Asensio Barbarin, Eugenio. Murieta (Navarra), 2.VI.1902 – Pamplona (Navarra), IX.1996. Humanista, erudito, bibliófilo y catedrático.
Estudió Filosofía y Letras en Madrid y se doctoró con una tesis sobre el pensamiento de Francisco de Quevedo. Fue ayudante de cátedra de Latín, con Julio Cejador. Era catedrático de bachillerato de Lengua y Literatura españolas ya en 1926. Posteriormente completó estudios de Filología Clásica en la Friedrich Wilhelms Universität de Berlín, donde asistió a las clases de Werner Jaeger o Ulrich von Wilamowitz.
Definitivamente, se asentará en Lisboa en tanto catedrático del Instituto Español.
Fue académico de honor de la Real Academia Española y doctor honoris causa de la Universidad de Lisboa.
Murió poco antes del 29 de septiembre de 1996, sin que la familia y sus amigos hayan precisado más la fecha.
“Era un filólogo —ilustra Luisa López Grigera— en el más estricto sentido: amador [...] del texto en su contenido, en su forma y en su continente, en los soportes materiales que lo transmitían, ya fueran manuscritos o impresos.” Hizo así ediciones de raros, y efectivamente en sus escritos convoca con frecuencia el testimonio de obras desconocidas u olvidadas.
Estudioso un tanto individualista que gozaba con la compra de libros viejos y con el hallazgo de textos y datos en las bibliotecas, no se inclinó a publicar hasta recibir el estímulo y casi el reto de su amigo Dámaso Alonso. Andaba entonces por sus casi cincuenta años, y fue el propio Alonso quien le acogió en la Revista de Filología Española que dirigía y en la editorial Gredos asimismo orientada por él.
Escribió varias reseñas y discusiones o presentaciones largas de libros, así como volúmenes de contenido más homogéneo. De esas reseñas largas una de las primeras, y desde luego capital, fue la que rotuló “El erasmismo y las corrientes espirituales afines. Conversos, franciscanos, italianizantes” (1952), suscitada por la obra magna de Marcel Bataillon.
Muy bello es el texto Poética y realidad en el Cancionero peninsular de la Edad Media, en el que el sabio Asensio se mostraba además —era 1957— al tanto de las entonces novedades que introducía Rafael Lapesa al estudiar la huella idiomática de los franceses en la Península, y era capaz de conocer y mencionar probablemente por vez primera en castellano a los formalistas rusos, leídos —al igual que varios autores literarios asimismo rusos— en su lengua.
Otra monografía es la que dedicó a trazar el Itinerario del entremés desde Lope de Rueda a Quiñones de Benavente, en la que se incluyen en apéndice “Cinco entremeses inéditos de Quevedo”. Es, asimismo, en una fecha temprana (1965), y Asensio conoce entonces también en su idioma original a Boris Tomashevski y recoge su penetrante percepción de que “cada género es un fenómeno viviente, histórico, que presenta conjuntamente un sistema de diversos rasgos [...]. Es un dialecto [...] caracterizado por notas peculiares”.
Para entonces, varios textos muy raros habían sido editados o prologados por él; en 1969 Asensio reimprimió en facsímil con un estudio preliminar el Tratado del niño Jesús y en loor del estado de la niñez, que es la más antigua versión en nuestra lengua (1516) de un texto de Erasmo, y también editó los Entremeses cervantinos. Luego, en 1976 reunió con algunas páginas nuevas sus tres artículos sobre la España imaginada de Américo Castro, título completamente expresivo que anuncia sus disentimientos respecto de las que tiene por intuiciones contradichas por los datos, interpretaciones “desorbitadas” o abultadas, y hechos parciales interpretados como absolutos, que están presentes en la historiografía de Américo Castro.
Eugenio Asensio ha sido un máximo erudito en cuestiones literarias y humanísticas de la segunda mirad del siglo xx; conocedor de muchas lenguas, ello le ha permitido hacer comparatismo literario. Fue hombre “muy antiguo y muy moderno” que “nunca persiguió la gloria”, en palabras recuperadas por Francisco Rico.
Obras de ~: El erasmismo y las corrientes espirituales afines, Salamanca, 1952 (ed. aum. y carta pról. de M. Bataillon, Salamanca, Seminario de Estudios Medievales y Renacentistas, 2000); Poética y realidad en el Cancionero peninsular de la Edad Media, Valencia, Imprenta Moderna, 1957 (2.ª ed. aum., Madrid, Gredos, 1970); Itinerario del entremés desde Lope de Rueda a Quiñones de Benavente con cinco entremeses inéditos de Francisco de Quevedo, Madrid, Gredos, 1965 (2.ª ed. rev. Madrid, Gredos, 1971); Estudios Portugueses, Paris, Fundação Calouste Gulbenkian, 1974; La España imaginada de Américo Castro, Barcelona, El Albir, 1976; Viaje de Asia (1936), Salamanca, 2002; De Fray Luis de León a Quevedo y otros estudios sobre retórica, poética y humanismo, present. de L. López Grigera, Salamanca, Universidad, 2005.
Bibl.: E. de Zuleta, Historia de la crítica española contemporánea, Madrid, Gredos, 1974 (2.ª ed.), págs. 376-377; VV. AA., Homenaje a Eugenio Asensio, Madrid, Gredos, 1988; F. Rico, “En memoria de Eugenio Asensio”, en El País, 23 de septiembre de 1996; F. González Ollé, “Don Eugenio Asensio, amigo”, en Diario de Navarra, 25 de septiembre de 1996; L. López Grigera, “Presentación”, en E. Asensio Barbarin, De Fray Luis de León a Quevedo y otros estudios sobre retórica, poética y humanismo, op. cit.
Francisco Abad Nebot