Estrada Villaverde, Guillermo. Oviedo (Asturias), 23.V.1834 – 27.XII.1894. Diputado, profesor y periodista de ideario conservador.
Doctor en Derecho Civil y Canónico (1858), en los orígenes de su carrera profesoral, el que fuera uno de los maestros del Grupo de Oviedo, impartió un curso de Elementos de Derecho Político y Administrativo (1859) y, más tarde, en reñida oposición con Eugenio Montero Ríos, obtuvo la cátedra de Disciplina General de la Iglesia y Particular de España de la Universidad de Oviedo (27 de junio de 1860).
Hombre de ideario carlista, compartió su actividad de cátedra con la periodística, principalmente en la prensa local —fundó y dirigió el periódico La Unión—, hasta su cese en julio de 1867, por supresión de dicha enseñanza. Entonces se abrió para él un período de gran movilidad académica que terminó con su alejamiento de la cátedra al declararse incompatible este cargo con el de diputado a Cortes que ostentaba tras resultar elegido en las Constituyentes de 1868 y en las Ordinarias de 1871, lo que provocó al cabo su cese forzoso por virtud de la Real Orden de 17 de noviembre de 1871, que le dio de baja en el Escalafón de Profesores.
Años después, acogiéndose a la circular de 3 de marzo de 1881 que, redactada con un criterio amplísimo, pretendía facilitar la vuelta al profesorado de todos los catedráticos separados de sus puestos por motivos políticos, consiguió reintegrarse a su cátedra de la Universidad de Oviedo, ahora llamada de Instituciones de Derecho Canónico, en marzo de 1883. Sin embargo, no acabaron aquí sus peripecias académicas: una nueva reforma del plan de estudios de las Facultades de Derecho —el Plan Gamazo de 1883 que concedió autonomía científica a la Historia del Derecho— le dejó de nuevo cesante, y en septiembre de dicho año pasó a ocupar una de las cátedras desdobladas de Derecho Civil Español, Común y Foral de la Universidad de Oviedo; cátedra que, al ser suprimida a su vez en octubre de 1884, forzó su nombramiento como catedrático de Derecho Internacional Público y Privado de dicha Universidad, en octubre de 1884. Su carrera profesoral, en un tiempo de escasa especialización jurídica, le llevó finalmente a detentar la nueva cátedra de Historia del Derecho Español (31 de marzo de 1888), en la que permaneció hasta su prematura muerte, consiguiente a la de su hijo Borja, sentidas con singular dolor por sus compañeros de claustro.
Estrada, que al margen de su credo y actividad político- periodística, había desplegado otras muchas actividades a lo largo de su accidentada carrera profesoral —abogado en ejercicio, magistrado suplente de la Audiencia territorial, vocal del Consejo Provincial de Oviedo, individuo de la Junta Provincial de Beneficencia, así como algunas otras actividades más próximas a su condición académica: correspondiente de la Real Academia de la Historia, individuo de la Comisión de Monumentos Históricos y Artísticos de Oviedo, presidente de la antigua Academia Oficial de Derecho, vinculada por entonces a la Universidad—, dejó poca obra escrita, pero de gran calidad.
Obras de ~: Importancia del Derecho canónico. Discurso leído en el acto de su solemne recepción como catedrático de la Universidad de Oviedo, Oviedo, 1861; Servicios prestados a la ciencia por la Iglesia. Discurso inaugural para la solemne apertura del curso académico de 1862 a 1863, leído en la Universidad Literaria de Oviedo por el doctor en Derecho [...], Oviedo, 1862.
Bibl.: C. S uárez, Escritores y artistas asturianos. Indice bio-bibliográfico, ed. y adiciones de J. M. Martínez Cachero, vol. IV, Oviedo, Instituto de Estudios Asturianos, 1954, págs. 129- 132; S. M. Coronas González, “Rafael Altamira y el grupo de Oviedo”, en Dos estudios sobre Rafael Altamira, Oviedo, Academia Asturiana de Jurisprudencia, 1999, págs. 25-28; S. M. Coronas González (ed. y est. prelim.), El grupo de Oviedo. Discursos de apertura de curso (1862-1903), t. I, Oviedo, Universidad, 2002, págs. 43-44.
Santos M. Coronas González