Murrieta y Mello, Cristóbal de. Santurce (Vizcaya), 1790 – Londres (Reino Unido), c. 1869. Comerciante y banquero.
Nacido en el seno de una familia con pocos recursos económicos, emigró al Perú colonial acompañado de su hermano Francisco Luciano, seis años mayor que él. Una vez en América, ambos hermanos se introdujeron en la actividad comercial, primero al servicio de otros comerciantes y luego formando su propia casa mercantil. El matrimonio de Francisco Luciano con la criolla María Ana Ortiz y García Lemoine, cuya familia estaba vinculada a los negocios mineros, afianzó la posición económica de los hermanos Murrieta. Cristóbal, por su parte, contrajo matrimonio con María del Carmen del Campo y Urrutia, cuya familia había conseguido fortuna en Chile. De este matrimonio nacieron cinco hijos: José, Cristóbal, Mariano, Adriano y Carmen, nacidos todos en Londres a excepción del hijo mayor, quien sería el I marqués de Santurce.
Durante su estancia en Perú, los hermanos Francisco y Cristóbal Murrieta y Mello abrieron casa mercantil propia en Arequipa, y fueron ampliando su actividad ultramarina formando compañía en ocasiones con otros comerciantes. Sin embargo, cuando se declaró la independencia de Perú, la posición de Cristóbal se vio comprometida por el partido que había tomado durante la insurrección en favor de la causa metropolitana, facilitando adelantos al Gobierno de Madrid. Por esta razón, Cristóbal se trasladó a Londres, donde siguió desarrollando una gran actividad económica en el campo comercial y sobre todo financiero. Durante su primera etapa en Londres y hasta 1842, regentó una casa-banca en compañía del también vizcaíno Ventura Aguirre Solarte, con el que había estado vinculado años atrás en Perú.
El apoyo financiero prestado por Murrieta al Gobierno español durante la guerra de independencia colonial fue sólo el preámbulo de nuevos servicios. En su primer período londinense la compañía formada por Aguirre Solarte y Murrieta siguió realizando adelantos por cuenta del Gobierno, además de otras operaciones financieras y de intercambio ultramarino. Las vinculaciones personales de ambos socios con Madrid propiciaron que Aguirre Solarte fuera nombrado ministro de Hacienda en mayo de 1836. Fallecido Aguirre Solarte en 1842, la sociedad debió disolverse, y fue Cristóbal quien continuó su actividad bajo la razón social Cristóbal Murrieta y C.ª.
A partir de entonces, las operaciones de la casa Murrieta crecieron extraordinariamente, tanto en el ámbito financiero como en el comercial. Por un lado, fue corresponsal en Londres del Banco Nacional de San Fernando, primero, y del Banco de España después.
Por otro, los adelantos realizados por la firma Cristóbal Murrieta y C.ª al Gobierno de Madrid fueron cuantiosos, destacando los otorgados durante los años sesenta, tanto para afrontar los gastos de la guerra entre España y Perú, como para responder a la exigencia del Gobierno británico por deudas pendientes. Estos y otros favores fueron recompensados por Madrid con la Gran Cruz de la Orden de Carlos III, concedida a Cristóbal de Murrieta y Mello en 1856; e incluso, con el título de I marqués de Santurce, honor otorgado a su hijo mayor José Murrieta y del Campo, en 1877.
Además, Murrieta también se involucró en elevados préstamos a gobiernos latinoamericanos, sobre todo a los de Perú y Argentina, lo que al final provocó la quiebra de la casa Murrieta en 1892. Primero fue el Gobierno peruano el que contó con los servicios financieros de Murrieta y Mello, en compañía de otra casa londinense (Hambro & Son). Esta vinculación le sirvió para ser uno de los beneficiarios del control comercial del guano de Perú en los mercados internacionales, con gran provecho económico. Pero, si importantes fueron las cantidades dedicadas a este tipo de operaciones, los hijos de Cristóbal superaron con creces lo iniciado por su progenitor. Los préstamos que concedieron a los gobiernos argentinos fueron tan cuantiosos que superaron algunos años a los realizados por la banca Baring Brothers, destacada en operaciones financieras con Argentina, con la que actuaron en ocasiones conjuntamente. No obstante, la crisis financiera argentina de comienzos de los años noventa afectó de lleno a la casa Murrieta, viéndose obligada a su liquidación en 1892.
También la participación de Cristóbal de Murrieta y Mello en el tráfico de coloniales fue intensa, especialmente entre 1850-1865, dedicándose especialmente a la comercialización de cochinilla, azúcar y productos orientales, para lo que la casa Murrieta londinense habilitó sus propios navíos con destino a Cuba o Filipinas fundamentalmente. Además, gestionó pagos y cobros para particulares instalados en Estados Unidos, o cuantas diligencias solicitaron compañías mineras chilenas establecidas en Londres.
La amplia actividad que llevó a cabo Murrieta, tanto en Europa como en América, fue posible gracias a una red de agentes permanentes en Bilbao, Madrid y París, además de corresponsales en Chile, Perú, México, Cuba o Estados Unidos. Para ello contó con familiares y amigos, al tiempo que su casa central en Londres siguió, hasta su desaparición, en el ámbito estrictamente familiar.
Su salida de Vizcaya siendo muy joven no hizo olvidar a Cristóbal de Murrieta su origen y su condición. En 1865 fundó dos centros educativos en Santurce: el Colegio de las Hijas de la Cruz y la Escuela de Náutica, dirigidos a la formación de las clases más desfavorecidas del lugar y a la formación de marinos. Para sufragar los gastos de mantenimiento de los edificios y el personal, Murrieta destinó los intereses de Deuda Pública que adquirió con ese propósito. Asimismo, financió becas para la realización de estudios comerciales, además de otras obras como la construcción de la torre de la parroquia, la carretera, etc. En reconocimiento, también su pueblo natal le dedicó un monumento que fue inaugurado en 1923.
Fuentes y bibl.: Archivo Histórico de Protocolos de Madrid, Consulados, leg. 25564 (9-11-39), leg. 32021 (3-7-1865), leg. 31933 (19-5-1857), leg. 31934 (14-12-1857); Archivo Nacional de Cuba, Escribanías Judiciales, Escribanía de Valerio, 1855, leg. 254, exp. 5297; Varios, 1854-5, leg. 752, exp. 12688; Ayuntamiento de Santurce (Vizcaya), Informe sobre el monumento erigido a Cristóbal de Murrieta en 1923.
[“Murrieta properties, Sale of”], en The Times, London, 27 de marzo de 1892; J. Agirrezkuenaga et al., Diccionario Biográfico de los Parlamentarios de Vasconia (1808-1876), Vitoria-Gasteiz, Eusko Legebiltzarra-Parlamento Vasco, 1993, págs. 79-81; M.ª M. Gárate Ojanguren, “Los Murrieta: comerciantes banqueros de Londres en el XIX”, en R. M.ª Mieza y Mieg y J. Gracia Cárcamo (eds.), Haciendo historia. Homenaje a M.ª Ángeles Larrea, Bilbao, Universidad del País Vasco, 2000, págs. 163-176; “Los modelos de trasvases de capitales de América a Europa e inversiones en el siglo XIX”, en J. M.ª Beascoechea Gangoiti, M. González Portilla y P. A. Novo López (eds.), La ciudad contemporánea, espacio y sociedad, Bilbao, Universidad del País Vasco-Universidad Autónoma de Puebla, 2006, págs. 737-766.
María Montserrat Gárate Ojanguren