González de Bazán, Pedro. Vizconde de Palacios de Valduerna (III). Palacios de Valduerna (León), ú. t.s. xv – s. t. s. xvi. Noble, señor de vasallos y titular del señorío de Valduerna y de las villas de Palacios, La Bañeza, Ceinos y San Pedro de la Tarce.
Los antecedentes familiares de Pedro González de Bazán se remontan al siglo xiii y están ligados a una familia noble que, procedente del valle navarro del Baztán, pasó al servicio de los reyes de Castilla. Los descendientes de este primer señor de la casa no sólo mantuvieron el favor de los reyes de la casa de Trastámara, sino que tanto Pedro González de Bazán, segundo señor, muerto en 1421, como el tercer titular de la casa, Pedro González de Bazán, ampliaron los dominios señoriales con la donación por parte de Juan I de las villas terracampinas de San Pedro de la Tarce y Ceinos. La verdadera consolidación del dominio de esta casa, sin embargo, de una de cuyas ramas procede Álvaro de Bazán, tuvo lugar, una vez más, en plena crisis política, con la concesión de Enrique IV en 1454 del título de vizconde de Palacios de Valduerna al cuarto señor, Pedro de Bazán. Una vez asentado en la villa de Palacios construyó su castillo y fundó en dicha villa un convento de dominicos, lo que propició el inicio de largos pleitos con el convento de San Francisco de Astorga al pasar las rentas asignadas por sus antepasados a éste al nuevo convento de Palacios. El título nobiliario le sirvió al primer vizconde y a su sucesor, Juan de Bazán, durante la segunda mitad del siglo xv para entroncar con los principales linajes leoneses, y de forma especial con los Quiñones-condes de Luna, con el marqués de Benavente y con los Osorio, futuros marqueses de Astorga. A través de esta política matrimonial no sólo se intentaban fortalecer los lazos ante la crisis económica, sino hacer frente a la Corona a fin de repartirse, como así ocurrió, la mayor parte de los vasallos y dominios jurisdiccionales hasta esos momentos bajo jurisdicción realenga.
Juan de Bazán, segundo vizconde, a partir de la muerte de su padre en 1476, se casó con María de Zapata, dama de la reina Isabel, y contó con el favor de la Reina al concederle alcabalas, tercias y diezmos en diferentes lugares de la diócesis de Astorga y en todos los del señorío. De su matrimonio nacieron dos vástagos legítimos, María, casada con Íñigo López de Mendoza, y Pedro González de Bazán, quien en 1488 le sucedió en la casa como tercer vizconde de la villa de Palacios y su jurisdicción, integrada por más de una treintena de lugares. Siendo joven y aún bajo la tutela de su madre, María de Zapata, el tercer vizconde inició una carrera frenética por incrementar sus dominios y posición en la escala nobiliaria, lo que le llevó a tomar por esposa a Juana de Ulloa, hija de Rodrigo de Ulloa y de Aldonza de Castilla, señores de la Mata. De este matrimonio nacieron dos hijos, Juan González de Bazán, que murió joven sin llegar a suceder a su padre en el mayorazgo de la casa, y María González de Bazán, quien a través de su matrimonio con Francisco Zúñiga y Avellaneda, cuarto conde de Miranda, integró el título vizcondal en la casa de Miranda.
Aunque a finales del siglo xv estaba ya configurado el dominio jurisdiccional de los Bazán leoneses, fue a partir de ese momento y durante la primera mitad del siglo xvi cuando este linaje adquirió un mayor protagonismo, dada su implicación política y social, y consiguió fortalecer su posición económica, pese a no alcanzar el ansiado título de conde o marqués. En efecto, la expulsión de los judíos de la aljama de Palacios en 1492, con la que estaba de acuerdo el vizconde, le sirvió para iniciar la acumulación de un patrimonio territorial del que carecía la casa en sus dominios jurisdiccionales. Los Reyes Católicos le cedieron las posesiones en compensación de los numerosos servicios hechos durante las sucesivas guerras, si bien el rey Fernando siempre desconfió del vizconde, tal como puso de manifiesto en su viaje por tierras leonesas y gallegas. La situación iba a cambiar, sin embargo, con la muerte de la reina Isabel y las posteriores regencias de Fernando. Desde un primer momento, el tercer vizconde de Palacios era consciente de la situación y del vacío de poder creado, lo que le llevó a entrar en una fase de acoso y enfrentamiento con sus vasallos. Entre 1510 y 1516 se sucedieron los pleitos ante el alcalde mayor del Adelantamiento y ante la Chancillería de Valladolid por el intento del señor de apropiarse de parte de los bienes concejiles y afianzar así un mínimo dominio solariego o territorial. La posterior proclamación de Carlos I fue acogida con recelo y a la vez con esperanza por el vizconde de Palacios de Valduerna, tal como se demuestra en su participación personal en la batalla de Villalar descrita por el cronista Sandoval, que de él cuenta cómo “Pedro de Bazán tuvo un encuentro personal con Padilla y como iba a la jineta y era gordo y rosado fácilmente dio Padilla con el del caballo abajo [...]”.
Fuentes y bibl.: Archivo General de Simancas, Mercedes y Privilegios, leg. 112, fol. 96; Archivo Municipal de Palacios, Real Carta Ejecutoria de los Estados de Palacios e Infantazgo de Valduerna, Valladolid, 1849.
A. López de Haro, Nobiliario genealógico de los reyes y títulos de España, vol. I, Madrid, por Luis Sánchez, 1622, pág. 451; M. Fernández Núñez, Apuntes para la Historia del Partido Judicial de La Bañeza, La Bañeza, 1919 (La Bañeza, Ayuntamiento, 1988); N. Benavides Moro, El artesonado de La Bañeza, León, 1953, pág. 23; L. M. Rubio Pérez, El señorío leonés de los Bazán. Aproximación a su realidad socio-económica (1450-1650), León, Celarayn, 1984.
Laureano Manuel Rubio Pérez