Epalza Lecanda, Pablo Antonio. Bilbao (Vizcaya), 29.VI.1802 – 6.VII.1868. Comerciante, banquero.
Pablo Antonio perteneció a una familia en donde la actividad comercial contaba con cierta tradición. Era hijo de Pablo Antonio Epalza Santa Cruz, natural de Orozco, y de la bilbaína Máxima Lecanda Unanue.
Los negocios de los Epalza se habían sustentado sobre el tráfico de coloniales, bacalao y granos. Esta dedicación al comercio marcó la vida de Pablo Antonio, quien además supo aprovechar con creces las oportunidades de la plaza bilbaína durante el siglo xix, convirtiéndose la casa comercial por él regentada —Pablo Epalza e hijos— en la mayor importadora de bacalao en 1840. Un año más tarde ocupaba la cabeza de los importadores de aceite de ballena, y en 1842 fue el comercio del hierro el que ocupó un lugar destacado en los negocios de la firma Epalza e hijos. También se interesó como accionista en la compañía Lloyd Vascongado, cuyo objetivo era la contratación de seguros marítimos de nuevo, y que quedó constituida en Bilbao en 1848.
A las operaciones mercantiles se unían además las bancarias. Por añadidura, y en pleno siglo xix, cuando el comercio pasaba a un segundo plano por el impulso industrializador, Pablo Antonio Epalza apoyó de forma activa los primeros proyectos industriales, tales como la empresa siderúrgica Santa Ana, en donde invirtió 60.000 reales de vellón, el ferrocarril del Norte o el Tudela-Bilbao, al igual que lo hizo otro miembro de la familia, Tomás José Epalza Zubarán. Fue asimismo uno de los impulsores del Banco de Bilbao, fundado en 1857, acompañado de nuevo por Tomás José. Uno y otro figuraron entre los cinco mayores accionistas de la entidad bancaria con una aportación de 300.000 reales de vellón cada uno. Pablo Antonio fue miembro del primer Consejo de Administración. Toda esta actividad no le hizo abandonar el comercio, ya que, aún en 1861, Pablo Epalza estaba presente en las listas de consignatarios de vapores de Bilbao y entre los importadores de azúcar y otros géneros.
La participación en los órganos de gobierno, tanto en la corporación municipal y provincial como en la Junta de Comercio de Bilbao, fue otra de las características de la familia Epalza, de la que no fue ajeno Pablo Antonio. Los principios liberales que defendió se pusieron de manifiesto al apoyar la proclamación de Isabel II en diciembre de 1833. Fue suscriptor de un empréstito para la organización de una milicia durante la Primera Guerra Carlista, regidor capitular del Ayuntamiento de Bilbao en 1835 y primer teniente de la Segunda Compañía de la Guardia Nacional de la villa bilbaína, en 1836. Años más tarde, en 1857, fue diputado a Cortes en representación de Bilbao.
La actividad económica desarrollada por Pablo Antonio, tanto en el comercio como en industria y banca, le proporcionó grandes beneficios. Poco antes de su fallecimiento, Pablo Antonio Epalza figuraba entre los comerciantes más adinerados de la villa bilbaína.
Fuentes y bibl.: Archivo Histórico Diocesano de Vizcaya, Partidas de Bautismo de la parroquia de San Antonio Abad, sig. 0606/001-00, fol. p. 339.
Un siglo en la vida del Banco de Bilbao (1857-1957), Bilbao, Banco de Bilbao, 1957; M. Basas Fernández, El Lloyds bilbaíno hace un siglo. Historia del puerto y tráfico marítimo de Bilbao en 1861, Bilbao, Cámara Oficial de Comercio, Industria y Navegación de Bilbao, 1961; J. Aguirrezkuenaga, S. Serrano, J. R. Irquijo y M. Urquijo, Diccionario biográfico de los parlamentarios de Vasconia (1808-1876), Vitoria-Gasteiz, Parlamento Vasco, 1993, págs. 355-357; M.ª C. Gutiérrez, Comercio y banca (Expansión y crisis del capitalismo comercial en Bilbao al final del Antiguo Régimen), Bilbao, Universidad del País Vasco, 1994.
María Montserrat Gárate Oja nguren