la revista luso-castellana Reconquista, las ediciones Montejurra, el Centro de Estudios Históricos y Políticos General Zumalacárregui y la Asociación de Iusnaturalistas Hispánicos Felipe II. Sólo a mediados de los sesenta, al detectar un peligroso desviacionismo en el comportamiento del heredero del pretendiente don Javier de Borbón Parma, Carlos Hugo, se separó de la organización, en lo que tarde o temprano le siguieron casi todos los miembros destacados de la misma, hasta reagruparse en torno del hijo menor de don Javier, don Sixto- Enrique, con el que Elías de Tejada llegó a vincularse nuevamente.
Obras de ~: Introducción al estudio de la ontología jurídica, Madrid, Gráficas Ibarra, 1942; As doutrinas políticas em Portugal, Lisboa, 1942; La tradición gallega, Madrid, Gráficas González, 1944, El hegelismo jurídico español, Madrid, Revista de Derecho Privado, 1944; El racismo: breve historia de sus doctrinas, Madrid, Pace, ¿1945? (reed. O racismo. Historia breve das suas dontrinas, Lisboa, Pro Domo, 1945); As idéias políticas de Gil Vicente, Lisboa, 1945; A sátira política em Portugal durante o século XV; Lisboa, 1945; Las doctrinas políticas en la Baja Edad media inglesa, Madrid, Gráficas Diana, 1946; Historia de la filosofía del derecho y del Estado, Madrid, 1946; Las Españas: formación histórica, tradiciones regionales, Madrid, Ediciones Ambos Mundos, 1948; Para una interpretación extremeña de Donoso Cortés, Cáceres, Imprenta Provincial, 1949; Consecuencias del protestantismo, Salamanca, 1949; La filosofía jurídica en la España actual, Madrid, 1949; La filosofía del derecho y del Estado en Rumanía, Salamanca, Sucesores de Rivadeneyra, 1949; Las doctrinas políticas de Eugenio María de Hostos, Madrid, Ediciones Cultura Hispánica, 1949; Si es posible una filosofía jurídica existencialista acristiana, Salamanca, 1950; Doce nudos culturales hispano-suecos, Salamanca, Sucesores de Rivadeneyra, 1950; “Derecho político”, en Nueva Enciclopedia Jurídica Seix, t. I, Barcelona, Francisco Seix, 1951, págs. 875-905; As doutrinas politicas de Farias Brito, São Paulo, 1952; La monarquía tradicional, Madrid, Rialp, 1954; El pensamiento político de los fundadores de Nueva Granada, Sevilla, Publicaciones de la Escuela de Estudios Hispano-Americanos, 1955; Sociología del África negra, Madrid, Rialp, 1956; Nápoles hispánico, Sevilla y Madrid, Montejurra, 1958-1964, 5 vols.; Cerdeña hispánica, Sevilla, Montejurra, 1960; El Señorío de Vizcaya hasta 1812, Madrid, Minotauro, 1963; Historia del pensamiento político catalán, Sevilla, Montejurra, 1963-1965, 3 vols.; La provincia de Guipúzcoa, Madrid, Minotauro, 1965; ¿Qué es el carlismo?, Madrid, Escelicer, 1971; Estudios de derecho bantú, Sevilla, Universidad, 1974; Tratado de filosofía del derecho, Sevilla, Universidad, 1974-1977, 2 vols.; El Franco-Condado hispánico, Sevilla, Jurra, 1975; Historia de la literatura política en las Españas, Madrid, Real Academia de Ciencias Morales y Políticas, 1991, 3 vols; Europa, tradizione, libertà. Saggi di filosofia della política, ed. de G. Turco, Nápoles, Edizioni Scientifiche Italiane, 2005; Francisco Elías de Tejada “digital”: obras completas, ed. de Miguel Ayuso, Madrid, Fundación Hernando de Larramendi, 2008.
Bibl.: R. S teineke, Die Rechts- und Staatsphilosophie des F. Elías de Tejada. Ein Beitrag zum Spanischen Traditionalismus, Bonn, 1970; C. Lema García, “Reconquista da inteligencia”, en Hora Presente, n.º 24, São Paulo (1978); F. Zarcone, “Francisco Elías de Tejada, maestro dei giusnaturalisti”, en Traditio, a. II, n.º 3, Génova (1979); J. Vallet de Goytisolo, “Plenitud de perspectiva y dimensión de los saberes de Francisco Elías de Tejada”, en Verbo, n.os 171-172, Madrid (1979); F. Z arcone, “Il diritto naturale alla luce dell’insegnamento di Elías de Tejada”, en Traditio, a. III, n.º 1, Genova (1980); F. Vallançon, “In memoriam Francisco Elías de Tejada: el ejemplo de un maestro”, en Boletín de la Comunión Católico-Monárquica Legitimista, Madrid, febrero de 1985; M. Ayuso, La filosofía jurídica y política de Francisco Elías de Tejada, Madrid, Fundación Francisco Elías de Tejada y Erasmo Pèrcopo, 1994; VV. AA., Maestros complutenses: Francisco Elías de Tejada y Spínola, Madrid, 1996; M. Ayuso, “Francisco Elías de Tejada en la ciencia jurídica-política hispana”, en Anales de la Fundación Francisco Elías de Tejada (Madrid), a. III (1997), págs. 15- 34.
Miguel Ayuso Torres