Aguirre Gaztelu, Fernando de. Zarauz (Guipúzcoa), 1811 – Madrid 26.XII.1873. Comerciante y prior sustituto del Real Tribunal de Comercio de Manila.
Pertenecía a una familia de pilotos y marinos. En 1834, Fernando se estableció en el archipiélago filipino, en donde formaría compañía con José Matía Calvo, poseedor de navíos, y Claudio Menchacatorre, bajo la razón Matía, Menchacatorre y C.ª, con sede en Manila y dedicada al comercio entre el archipiélago filipino y la metrópoli. Para la realización de sus viajes comerciales contó con la participación de sus hermanos Manuel y Marcial Aguirre como pilotos y capitanes de navíos propios de la sociedad de la que Fernando era miembro. El crecimiento económico de la compañía fue acompañado de una diversificación de sus operaciones. En 1846, la empresa comercial fue autorizada a transportar colonos chinos a Cuba, coincidiendo con la expansión azucarera y con la necesidad de mano de obra en la Gran Antilla. En años posteriores, el número de colonos o culíes transportados no sólo a Cuba, sino también a Perú, Panamá y Puerto Rico creció notablemente, así como los beneficios que proporcionaron tales operaciones a Matía, Menchacatorre y C.ª.
El protagonismo de Aguirre en la gestión de la sociedad fue cada vez mayor, siendo uno de los más interesados en desarrollar nuevas actividades además de la mercantil. En 1849, el ministro Bravo Murillo concedió a Aguirre y sus socios permiso para la construcción de un puente colgante sobre el río Pasig, a cambio de unos terrenos que la compañía poseía en Malabog. En 1850, el que fuera capitán general de Filipinas, Antonio Urbiztondo, encomendaba al propio Fernando Aguirre la redacción de los primeros estatutos del Banco Español Filipino de Isabel II, fundado en 1851. En 1853, y a iniciativa de Aguirre, la sociedad adquirió una refinería de azúcar y destilería en la isla de Luzón.
Vuelto José Matía a Cádiz, la casa comercial de Manila fue liquidada en 1859, constituyéndose una nueva sociedad bajo la razón Aguirre y C.ª. Esta empresa mercantil, especializada en la comercialización de productos orientales destinados a Europa, contó con agentes en Londres, París, La Habana, Cádiz y Madrid.
Sin embargo, en 1860, la mala salud de Fernando le impedía continuar al frente de los negocios, por lo que decidió abandonar de forma provisional Manila para emprender un viaje de descanso por Europa. En su ausencia encomendó la gestión de la casa Aguirre y C.ª a un antiguo socio, James Tait.
En 1863, Aguirre se encontraba en París y mandaba liquidar la empresa agrícola de su propiedad situada en Nueva Écija, iniciándose así la venta de los cuantiosos bienes que poseía en Filipinas. Poco después volvía a España, fijando se residencia, durante algún tiempo en la localidad guipuzcoana de Pasajes. En 1871 otorgó testamento en San Sebastián bajo cuya voluntad murió dos años más tarde. Entre sus bienes destacaban los que aún poseía en Filipinas, además de varias propiedades en Guipúzcoa, acciones y obligaciones del ferrocarril del Norte, letras sobre Londres, etc. Soltero y sin descendencia, la mayor parte de sus bienes fue a parar a sus primos Gaztelu, a sus amigos de Filipinas, e incluso a aquellos que le habían servido, tanto en Manila como en Pasajes.
Tampoco olvidó legar una cantidad para el mantenimiento de las escuelas de primeras letras de San Sebastián.
Fuentes y bibl.: Archivo Histórico Protocolos de Madrid, sig. 31432, fols. 494 y ss. Sec. Consulados, leg. 32020, fols. 171 y v.; leg. 32032; Archivo Histórico Protocolos Cádiz, sig. 3321, fols. 712-878; sig. 3323, fols. 168-185; sig. 3327, fols. 513-559; Archivo Histórico Protocolos Guipúzcoa, escribanía de Joaquín de Elósegui, leg. Testamentos reservados, 18.XII.1871.
W. Jiménez de la Romera, Cuba, Puerto Rico y Filipinas, Barcelona, Daniel Cortezo y C.ª, 1887, págs. 631, 815 y 831; J. Montero y Vidal, Historia General de Filipinas. Desde el Descubrimiento de dicha isla hasta nuestros días, t. III, editorial Viuda e Hijos de Tello, 1895, págs. 168-9; J. Pérez de la Riva, “El tráfico de los culíes chinos”, en Revista de la Biblioteca Nacional José Martí (La Habana) (1964), págs. 75-95.
M.ª Montserrat Gárate Ojanguren
