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Antonio Folch de Cardona

Biografía

Folch de Cardona, Antonio. Valencia, 9.XII.1657 – Viena (Austria), 21.VII.1724. Franciscano (OFM), arzobispo de Valencia, presidente del Consejo de España en Viena.

Hijo ilegítimo del almirante de Aragón Felipe Folch de Cardona, Antonio Folch fue criado en Ondara y al morir su padre se trasladó a la Corte.

Desempeñó brevemente la carrera militar e intervino como capitán de Infantería en Portugal y Galicia, para ingresar a continuación en un convento franciscano de Palencia. Estudió Teología y Filosofía en el colegio mayor de San Pedro y San Pablo de Alcalá de Henares. Ascendió rápidamente en la jerarquía eclesiástica y desempeñó diferentes cargos, entre los que destaca el de comisario general de Indias en 1692. Fue nombrado arzobispo de Valencia, confirmado por bula de 3 de febrero de 1699 a propuesta de Carlos II, del que tomó posesión en 1700.

Desde este cargo será testigo privilegiado de la llegada de la dinastía borbónica a España, la Guerra de Sucesión y la Nueva Planta.

En los primeros años del reinado de Felipe V, antes del estallido de la Guerra de Sucesión, las autoridades borbónicas mostraron su descontento por la lasitud con la que Folch de Cardona actuaba en la represión del clero austracista. El temor a enfrentarse con la Iglesia en tan delicada coyuntura impedía a la autoridad virreinal actuar con dureza, por lo que se esperaba mayor decisión por parte del arzobispo.

Las dudas sobre su actuación aumentan tras el primer contacto de la Armada Imperial con el reino valenciano en 1704. Su inactividad frente a los sediciosos, considerados cada vez más como una seria amenaza, irritaba profundamente a los gobernantes borbónicos.

No obstante, las dudas sobre su fidelidad se disiparon al alcanzar el conflicto suelo valenciano. Tras la toma de Denia por las fuerzas austracistas en 1705, Folch de Cardona pasó a colaborar activamente en la defensa castigando a los disidentes —ahora sí—, volcándose en donativos y realizando frecuentes demandas de socorro.

Consecuente con esta última postura, huyó de Valencia al producirse la entrada de las tropas del archiduque.

Para no perder las riendas de su diócesis pasó la mayor parte de su exilio en la fronteriza villa de Biar. Aquí se encargó de labores defensivas costeando la reparación de las murallas, comprando cañones y organizando la resistencia. Permaneció en la villa hasta que la guerra le obligó a continuar su exilio en Castilla. Mientras, en la capital, el Cabildo nombró distintos vicarios generales —Antonio Sallent, Luis Rocamora y Pedro Llácer— para ocuparse del gobierno de la sede. Anticipando lo que será habitual tras el retorno borbónico, fueron frecuentes sus enfrentamientos con las autoridades austracistas por sus intromisiones en los asuntos de la Iglesia y sus privilegios.

Con la reconquista borbónica del reino, el arzobispo Folch de Cardona volvió a Valencia. Como prueba del aprecio de la Corona por su exilio y fidelidad, fue nombrado diputado eclesiástico por el Rey en la remodelación que hace de la Generalitat valenciana en junio de 1707. Decisión que contrasta con el hecho de que el propio Carlos de Austria —“por las razones que quedan en mi real ánimo”— había vetado su participación en la misma eliminándolo del sorteo insaculatorio.

Con todo, la supresión foral, los cambios en el Gobierno del reino motivados por la Nueva Planta y el regalismo que impregnaba una parte sustancial de las políticas de Felipe V, condujeron a Folch de Cardona al enfrentamiento con las autoridades borbónicas. Su dura represión del clero disidente y sus continuas intromisiones en los privilegios eclesiales —por más que la Real Cédula de 7 de septiembre de 1707 los confirmara— centraron sus protestas. Su manifiesto disgusto con la situación le llevó a plantearse una drástica —y en cierta medida inesperada— decisión en 1710. Aprovechando la segunda entrada en Madrid de Carlos de Austria, acudió a la capital a besarle la mano y jurarle fidelidad. Ya no le abandonará, acompañándole incluso en su ascenso al trono imperial.

En el exilio vienés vio recompensada esta fidelidad con su nombramiento como presidente del Consejo de España, cargo que ocupó hasta su fallecimiento en 1724.

 

Bibl.: J. Ortí i Mayor, Diario de lo sucedido en la ciudad de Valencia desde el día 3 del mes de octubre del año 1700 hasta el día 1 de septiembre del año 1715, Valencia, Biblioteca Universitaria, ms. 460 (ed. de V. J. Escartí, Valencia, Bancaja, 2007); M. C. Pérez Aparicio, “El clero valenciano a principios del siglo xviii”, en Universidad de Valencia, Estudios de Historia de Valencia, Valencia, Universidad, Secretariado de Publicaciones, 1978, págs. 247-278; J. Pradells Nadal, “Notas sobre los orígenes de la Biblioteca Nacional: las bibliotecas del Arzobispo de Valencia Antonio Folch de Cardona”, en Revista de Historia Moderna. Anales de la Universidad de Alicante, 4 (1984), págs. 149-187; F. de Castellví, Narraciones Históricas, ed. de J. M. Mundet i Gifre y J. M. Alsina Roca, vol. III, Madrid, Fundación Francisco Elías de Tejada y Erasmo Percopo, 1997-2002, pág. 142.

 

Sergio Villamarín Gómez

 

 

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