Ágreda y Martínez Cabezón, Diego de. Conde de Casa de Ágreda. San Román de Cameros, (La Rioja) 7.XI.1755 – México, IX.1838. Comerciante, político y militar.
Llegó a Cádiz casi niño, y aquí permaneció hasta 1784, cuando se trasladó definitivamente a la capital mexicana como consignatario de su hermano Simón. En 1789 contrajo matrimonio con su prima María Martínez Cabezón, hija única de Francisco, magnate del comercio y la minería de la plata, que aportó espléndida dote. Poco después, sobre él recayó la mayor parte del imperio mercantil de su suegro y tío. Meteórico ascenso en el mundo de los negocios, que se consolida con la arrivada a México del virrey José Iturrigaray a finales de 1802, con quien participó en una lucrativa operación de contrabando programada y financiada desde Cádiz por su hermano Simón.
Las aspiraciones nobiliarias de Diego de Ágreda le llevaron a rehabilitar su deteriorada hidalguía con la ejecutoria de 1798. Iturrigaray solicitó para su socio y amigo la Cruz de la Orden de Carlos III, que le fue concedida en diciembre de 1803. Distinguido por el arzobispo Lizana y por la aristocracia colonial desempeñó los cargos de regidor de la ciudad, cónsul y juez de alzadas en el Tribunal del Consulado. En julio de 1808 los caballeros de Carlos III en la ciudad de Méjico acataron corporativamente la autoridad de la Junta Central ejercida en nombre de Fernando VII.
Las veleidades separatistas de Iturrigaray le enfrentan ahora con el riojano, quien intervino en el asalto al palacio, en la destitución y encarcelamiento del virrey. Tras la sublevación del cura Hidalgo en 1810, Diego de Ágreda alistó a sus dependientes en las milicias realistas y el virrey Venegas le nombró capitán de una compañía de Patriotas distinguidos de Fernando VII; en 1814 era teniente coronel jefe de batallón.
Puso su inmensa fortuna al servicio de la Corona en la guerra contra el francés. La suma aprontada para donativos y préstamos que jamás recobraría, ascendió a 490.524 pesos, fabulosa cantidad en aquel tiempo. Como premio, la Regencia le concede el 9 de junio de 1811 el vizcondado de Casa Tejada, título previo al definitivo de Conde de Casa de Ágreda. A través de su pariente, el diputado Manuel García Herreros pretendió que el Consulado estuviera representado en el Congreso gaditano, a lo que no accedieron las Cortes. La ola de antiespañolismo en el México independiente le obligó a exiliarse en solitario cuando estaba a punto de cumplir setenta y cuatro años. En 1829, con la prohibición de tocar puerto español, desembarca en Burdeos; viajó por diferentes países europeos para fijar su residencia en Londres. Hasta 1836 no pudo regresar a México y reunirse con su familia.
Colaboró generosamente en la dotación económica de la escuela establecida por esta familia en la villa de San Román. Viudo y sin sucesión en 1792, casó con su sobrina María Ignacia Pascual de Tejada y Ágreda, que le dio once hijos. Con todo, su varonía se extingue en la tercera generación. El título nobiliario recayó en la descendencia de su hermano Simón.
Bibl.: E. Lafuente Ferrari, El Virrey Iturrigaray y los orígenes de la independencia de Méjico, Madrid, 1941, págs. 23-26; F. Santiago Cruz, El Virrey Iturrigaray. Historia de una conspiración, México, 1965, págs. 29-34; E. Reinares Martínez, La escuela de San Román de Cameros y sus fundadores. Comerciantes riojanos en el Méjico colonial, Logroño, 1987, págs. 9-51; “Algo más sobre Simón y Diego de Ágreda”, en Boletín Amigos de San Román, 15, (1988); “San Román de Cameros en el siglo xviii. Origen del condado de Casa de Ágreda”, en El Camero Viejo, Madrid, 1988, págs. 51-78; “Nuevos datos para la historia del linaje de los Ágreda”, en El Camero Viejo, 1988, págs. 165-182; R. Calvo Torre y C. Redondo Moreno, Hijos Ilustres del Camero Viejo, Logroño, Asociación para la Recuperación Cultural y del Entorno de Soto en Cameros (ARCES), 2005.
Ernesto Reinares Martínez
