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Juan de Araoz y Caro

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Biografía

Araoz y Caro, Juan de. Carmona (Sevilla), 1732 – p. t. s. xix. Comandante general de Marina de la isla de Cuba y jefe de Escuadra.

Procedente de una familia sin tradición militar, ingresó muy joven en el Ejército, con once años, el 10 de febrero de 1743, y sirvió en el Regimiento de caballería de Extremadura. Allí permaneció alrededor de tres años para pasar luego a la Armada con sólo algo más de quince años, ingresando como guardia marina en diciembre de 1746. Durante este tiempo realizó diferentes embarques convoyando azogues hasta Canarias y en 1750 a bordo del navío Nueva España realizó diversas salidas por el Mediterráneo y el Atlántico en busca de piratas y corsarios argelinos. En octubre de 1751 es ascendido a alférez de fragata mientras seguía en funciones de persecución del corso en las costas españolas, en esta ocasión a bordo del navío Asia, y en marzo de 1754 es ya alférez de navío y teniente de la segunda escuadra del Tercer Batallón naval. Entre enero de 1754 y marzo de 1756 tuvo como misión en tierra la Ayudantía de Dragones de los batallones de Marina, hasta que finalmente fue destinado a El Ferrol como ayudante mayor. En marzo de 1756 es nombrado teniente de fragata, manteniéndose con este grado cuatro años, hasta que en julio de 1760 es ascendido a teniente de navío. En junio de 1761 realiza su primer viaje a La Habana como segundo comandante del navío Venador. Durante la guerra con los ingleses en 1762 participó en el transporte de tropas que se hizo desde España a La Habana y Veracruz en la escuadra del marqués del Real Transporte, sirviendo en el navío Vencedor. En 1764 siguió con misiones de transporte de tropas por el Mediterráneo, en esta ocasión a bordo del navío Terrible. En el verano de 1765 participó en el traslado de la princesa y la infanta de España desde Génova a Cartagena como parte de la tripulación del navío Velasco, comandado por Pedro Castejón.

En enero de 1767 condujo desde Cádiz a Tetuán a los embajadores de las Cortes de España y Marruecos, siendo este servicio especialmente aplaudido por el marqués de Grimaldi. En enero de 1767 es comisionado para encargarse de la subinspección de batallones de Marina en el departamento de Cartagena, adquiriendo poco después, en agosto de 1767, el grado de capitán de fragata, comandando ya por primera vez un buque, en este caso la fragata Juno, en la que realizó viaje de ida y vuelta a Manila entre noviembre de 1773 y agosto de 1775. Tras varios años de brillantes servicios, en abril de 1774 es nombrado capitán de navío. En febrero de 1776 capitanea su primer navío, el Oriente, en unas pruebas de comparación con los navíos San Eugenio y San Miguel.

Durante el verano de 1776 realizó diversas misiones por las costas de Veracruz y otros puertos de América antes de regresar nuevamente a Cádiz. En la nueva guerra contra los ingleses, entre agosto de 1779 y abril de 1783, comandó el navío San Lorenzo en distintas misiones con la flota combinada española.

Primeramente, en enero de 1780 tomó parte en el combate naval que tuvo lugar a la altura del cabo Santa María durante el bloqueo de Gibraltar, entre la escuadra comandada por Juan de Langara, compuesta de ocho navíos, y la inglesa del almirante Rodney, de veintidós navíos y diez fragatas. La inferioridad española obligó a la huida, perdiéndose el navío Santo Domingo, pero Araoz con tres navíos, consiguió ponerse a salvo en la costa de Portugal.

En agosto de 1780 salió nuevamente de Cádiz al mando de cuatro navíos, dos fragatas y dos jabeques con destino a Algeciras y Mahón. Luego, en abril de 1781 al mando de siete navíos, dos fragatas y un buque menor realizó acciones de corso a la altura del cabo San Vicente contra los ingleses. Poco antes, en febrero de 1780 ganó el rango de brigadier gracias a sus dilatados y fructíferos servicios durante los cuales no había perdido ni un solo buque. En octubre de 1781 sirvió de protección al tesoro que venía de La Habana al mando de Francisco Morales, y que felizmente entró en Cádiz en noviembre del mismo año. Entre julio de 1782 y septiembre del mismo año tuvo activa participación al mando de cinco navíos en el bloqueo de Gibraltar, hasta que finalmente su escuadra quedó asignada a la flota combinada comandada por Luis de Córdoba. En septiembre de este año toma parte con una escuadra española mandada por el almirante Buenaventura Moreno en el bombardeo de Gibraltar. En diciembre de 1782 es ascendido a jefe de escuadra y como tal prosiguió el asedio de Gibraltar hasta que en abril de 1783 cesaron las hostilidades.

En mayo de 1788 es comisionado con el mando del apostadero de La Habana hasta que fue relevado del mando en agosto de 1805 por el general Juan María Villavicencio. En diciembre de 1788 mandó levantar un plano del puerto y la ensenada para mostrar el deplorable estado en que se encontraban.

En enero de 1789 es ascendido a teniente general mientras continuaba sus labores al frente del astillero habanero. El 10 de febrero de 1789 verificó la salida para España del navío Real Carlos que con más de seis millones de pesos esperaba para realizar reparaciones antes de su partida, cosa que pudo verificar Araoz utilizando el muelle denominado Machina. Dirigió trabajos de remodelación en el muelle del Torreón que facilitasen la carga y descarga de artillería. Desde julio de 1790, en que llegó a La Habana el nuevo gobernador Luis de las Casas, empezó a verificar la construcción del empedrado del puerto, así como de los pontones que estaban en muy mal estado. Aumentó y mejoró la vigilancia del arsenal que era frecuente objeto de robos. Previó la necesidad de construir dos nuevas gradas en el astillero, para lo cual contó con la aprobación del conocido constructor Autrán, en julio de 1789. Después de recibir dinero del virrey Revilla- Gigedo, comenzaron las obras en 1791. El efecto beneficioso que tuvo sobre la construcción naval fue inmediato, ya que en febrero de 1792 ya pudo ponerse la quilla sobre una de las nuevas gradas del navío de tres puentes Príncipe de Asturias. Instaló diversos pararrayos por el puerto para evitar los frecuentes accidentes e incendios. A partir de 1792 aumentó el espacio dedicado al Hospital de Marina del arsenal y mandó construir una casa para el capitán del puerto.

Su labor al frente de la construcción naval tuvo excelentes resultados. Desde julio de 1788 hasta mayo de 1795 se construyeron en el astillero de La Habana cinco navíos; dos de tres puentes, dos de setenta y cuatro cañones y otro de sesenta y cuatro, cinco fragatas de cuarenta cañones y una de treinta y cuatro, junto a dos bergantines de dieciocho cañones y seis lanchas cañoneras para la plaza. Desde el 4 de septiembre de 1792 el Rey determinó que todas las construcciones del astillero se realizaran por la Administración, y no por contrata, dados los beneficios para la Hacienda real. La consignación vía situados para el astillero era de 650.000 pesos anuales, pero después de varios estudios se determinó mediante Junta de 9 de noviembre de 1789 que hacían falta 880.000 pesos para mantener el ritmo constructivo.

El rey accedió a aumentar el situado a 700.000 pesos, pero no más. En junio de 1794 entró en La Habana la escuadra de Operaciones al mando de Gabriel de Aristizábal junto con otras dos divisiones navales, lo que provocó un colapso del puerto y el hacinamiento de cientos de enfermos que traían estos buques. A los pocos meses ya habían muerto setecientos hombres en los hospitales, entre ellos el jefe de Escuadra José Varela.

Araoz pudo suplir estas bajas aprontando más de novecientos hombres, hasta que la escuadra volvió a salir el 28 de febrero de 1795.

Tras diez años de empleo es nombrado, en octubre de 1799, capitán general honorario del Departamento Naval de La Habana. El 20 de febrero de 1802 entró en el puerto la escuadra al mando del teniente general Federico Gravina, lo que le obligó a aprontarle todo lo que necesitaba hasta su regreso a Cádiz, en abril del mismo año. También facilitó ayuda a distintos buques franceses que entraron durante 1802 y 1803.

Desde el 1 de julio de 1788 hasta fin de agosto de 1804 salieron del puerto de La Habana con destino a España 188.454.659 pesos, tanto en géneros como en efectivo, todo lo cual lo canalizó Araoz sin perjuicio para el Rey y con la máxima prontitud.

 

Fuentes y bibl.: Archivo General de la Marina “Alvaro de Bazán” (Viso del Marqués, Ciudad Real), Expediciones a indias, 67.

G. D. Inglis, “The spanish Naval Shipyard at Havana in the Eigtheenth Century”, en New Aspects of Naval History, Baltimore, The Department of History U.S. Naval Academy, 1985, págs. 47-58; A. J. Kuethe, Cuba 1753-1815, Crown, Military and Society, Knoxville, Knoxville, 1986; J. B. Amores, Cuba en la época de Ezpeleta (1785-1790), Pamplona, Eunsa, 2000.

 

José Manuel Serrano Álvarez

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